Los médicos deben evaluar el riesgo de lesiones en pacientes mayores y proporcionar consejos a los pacientes y/o a sus cuidadores sobre cómo prevenir las lesiones.
Caídas
Los adultos mayores son vulnerables a las lesiones debidas a las caídas. Se debe implementar un programa de prevención de caídas, que incluya ejercicio (con o sin fisioterapia) y posiblemente suplementos de vitamina D, para las personas con alto riesgo de caídas o que ya se han caído.
Riesgos durante la conducción de automóviles
Se les debe recordar a todas las personas ancianas que usen el cinturón de seguridad para la falda y los hombros (inercial) y que eviten manejar si se encuentran bajo el efecto del alcohol o de psicotrópicos (drogas o medicamentos).
En los ancianos, el riesgo de lesionarse a sí mismos y a otros mientras manejan es mayor que en los adultos más jóvenes como resultado de los cambios asociados con la edad y los trastornos frecuentes en esta población. La capacidad de conducir debe investigarse con preguntas adicionales y, si corresponde, con una evaluación formal en busca de los siguientes elementos:
Trastornos en la agudeza visual
Demencia
Compromiso funcional significativo de los movimientos del cuello o el tronco
Escasa coordinación motora
Bradicinesia
Asimismo, la preocupación de un miembro de la familia o un amigo por la capacidad de conducir del paciente requiere evaluaciones e investigaciones adicionales.
Un terapeuta ocupacional puede hacerse cargo de la evaluación formal de la capacidad de conducir. Muchos estados tienen leyes que obligan a informar al médico si sospecha que un paciente es incapaz de conducir. Un profesional de la salud debe recomendar con mucha delicadeza a un paciente que deje de conducir, ya que este tipo de indicación afecta su autonomía.
Riesgos en el hogar
El paciente puede estar expuestos a muchos riesgos en el hogar. Por ejemplo, las personas con neuropatía periférica presentan un riesgo elevado de quemaduras con agua caliente, que pueden prevenirse si se establece la temperatura del termotanque a < 49° C. En las personas con demencia, el uso de artefactos eléctricos y a gas es bastante riesgoso y el empleo de alarmas y termostatos para el apagado automático en los artefactos puede ser útil. Es necesario instalar y mantener detectores de humo y de monóxido de carbono. Las armas de fuego deben guardarse en lugares seguros o retirarse del domicilio.
Todos los pacientes o sus cuidadores pueden realizar un listado de los elementos de seguridad en el hogar para identificar los riesgos, incluso aquellos que aumentan el riesgo de caídas. Puede solicitarse la visita de un fisioterapeuta o un terapeuta ocupacional para que evalúe el nivel de seguridad.