En muchas lesiones cutáneas, la anamnesis y el examen físico son suficientes para el diagnóstico. Algunas requieren biopsia u otras pruebas complementarias.
Antecedentes dermatológicos
Es importante obtener datos como
Antecedentes personales o familiares de atopia (que sugieren dermatitis atópica)
Exposición ocupacional (dermatitis de contacto)
Exposición de larga data a la luz solar u otros tipos de radiación (tumores de piel malignos y benignos)
Enfermedades sistémicas (diabetes y Candida o tiña, hepatitis C y crioglobulinemia)
Uso de fármacos (síndrome de Stevens-Johnson, necrólisis epidérmica tóxica)
Antecedentes de viajes (enfermedad de Lyme, infecciones cutáneas)
Una respuesta negativa es tan importante como una positiva. La anamnesis sobre algunas lesiones cutáneas en particular también es importante, incluyendo el momento y sitio inicial de aparición, la progresión, los cambios en la apariencia y los factores desencadenantes.
Examen dermatológico
La inspección visual es la herramienta de evaluación más importante; muchas enfermedades cutáneas se diagnostican por su apariencia o la morfología de sus lesiones (véase también Descripción de las lesiones cutáneas). Un examen completo de la piel, incluido el examen del cuero cabelludo, las uñas y las membranas mucosas, se realiza para detectar cánceres de piel y pistas para el diagnóstico de una erupción generalizada. El aumento con una lupa de mano puede ayudar a revelar los detalles morfológicos. Un dermatoscopio de mano con iluminación incorporada es particularmente útil en la evaluación de las lesiones. Se puede obtener más información mediante el uso de diascopia o lámpara de Wood.