La intoxicación alimentaria estafilocócica se debe a una toxina preformada producida por bacterias Staphylococcus aureus que han contaminado los alimentos. Los síntomas de náuseas y vómitos con cólicos abdominales suelen ser de inicio rápido, por lo general a las pocas horas de la ingestión. El diagnóstico es clínico. El tratamiento es sintomático con líquidos.
S. aureus suele estar presente en la piel y puede ingresar en los alimentos si los manipuladores de alimentos no se lavan de manera correcta antes de tocarlos. Si la comida se deja a temperatura ambiente, la bacteria puede multiplicarse y producir toxina. Los alimentos contaminados con Staphylococcus pueden no oler mal ni impresionar en mal estado.
(Véase también Generalidades sobre la gastroenteritis).
Signos y síntomas de la toxiinfección alimentaria por estafilococos
Los síntomas de la intoxicación alimentaria estafilocócica comienzan en forma rápida después de la ingestión de alimentos contaminados porque son causados por una enterotoxina preformada presente en los alimentos. Los síntomas suelen comenzar 30 minutos a 8 horas después de comer los alimentos contaminados. Las náuseas y los vómitos con cólicos abdominales son más comunes. Suele haber diarrea. Los síntomas suelen resolverse en 1 día.
Una manifestación similar puede observarse en la infección por Bacillus cereus, en forma típica después del consumo de arroz recalentado o frito.
Diagnóstico de toxiinfección alimentaria por estafilococos
Evaluación clínica
El diagnóstico casi siempre se realiza en forma clínica sobre la base de la aparición de síntomas típicos poco después de comer un alimento potencialmente contaminado (p. ej., comida de un restaurante).
Tratamiento del envenenamiento por alimentos con estafilococos
Líquidos orales o IV
A veces antieméticos
Las medidas sintomáticas, incluida la rehidratación con líquidos y electrolitos, es el pilar del tratamiento y es todo lo que se necesita en la mayoría de los adultos. Los antibióticos no están indicados.
Las soluciones orales de glucosa-electrolitos o caldo pueden impedir la deshidratación o tratar la que es leve. Deben administrarse líquidos isotónicos IV como Ringer lactato y solución fisiológica en presencia de deshidratación grave.
El tratamiento con un antiemético (p. ej., proclorperazina, ondansetrón) puede ser útil, en especial en pacientes que no pueden tolerar una rehidratación oral adecuada debido a náuseas y vómitos.