El trasplante de pulmón consiste en la extracción quirúrgica de un pulmón sano o de parte de un pulmón de una persona viva que luego se transfiere a alguien cuyos pulmones ya no funcionan. El trasplante de corazón y pulmón consiste en la extracción quirúrgica del corazón y los pulmones de una persona fallecida recientemente y su posterior transferencia a alguien cuyo corazón y pulmones ya no funcionan.
(Véase también Introducción al trasplante y Trasplante cardíaco.)
El trasplante de pulmón es adecuado cuando este órgano ha dejado de funcionar. La mayoría de los receptores son personas que sufren uno de los trastornos siguientes:
Enfermedad pulmonar obstructiva crónica grave (EPOC)
Hipertensión pulmonar primaria
Se puede trasplantar un solo pulmón o ambos. Cuando una afección pulmonar también ha lesionado el corazón, se pueden trasplantar al mismo tiempo uno o ambos pulmones y el corazón. Los procedimientos de pulmón único y doble son casi igual de frecuentes, y son como mínimo 8 veces más frecuentes que el trasplante de corazón y pulmón.
Dado que es difícil conservar un pulmón para un trasplante, este se debe realizar lo más pronto posible después de haberse obtenido la donación.
El porcentaje de personas que sobreviven tras un trasplante de riñón es
Al cabo de 1 año: más del 80%
Al cabo de 5 años: más del 50%
Un trasplante de corazón y pulmón se lleva a cabo para
Ciertas anomalías cardíacas que están presentes desde el nacimiento (por ejemplo, síndrome de Eisenmenger)
Un trastorno pulmonar grave que también ha causado daño cardíaco
Tanto el donante como el receptor se someten a un cribado previo al trasplante. Esta prueba de cribado se realiza para asegurarse de que el órgano está lo suficientemente sano para el trasplante y que el receptor no sufre ninguna afección médica que lo prohíba.
Donantes
Los trasplantes de pulmón pueden provenir de un donante vivo o de alguien que acabe de fallecer. Los donantes deben tener menos de 65 años, no haber fumado nunca, y no tener ningún trastorno pulmonar. El tamaño de los pulmones del donante y del receptor debe ser compatible.
La donación por parte de un donante vivo es posible porque el donante puede vivir con un único pulmón sano. Las personas no pueden donar más de un pulmón entero y, por lo general, solo donan una parte de un pulmón (un lóbulo). Cuando el donante ha fallecido, se pueden trasplantar los dos pulmones o el corazón y los pulmones.
Procedimiento
Antes del procedimiento a menudo se administran antibióticos al receptor para prevenir el desarrollo de infecciones.
El pulmón o los pulmones del receptor se extraen a través de una incisión en el tórax y se reemplazan por los del donante. Los vasos sanguíneos que entran y salen de los pulmones (las arterias y las venas pulmonares) y las vías respiratorias principales (los bronquios) se conectan al pulmón o los pulmones trasplantados. En un trasplante de corazón y pulmón, el corazón dañado del receptor también se extrae y se reemplaza por el corazón del donante.
La operación dura entre 4 y 8 horas si se trasplanta un solo pulmón, y entre 6 y 12 horas si se trasplantan ambos. El corazón y los pulmones pueden trasplantarse al mismo tiempo. La permanencia en el hospital después de estas intervenciones oscila entre 7 y 14 días.
Medicamentos para inhibir el sistema inmunitario (inmunosupresores), incluyendo corticosteroides, que empiezan a tomarse el mismo día del trasplante. Estos medicamentos pueden ayudar a reducir el riesgo de que el receptor rechace el pulmón trasplantado.
Complicaciones
El trasplante puede causar diversas complicaciones.
Infecciones
El riesgo de infección después de un trasplante de pulmón es alto, como consecuencia de lo siguiente:
Los pulmones están expuestos constantemente al aire, que contiene bacterias y otros microorganismos que pueden causar infecciones.
Los inmunosupresores, que son necesarios para ayudar a prevenir el rechazo del pulmón trasplantado, reducen la capacidad del cuerpo de defenderse contra las infecciones.
Mala cicatrización
En ocasiones, la zona en la que se conecta la vía respiratoria cicatriza mal. La formación de tejido cicatricial produce un angostamiento de la vía respiratoria, lo que reduce el flujo de aire y dificulta la respiración. El tratamiento de esta complicación consiste en ensanchar (dilatar) las vías respiratorias, por ejemplo, colocando un stent (tubo de malla de alambre) en las vías respiratorias para mantenerlas abiertas.
Rechazo
A diferencia de la sangre transfundida, los órganos trasplantados, incluso si son muy compatibles, suelen ser rechazados a menos que se tomen medidas para evitarlo. El rechazo es consecuencia del ataque al órgano trasplantado por parte del sistema inmunitario del receptor, que lo reconoce como material extraño. El rechazo puede ser leve y fácilmente controlable, o grave y causar la destrucción del órgano trasplantado.
El rechazo de un trasplante de pulmón puede ser difícil de detectar, evaluar y tratar. El médico utiliza un tubo de visión flexible (broncoscopio) para examinar periódicamente las vías respiratorias y extraer una muestra de tejido pulmonar. Este procedimiento facilita al médico la identificación del rechazo y la detección de infecciones.
La mayoría de los receptores de trasplantes pulmonares presentan algún síntoma de rechazo durante el primer mes posterior al trasplante, algunos de los cuales son fiebre, disnea, tos y fatiga. Esta última se debe a que el pulmón trasplantado no puede proporcionar suficiente oxígeno para suministrar al organismo.
Cerca de la mitad de las personas desarrollan gradualmente síntomas de rechazo crónico más de un año después del trasplante. En tales casos, el médico suele detectar el tejido cicatricial que se ha formado en las pequeñas vías aéreas y las ha bloqueado gradualmente.