El impétigo es una infección superficial de la piel con costras o ampollas causadas por estreptococos, estafilococos, o ambos. El ectima es una forma ulcerativa del impétigo. El diagnóstico es clínico. El tratamiento se realiza con antibióticos tópicos y a veces por vía oral.
(Véase también Generalidades sobre las infecciones bacterianas de la piel).
No se han identificado lesiones predisponentes en la mayoría de los pacientes, aunque el impétigo puede aparecer luego de cualquier lesión en la piel. En su mayoría, los factores de riesgo generales parecen ser la humedad ambiental, la mala higiene o el estado de portador nasofaríngeo crónico de estafilococos o estreptococos.
El impétigo puede ser ampolloso o no ampolloso. El Staphylococcus aureus es la causa más importante de impétigo no ampolloso y la causa de todos los impétigos ampollosos. Las ampollas son causadas por una toxina exfoliativa producida por los estafilococos. Se ha aislado S. aureus meticilino resistente (SARM) en muchos casos recientes de impétigo.
Signos y síntomas de la Impétigo y ectima
El impétigo no ampollar suele manifestarse con vesículas o pústulas dispuestas en racimos que se rompen y desarrollan una costra melicérica (exudado desde la base de la lesión) sobre las lesiones. Las lesiones más pequeñas pueden coalescer en placas costrosas más grandes.
El impétigo ampollar es similar, pero las vesículas suelen agrandarse rápidamente formando ampollas. Las ampollas se rompen y sus bases extensas quedan expuestas para luego cubrirse con una costra melicérica delgada.
Esta fotografia muestra racimos de vesículas y pústulas con una corteza de color miel en desarrollo en la nariz.
DR P. MARAZZI/SCIENCE PHOTO LIBRARY
Esta imagen muestra placas perinasales costrosas de impétigo en la cara de un niño.
Imagen cortesía de Wingfield Rehmus, MD, MPH.
El impétigo no ampollar es una infección cutánea superficial que se manifiesta como grupos de vesículas o pústulas que se rompen y forman una costra melicérica.
Imagen proporcionada por Thomas Habif, MD.
Esta fotografia muestra un impétigo ampolloso en el abdomen de un lactante. La infección comienza como una placa roja que se convierte en pequeñas pústulas que se unen, formando con el tiempo ampollas amarillas.
SCIENCE PHOTO LIBRARY
El impétigo ampollar es una infección cutánea superficial que se manifiesta con grupos de vesículas o pústulas que se agrandan rápidamente y forman ampollas. Las ampollas se rompen y sus bases extensas quedan expuestas para luego cubrirse con una costra melicérica delgada.
Imagen proporcionada por Thomas Habif, MD.
El ectima es una forma de impétigo que se caracteriza por la presencia de úlceras pequeñas, purulentas, superficiales, como en sacabocados, con costras gruesas de color amarronado-negruzco y un halo eritematoso.
El impétigo y el ectima causan dolor y malestar leves. El prurito es frecuente; el rascado puede ayudar a diseminar la infección, con la inoculación del microorganismo en la piel adyacente y no adyacente.
Diagnóstico de impétigo y ectima
Evaluación clínica
El diagnóstico de impétigo y ectima se basa en el aspecto clínico característico.
Los cultivos de las lesiones están indicados sólo cuando el paciente no responde al tratamiento empírico. En pacientes con impétigo recurrente deben realizarse cultivos de muestras obtenidas de la nariz. En las infecciones persistentes, debe cultivarse el material de las lesiones en busca de SARM.
Tratamiento del impétigo y el ectima
Aplicación tópica de mupirocina, retapamulina, ácido fusídico u ozenoxacina
En ocasiones, antibióticos orales
Debe lavarse con suavidad el área afectada con agua y jabón varias veces al día para eliminar las costras.
El tratamiento para el impétigo localizado es el antibiótico tópico mupirocina en crema, 3 veces al día durante 7 días, retapamulina en ungüento 2 veces al día durante 5 días u ozenoxacina en crema al 1% aplicada cada 12 horas durante 5 días. La crema de ácido fusídico al 2% no está disponible en los Estados Unidos.
Pueden ser necesarios antibióticos orales (p. ej., dicloxacilina o cefalexina 250 a 500 mg 4 veces al día [12,5 mg/kg 4 veces al día para niños] durante 10 días) en pacientes inmunocomprometidos, que tienen lesiones de impétigo extensas o resistentes, o que tienen ectima. En pacientes alérgicos a la penicilina, puede usarse clindamicina en dosis de 300 mg cada 6 horas o eritromicina en dosis de 250 mg cada 6 horas, pero la resistencia a ambos antibióticos es un problema creciente.
No se recomienda el tratamiento empírico inicial contra SARM a menos que exista evidencia clínica irrefutable (p. ej., contacto con un caso confirmado o un brote epidémico, prevalencia local confirmada con cultivos > 10 o 15%). El tratamiento del SARM debe hacerse sobre la base de los resultados de los cultivos y antibiogramas; clindamicina, trimetoprima/sulfametoxazol (TMP/SMX), y doxiciclina suelen ser eficaces contra la mayoría de las cepas de SARM extrahospitalarias.
Otros tratamientos incluyen la recuperación de la barrera cutánea normal en individuos con dermatitis atópica subyacente o xerosis extensa mediante la utilización de emolientes tópicos y corticosteroides si estuvieran justificados. Los portadores crónicos de estafilococos en la nariz pueden recibir antibióticos tópicos (mupirocina) durante 1 semana; sin embargo, los datos no indican claramente que dicha descolonización reduzca las tasas de impétigo recurrente.
La recuperación suele ser rápida si el tratamiento se comienza a tiempo. La demora en su inicio puede causar celulitis, linfangitis, forunculosis e hiperpigmentación o hipopigmentación con o sin cicatrización. Los niños entre 2 y 4 años de edad tienen mayor riesgo de sufrir glomerulonefritis aguda si participan cepas nefrogénicas de estreptococos del grupo A (tipos 49, 55, 57, 59); la nefritis suele ser más común en el sur de los Estados Unidos que en otras regiones. Es poco probable que el tratamiento con antibióticos pueda prevenir la glomerulonefritis posestreptocócica.
Conceptos clave
Staphylococcus aureus es el causante de la mayoría de los impétigos no ampolloso y de todos los impétigos ampollosos.
La costra melicérica es característica del impétigo ampolloso y no ampolloso.
En caso de impétigo persistente, se debe hacer cultivo de la lesión (para identificar S. aureus resistente a la meticilina [SARM]) y de muestras nasales (para identificar un reservorio nasal potencial).
La mayoría de los casos se tratan con antibióticos tópicos.