La miasis cutánea es la infestación cutánea por las larvas de algunas especies de moscas.
La miasis está causada por las larvas de moscas dípteras (de dos alas). Existen 3 tipos de infestación cutánea, según la especie involucrada:
Forunculosa
En heridas
Migratoria
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En ocasiones, hay otros órganos comprometidos (p. ej., la nasofaringe, el tracto digestivo o el aparato urogenital). La infestación suele ocurrir en los países tropicales, de manera que la mayoría de los casos que se detectan en los Estados Unidos ocurren en personas que han viajado recientemente a áreas endémicas.
Miasis forunculosa
Muchas de las fuentes se conocen como moscardones. Dermatobia hominis, originaria de América del Sur y Central, es la causa más común en los viajeros que regresan a los Estados Unidos. Otras especies incluyen Cordylobia anthropophaga (en África subsahariana), varias especies de Cuterebra (en América del Norte), y especies de Wohlfahrtia (en América del Norte, Europa, y Paquistán). Muchas de las moscas no depositan sus huevos en los seres humanos sino en otros insectos (p. ej., mosquitos) u objetos (p. ej., ropa secándose al aire libre) que pueden entrar en contacto con la piel. Una vez en la piel, los huevos se transforman en larvas, que penetran en la piel y pasan por diferentes estadios hasta transformarse en larvas maduras; estas larvas maduras pueden medir de 1 a 2 cm de longitud, según la especie. Si no se trata la infestación, las larvas emergen finalmente de la piel, caen al suelo y continúan su ciclo vital.
Los síntomas típicos son el prurito, una sensación de movimiento y, en ocasiones, dolor lacerante. La lesión inicial puede ser parecida a una picadura de un artrópodo o un forúnculo bacteriano, aunque puede distinguirse por la presencia de un punto central con drenaje serosanguinolento; a veces, es posible observar una pequeña parte del extremo terminal de la larva. Las lesiones por D. hominis son más comunes en la cara, el cuero cabelludo y las extremidades, mientras que las de C. anthropophaga tienden a ocurrir en áreas que están cubiertas por la ropa y aparecen en la cabeza, el cuello y la espalda.
El enfoque terapéutico óptimo es incierto y los tratamientos varían según la disponibilidad de las intervenciones, que abarcan desde el manejo expectante hasta la extirpación quirúrgica. Las larvas necesitan oxigeno atmosférico para sobrevivir, de manera que la oclusión de la herida puede hacer que desaparezcan o que, por lo menos, se acerquen más a la superficie y facilitar así su eliminación manual (1). Hay varios métodos de oclusión; entre los más frecuentes se hallan el uso de vaselina, esmalte de uñas, panceta o una pasta de tabaco. No obstante, las larvas que mueren durante la oclusión son difíciles de extraer y suelen desencadenar una reacción inflamatoria intensa. Las larvas se pueden extraer a través de una pequeña incisión. La ivermectina por vía oral (200 mcg/kg, 1 sola dosis) o tópica, puede eliminar las larvas o inducir su migración.
Referencia de la miasis forunculosa
1. Solomon M, Lachish T, Schwartz E: Cutaneous myiasis. Curr Infect Dis Rep. 8(9):28, 2016. doi: 10.1007/s11908-016-0537-6
Miasis en las heridas
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Las heridas abiertas en las mucosas, por lo general en personas sin hogar, que tienen trastorno por consumo de alcohol, y cualquier persona que experimente condiciones higiénicas deficientes, pueden estar infestada por larvas de mosca, la mayoría de las veces de moscardones verdes o negros. A diferencia de las larvas de la mosca doméstica, la mayoría de los agentes causales de la miasis de las heridas invaden el tejido sano y el necrótico.
El tratamiento de la miasis de las heridas suele realizarse con irrigación y desbridamiento manual de la herida.
Miasis migratoria
Las moscas más frecuentes son especies de Gasterophilus intestinalis e Hypoderma. Estas moscas infestan caballos y ganado; las personas se contagian mediante el contacto con animales infestados o, con menos frecuencia, con la deposición directa de los huevos en la piel. Las larvas de estas moscas forman galerías por debajo de la piel y causan lesiones pruriginosas que pueden confundirse con las de la larva migratoria cutánea; no obstante, las larvas de las moscas son mucho más grandes que las de los anquilostomas, y las lesiones causadas por las larvas de las moscas persisten por más tiempo.
El tratamiento de la miasis migratoria es similar al de la miasis forunculosa.