Existen muchos tipos de agentes de guerra química que afectan diferentes partes del cuerpo. Los asfixiantes sistémicos envenenan las células de todo el cuerpo e incluyen
Compuestos de cianuro
Sulfato de hidrógeno
Los asfixiantes sistémicos también han sido denominados agentes sanguíneos, ya que se distribuyen a través de la sangre. Sin embargo, dañan las células de todo el cuerpo, no solo las células sanguíneas.
Entre los compuestos de cianuro se encuentran el cianuro de hidrógeno y el cloruro de cianógeno, líquidos que se evaporan fácilmente o gases a temperatura ambiente. La combustión de muchos productos químicos de uso doméstico e industrial puede producir cianuros y las personas que inhalan humo procedente de cualquier tipo de incendio de origen industrial o doméstico también pueden sufrir intoxicación por cianuro. Aunque el cianuro tiene un olor característico a almendras amargas, cerca de la mitad de las personas no pueden detectarlo.
¿Sabías que...?
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El sulfuro de hidrógeno es siempre un gas a temperatura ambiente, por lo que la exposición a él suele ser por inhalación; se produce al mezclar sustancias químicas de uso doméstico que contengan azufre con ácidos. El gas residual puede afectar a los equipos de rescate, causando muchas bajas adicionales. El sulfuro de hidrógeno también se produce cuando el estiércol se descompone. Los grandes depósitos de estiércol de granja a menudo contienen cantidades mortales de este gas. El sulfuro de hidrógeno tiene un olor característico a huevos podridos, pero a altas concentraciones daña la capacidad de una persona para detectar el olor.
Síntomas de las lesiones asfixiantes sistémicas
El cianuro al principio causa respiración boqueante, elevada frecuencia cardíaca e hipertensión. Las personas afectadas pueden tener convulsiones y perder la consciencia en tan solo 30 segundos; pueden mostrar signos similares a los del tétanos, incluyendo el trismo, las muecas y el arqueo del cuello. La piel puede aparecer enrojecida, pero la piel de la mitad de los afectados presenta una coloración azulada.
El sulfuro de hidrógeno en dosis elevadas también puede provocar convulsiones y pérdida del conocimiento, así como sufrir daños cardíacos. La exposición continuada a dosis bajas de sulfuro de hidrógeno puede irritar los ojos y las membranas que recubren la nariz y la garganta, causar dolor de cabeza, debilidad, incoordinación, náusea, vómitos, opresión en el pecho e hiperventilación.
Diagnóstico de las lesiones asfixiantes sistémicas
Evaluación médica
Las personas gravemente afectadas deben ser tratadas de inmediato, por lo que los médicos basan el diagnóstico en los síntomas y antecedentes patológicos de la persona. Después de la exposición al sulfuro de hidrógeno, las monedas que lleve la persona pueden adquirir una coloración verde o bien oscurecer, lo cual haría aumentar la sospecha del médico de la exposición al sulfuro de hidrógeno. Los análisis de sangre de rutina pueden sugerir la exposición al cianuro de hidrógeno o al sulfuro de hidrógeno, pero solo pueden confirmarlo pruebas especializadas.
Tratamiento de las lesiones asfixiantes sistémicas
Asegurarse de que la persona pueda respirar
Descontaminación de la piel
Antídotos, si están disponibles
Oxígeno 100%
Los médicos dan prioridad en la atención inmediata de las vías respiratorias, la respiración y la circulación de la persona afectada. La piel puede ser descontaminada usando agua con o sin jabón.
Se dispone de antídotos para el cianuro, entre los que se encuentran el nitrato de amilo, el nitrito de sodio, el tiosulfato de sodio y la hidroxocobalamina. Si los antídotos no están disponibles, los médicos dan a la persona oxígeno al 100%. La respiración boca a boca sin protección puede exponer al socorrista al cianuro de la respiración de la persona.
A las personas expuestas al ácido sulfhídrico o sulfuro de hidrógeno se les suele administrar oxígeno al 100%. La glucosa y el bicarbonato administrados por vía intravenosa (IV) pueden ser eficaces, pero no existe un antídoto específico.
