La presencia de gas (aire) en la orina, un síntoma poco frecuente, indica por lo general la existencia de una comunicación anómala (fístula) entre las vías urinarias y el intestino, que normalmente contiene gas. La fístula puede ser una complicación de una diverticulitis, de otros tipos de inflamación intestinal, de un absceso o de un cáncer. Una fístula entre la vejiga y la vagina también puede hacer que el gas (aire) vaya hacia la orina. En raras ocasiones, las bacterias presentes en la orina pueden producir gas.
El médico practica un examen ginecológico en las mujeres afectadas. Para diagnosticar las fístulas, puede ser necesario introducir un tubo flexible provisto de una pequeña cámara en la vejiga (cistoscopia) o en el colon (sigmoidoscopia), o en ambos. A veces es necesario realizar pruebas de diagnóstico por la imagen, como la tomografía computarizada (TC), la resonancia magnética nuclear (RMN) o la ecografía.
Las fístulas normalmente se reparan quirúrgicamente.
(Véase también Introducción a los síntomas del tracto urinario.)