La hepatitis E es causada por un virus RNA de transmisión entérica y causa síntomas típicos de la hepatitis viral, incluyendo anorexia, malestar general e ictericia. La hepatitis fulminante y la muerte son infrecuentes, excepto durante el embarazo. El diagnóstico se realiza mediante pruebas de autoanticuerpos. El tratamiento es sintomático a menos que se desarrolle una infección crónica.
(Véase también Causas de hepatitis y Generalidades sobre la hepatitis viral aguda).
Hay 4 genotipos del virus de la hepatitis E (HEV). Todas pueden causar hepatitis viral aguda.
Los genotipos 1 y 2 generalmente causan brotes hídricos que están vinculados a la contaminación fecal del agua potable y la transmisión fecal-oral de persona a persona. Se han producido brotes en China, India, México, Pakistán, Perú, Rusia y centro y norte de África. Estos brotes tienen características epidemiológicas similares a los asociados con las epidemias por el virus de la hepatitis A. También se producen casos esporádicos. No se informaron brotes en los Estados Unidos ni en Europa occidental. La mayoría de los casos en áreas con instalaciones sanitarias adecuadas y eficaces ocurre en viajeros que regresan de un área sin tales instalaciones sanitarias, pero se han informado casos esporádicos no asociados con viajes.
Los genotipos 3 y 4 suelen causar casos esporádicos en lugar de brotes. La transmisión se efectúa por los alimentos y puede involucrar carne poco cocida o cruda; se informaron casos asociados con el consumo de carne de cerdo, ciervo, y mariscos.
Originalmente no se pensaba que el HEV causara hepatitis crónica, cirrosis o estado de portador crónico; sin embargo los informes documentan la hepatitis E crónica por genotipo 3, exclusivamente en pacientes inmunocomprometidos (incluyendo receptores de trasplantes de órganos, pacientes que reciben quimioterapia contra el cáncer, y pacientes infectados por el HIV) (1).
Referencia
1. World Health Organization (WHO): Hepatitis E. Accedido el 21 de junio de 2024.
Síntomas y signos de la hepatitis E
Ocurren manifestaciones típicas de la hepatitis viral: anorexia, malestar, náuseas y vómitos, y fiebre, seguido de ictericia.
La hepatitis E puede ser grave, especialmente en las mujeres embarazadas; en ellas, el riesgo de hepatitis fulminante y de muerte se incrementa.
Diagnóstico de la hepatitis E
Prueba de anticuerpos IgM (cuando esté disponible)
En el diagnóstico inicial de la hepatitis aguda, la hepatitis viral debe diferenciarse de otros trastornos que ocasionan ictericia (véase figura Aproximación diagnóstica simplificada a las posibles hepatitis virales agudas). Si se sospecha hepatitis viral aguda, deben solicitarse las siguientes pruebas en busca del virus de la hepatitis A, B y C:
Anticuerpo IgM contra el virus de la hepatitis A (anti-HAV)
Antígeno de superficie de hepatitis B (HBsAg)
Anticuerpo IgM contra el núcleo (core) del virus de hepatitis B (IgM anti-HBc)
Anticuerpo contra el virus de la hepatitis C (anti-HCV) y PCR (polymerase chain reaction) para el RNA de hepatitis C (HCV-RNA)
Si las pruebas para hepatitis A, B y C son negativas pero el paciente tiene las manifestaciones típicas de la hepatitis viral y presenta antecedentes recientes de un viaje a un área endémica, debe medirse el anticuerpo IgM contra el HEV (IgM anti-HEV) siempre que la prueba esté disponible.
Tratamiento de la hepatitis E
Tratamiento de sostén
Para la hepatitis E crónica, posiblemente ribavirina
Ningún tratamiento atenúa la hepatitis viral aguda incluso de la hepatitis E.
Estudios preliminares sugieren que la ribavirina, administrada durante 12 semanas, tiene eficacia antiviral en el tratamiento de la hepatitis E crónica (1).
Debe evitarse el alcohol, porque puede aumentar la lesión hepática. Las restricciones en la dieta o la actividad, como el reposo en cama que suele prescribirse, no poseen un fundamento científico.
Deben informarse los casos de hepatitis viral al departamento de salud local o estatal.
Referencia del tratamiento
1. Khuroo MS, Khuroo MS: Hepatitis E: an emerging global disease - From discovery towards control and cure. J Viral Hepat 23(2):68-79, 2016. doi: 10.1111/jvh.12445
Prevención de la hepatitis E
La higiene personal adecuada y las precauciones universales tradicionales pueden prevenir la transmisión fecal-oral de la hepatitis E. Hervir el agua parece reducir el riesgo de infección. Debido a que la transmisión de persona a persona es rara, no está indicado el aislamiento de los pacientes infectados.
En China ya está disponible una vacuna contra la hepatitis E; no está disponible en Estados Unidos. La vacuna parece tener una eficacia aproximada del 95% para prevenir la infección sintomática en hombres y es segura. La eficacia en otros grupos, la duración de la protección y la eficacia para prevenir la infección asintomática todavía no se definieron.
Conceptos clave
La transmisión de la hepatitis E suele ser por vía fecal-oral.
La mayoría de los pacientes se recuperan espontáneamente, pero las mujeres embarazadas tienen un mayor riesgo de hepatitis fulminante y muerte.
El genotipo 3 puede causar hepatitis crónica en pacientes inmunocomprometidos.
Sospechar hepatitis E en viajeros a regiones endémicas; hacer pruebas de IgM anti-HEV si está disponible.
Tratamiento sintomático de los pacientes; consideración del uso de ribavirina para la hepatitis E crónica.
Hay una vacuna disponible en China.