Tendinitis y tenosinovitis

PorDeepan S. Dalal, MD, MPH, Brown University
Revisado/Modificado mar 2024
Vista para pacientes

Latendinitis es la inflamación de un tendón, que suele producirse luego de una degeneración (tendinopatía). Latenosinovitis es una tendinitis con inflamación de la vaina tendinosa que lo recubre. Los síntomas suelen incluir dolor con movimiento activo o contra resistencia y dolor a la palpación. Un deterioro o inflamación crónicos del tendón o de la vaina tendinosa pueden causar cicatrices que limitan el movimiento. El diagnóstico es clínico, a veces complementado con estudios por la imagen. El tratamiento consiste en reposo, medicamentos antiinflamatorios no esteroideos, y a veces inyecciones de corticoides.

La tendinopatía suele deberse a pequeños desgarros repetidos o a cambios degenerativos (a veces con depósito de calcio) que se producen durante años en el tendón.

La tendinitis y la tenosinovitis suelen afectar los tendones asociados con el hombro (manguito rotador), el tendón de la cabeza larga del músculo bíceps (tendón bicipital), el flexor radial o cubital del carpo, el flexor de los dedos, el tendón poplíteo, el tendón calcáneo o de Aquiles (véase Tendinitis aquiliana) y el abductor largo del pulgar y el extensor corto del pulgar, que comparten una vaina fibrosa (la afección resultante es el síndrome de De Quervain).

Etiología de la tendinitis y tenosinovitis

A menudo, la causa de la tendinitis es desconocida. Suele ocurrir en personas de mediana edad o mayores por disminución de la vascularización de los tendones; los microtraumatismos repetidos pueden contribuir. Es probable que también contribuya un traumatismo repetido o extremo (próximo a rotura), una distensión y un ejercicio excesivo o no acostumbrado. Algunos antibióticos fluoroquinolonas pueden aumentar el riesgo de tendinopatía y rotura tendinosa.

El riesgo de tendinitis puede aumentar en ciertas enfermedades sistémicas (como la artritis reumatoide, la esclerosis sistémica, la gota, la artritis reactiva y la diabetes, o rara vez la amiloidosis o una elevación marcada de los niveles de colesterol en sangre). En adultos jóvenes, en especial en mujeres, una infección gonocócica diseminada puede causar tenosinovitis migratoria aguda en ausencia de síntomas genitourinarios de localización. Las micobacterias no tuberculosas, como Mycobacterium marinum, producen con mayor frecuencia infección local crónica de los tendones periféricos, lo que provoca síntomas de tenosinovitis.

El uso del antibiótico fluoroquinolona se ha asociado con tendinopatías, incluida la rotura tendinosa.

Signos y síntomas de la tendinitis y tenosinovitis

Suele haber dolor en tendones afectados cuando se mueven en forma activa o cuando se aplica resistencia contra el movimiento natural. Por ejemplo, debido a que el tendón tibial posterior ayuda a invertir el pie, la eversión pasiva más la inversión activa y contra resistencia causa dolor en los pacientes con tendinitis tibial posterior. En ocasiones, las vainas tendinosas se hinchan y acumulan líquido, generalmente cuando hay infección, artritis reumatoide o gota. La hinchazón puede ser visible o sólo palpable. La palpación a lo largo del tendón produce dolor localizado de diversa intensidad.

En esclerosis sistémica, la vaina tendinosa puede estar seca, pero el movimiento del tendón en su vaina puede producir fricción, que puede sentirse o escucharse con un estetoscopio.

Diagnóstico de tendinitis y tenosinovitis

  • Evaluación clínica

  • A veces, estudios dediagnóstico por imágenes

El diagnóstico se basa en los síntomas y el examen físico, que incluye la palpación o maniobras específicas para evaluar el dolor. La RM o la ecografía pueden realizarse para confirmar el diagnóstico, descartar otros trastornos y detectar desgarros e inflamación de los tendones.

Tendinopatía del manguito de los rotadores

La tendinopatía del manguito rotador es la causa más frecuente de dolor de hombro. El manguito de los rotadores se compone de cuatro tendones, el supraespinoso, el infraespinoso, el subescapular y el redondo menor. El tendón del supraespinoso está involucrado con mayor frecuencia y el subescapular es el segundo. La abducción activa en un arco de 40 a 120° y la rotación interna causan dolor (véase también Lesión del manguito de los rotadores/bursitis subacromial). La abducción pasiva causa menos dolor, pero la abducción contra resistencia puede aumentar el dolor. En la radiografía, a veces pueden verse depósitos de calcio en el tendón, por debajo del acromion. La ecografía o la RM pueden ayudar en la evaluación adicional (p. ej., si el diagnóstico no es claro) y para tomar decisiones sobre el tratamiento (p. ej., hallazgo de desgarros significativos que pueden requerir intervenciones quirúrgicas).

Tendinitis bicipital

El dolor en el tendón del bíceps se agrava con la flexión del hombro o con la supinación del antebrazo contra resistencia. El examinador puede provocar dolor en la zona proximal sobre el surco bicipital del húmero haciendo rodar el tendón bicipital bajo el pulgar.

Tenosinovitis flexora volar (tendinitis de los flexores de los dedos)

La tenosinovitis flexora volar (tendinitis de los flexores de los dedos) es un trastorno musculoesquelético frecuente que a menudo pasa inadvertido. Produce dolor en la palma sobre la cara volar del pulgar o de otros dígitos y puede irradiar en dirección distal. La palpación del tendón y la vaina tendinosa produce dolor; hay hinchazón y, a veces, un nódulo. El dedo afectado puede descansar en una posición flexionada, y la extensión pasiva provoca dolor. En etapas tardías, eI dedo se puede trabar en flexión y la extensión forzada puede causar una liberación brusca con un ruido seco (dedo en gatillo).

Tendinitis del glúteo medio

Los pacientes con síndrome de dolor trocantérico mayor (antes llamado bursitis trocantérica) casi siempre tienen tendinitis glútea media. En los pacientes con síndrome de dolor trocantérico mayor, la palpación sobre la prominencia lateral del trocánter mayor provoca dolor a la palpación. Suele haber antecedentes de presión crónica sobre la articulación, trauma, un cambio en la marcha (p. ej., debido a artrosis, accidentes cerebrovasculares o discrepancia en la longitud de las piernas) o una inflamación en este sitio (p. ej., en artritis reumatoide).

Tratamiento de la tendinitis y la tenosinovitis

  • Reposo o inmovilización, calor o frío, seguido de ejercicios

  • Medicamentos antiinflamatorios no esteroideos

  • A veces, inyección de corticoides

Los síntomas se alivian con reposo o inmovilización (p. ej., férula o cabrestillo) del tendón, aplicación de calor (en inflamación crónica) o frío (en inflamación aguda) y medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (véase tabla Tratamiento de artritis reumatoide con medicamentos antiinflamatorios no esteroideos) durante 7 a 10 días. En caso de gota, se utiliza indometacina o colchicina. Una vez controlada la inflamación, deben realizarse ejercicios que aumenten gradualmente la amplitud de movimiento varias veces al día, en especial en el hombro, que puede producir retracciones.

La inyección de un corticoide de liberación lenta (p. ej., betametasona 6 mg/mL, triamcinolona 40 mg/mL, metilprednisolona 20 to 40 mg/mL) en la vaina tendinosa puede ser útil; la inyección se usa si el dolor es intenso o si el problema es crónico. El volumen de inyección puede variar entre 0,3 mL y 1 mL, según el sitio. Si al inyectar a través de la misma aguja un volumen igual o doble de un anestésico local (p. ej., lidocaína 1 a 2%) el dolor se alivia de inmediato, esto confirma el diagnóstico. Debe tenerse cuidado de no inyectar en el tendón (que puede reconocerse por la resistencia marcada a la inyección); esto podría debilitarlo y aumentar el riesgo de rotura. Hay que aconsejar al paciente que mantenga en reposo la articulación adyacente para reducir el leve riesgo de rotura del tendón. Rara vez, los síntomas pueden empeorar hasta 24 h después de la inyección.

Perlas y errores

  • No inyectar corticosteroides en un tendón; esto podría debilitarlo y aumentar el riesgo de ruptura.

Pueden ser necesarias inyecciones repetidas y tratamiento sintomático. Rara vez, en casos persistentes, en especial en tendinopatía del manguito rotador, es necesaria una exploración quirúrgica con eliminación de los depósitos de calcio o reparación del tendón, seguida de fisioterapia progresiva. En ocasiones, es necesaria cirugía para liberar las cicatrices que limitan la función, extraer fragmentos de un hueso que causa fricción repetitiva o efectuar una tenosinovectomía para liberar la inflamación crónica.

Conceptos clave

  • La tendinitis y tenosinovitis, a diferencia de la tendinopatía (degeneración del tendón), implican inflamación.

  • Dolor, sensibilidad e hinchazón tienden a ser máximos a lo largo del curso del tendón.

  • La mayoría de los casos se diagnostican mediante el examen físico, que incluye maniobras específicas para el tendón, y a veces se confirman con RM o ecografía.

  • Tratar con reposo, calor o frío, medicamentos antiinflamatorios no esteroideos, y a veces inyección de corticosteroides.

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