Aborto espontáneo

(Aborto espontáneo; pérdida del embarazo)

PorAparna Sridhar, MD, UCLA Health
Revisado/Modificado ene 2024
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Datos clave

Un aborto espontáneo es una pérdida del embarazo antes de las 20 semanas de gestación.

  • Los abortos espontáneos son muy frecuentes, especialmente al principio del embarazo.

  • La mayoría de las veces, la causa de un aborto espontáneo es desconocida, pero puede ocurrir porque el feto no se desarrolla normalmente (a veces debido a una anomalía genética o un defecto de nacimiento) o debido a un problema de salud de la mujer embarazada, como una anomalía estructural de los órganos reproductores, una infección, consumo de sustancias (por ejemplo, cocaína, alcohol o tabaquismo) o una lesión.

  • El sangrado y los cólicos pueden ser síntomas de un aborto espontáneo.

  • Los médicos comprueban el estado fetal con una ecografía y realizan una exploración pélvica.

  • Si se confirma un aborto espontáneo, la mujer puede esperar a eliminar el tejido del embarazo por sí sola o puede tomar medicamentos o someterse a un procedimiento para facilitar este proceso.

Se produce un aborto espontáneo hasta en cerca del 10-15% de los embarazos confirmados. Una cantidad mayor de abortos espontáneos no se reconoce porque tienen lugar antes de que las mujeres sepan que se han quedado embarazadas. Alrededor del 85% de los abortos espontáneos se producen durante las primeras 12 semanas de embarazo. El restante 15% de los abortos espontáneos se produce durante las semanas 13 a 20. Cuando una mujer desea quedarse embarazada y tener un hijo, un aborto espontáneo suele ser emocionalmente difícil para ella y su pareja, y pueden necesitar el apoyo de sus seres queridos y de profesionales de la salud.

Los abortos espontáneos son más frecuentes en embarazos de alto riesgo, sobre todo cuando las mujeres no reciben la atención médica adecuada.

Causas de los abortos espontáneos

Muy a menudo, la causa del aborto espontáneo es desconocida.

Los abortos espontáneos que se producen durante las primeras 10 a 11 semanas de embarazo a menudo están causados por un trastorno cromosómico. Esto ocurre con más frecuencia en mujeres menores de 20 años o mayores de 35 años.

Las anomalías anatómicas en el aparato reproductor (por ejemplo, un útero que tiene miomas o, en raras ocasiones, 2 cámaras o cicatrices internas) también pueden causar pérdida del embarazo hasta las 20 semanas de gestación. Un aborto espontáneo puede ser consecuencia de ciertas infecciones víricas, como una infección por citomegalovirus o una rubéola. Entre otras causas se encuentran afecciones médicas, como la diabetes o los trastornos autoinmunitarios.

Si la mujer sufre un trastorno que provoca que la sangre se coagule con demasiada facilidad (como el síndrome antifosfolipídico), puede sufrir abortos espontáneos consecutivos repetidos (pérdida de embarazo recurrente) que se producen después de las 10 semanas de gestación.

Entre los factores de riesgo (afecciones que aumentan el riesgo de sufrir un trastorno) para el aborto natural se incluyen los siguientes:

Un traumatismo físico grave puede provocar un aborto espontáneo, pero es poco probable que esté causado por una fuerza menor o por lesiones (como resbalones y caídas o ejercicio). El choque emocional repentino (por ejemplo, al recibir malas noticias) no está relacionado con un aborto espontáneo.

Comprender el lenguaje de la pérdida del embarazo

Los médicos pueden usar el término aborto para referirse a un aborto natural, porque el término médico es aborto espontáneo. El término médico para la interrupción intencional del embarazo se denomina aborto inducido o bien interrupción voluntaria del embarazo.

Los términos relacionados con el aborto son los siguientes:

  • Aborto espontáneo (aborto natural): pérdida de embarazo antes de las 20 semanas de embarazo

  • Aborto espontáneo temprano: pérdida de embarazo antes de las 12 semanas de embarazo

  • Aborto espontáneo tardío: pérdida de embarazo entre las 12 y las 20 semanas de gestación

  • Amenaza de aborto: hemorragia o dolor cólico durante las primeras 20 semanas de embarazo pero sin apertura (dilatación) del cérvix

  • Aborto no detectado: muerte fetal detectada mediante ecografía antes de las 20 semanas de embarazo, sin síntomas (sangrado o dolor) que sugieran un problema durante el embarazo

  • Aborto espontáneo recurrente: una historia de al menos 3 abortos espontáneos

  • Aborto séptico: infección del contenido del útero antes, durante o después de un aborto inducido

  • Muerte fetal: muerte fetal y parto a las 20 o más semanas de embarazo

Síntomas del aborto espontáneo

Un aborto espontáneo suele ir precedido de sangrado vaginal, que puede consistir en manchas de sangre de color rojo brillante u oscuro o en un sangrado más abundante. El útero es un músculo y se contrae durante el aborto espontáneo, causando calambres. Esto puede hacer que el cuello uterino se abra (se dilate). Sin embargo, el sangrado vaginal es frecuente al principio del embarazo y, a menudo, no hay ningún problema durante el embarazo. Alrededor del 25% de las mujeres embarazadas tienen algún tipo de hemorragia por lo menos una vez durante las primeras 12 semanas de embarazo. Aproximadamente el 12% de los embarazos con sangrado durante las primeras 12 semanas dan lugar a un aborto espontáneo.

En las primeras fases de un embarazo, la única señal de aborto espontáneo puede ser una pequeña cantidad de hemorragia vaginal. Más adelante, el aborto espontáneo puede causar hemorragia profusa y es posible que la sangre contenga mucosidad o coágulos. Los calambres empeoran hasta que, finalmente, el útero se contrae lo suficiente para expulsar el feto y la placenta.

A veces el feto deja de desarrollarse, pero no aparecen síntomas de aborto espontáneo. Esto se denomina aborto retenido. Los médicos pueden sospechar un aborto retenido si el útero no aumenta de tamaño. A veces, los médicos detectan un aborto que no había dado signos previos durante una ecografía prenatal de rutina.

Si quedan fragmentos del feto o de la placenta en el útero después de un aborto espontáneo, puede desarrollarse una infección. La infección del útero que ocurre durante o poco antes o después de un aborto espontáneo o un aborto inducido se denomina aborto séptico. Esta infección puede ser muy grave e incluso potencialmente mortal. La mujer debe buscar atención médica si el dolor abdominal o el sangrado vaginal persisten o empeoran unos días después de un aborto espontáneo o si tiene fiebre.

¿Sabías que...?

  • Los abortos espontáneos son frecuentes al principio del embarazo y algunos pueden no ser reconocidos porque ocurren antes de que las mujeres sepan que están embarazadas.

  • El 25% de las embarazadas experimentan algún sangrado por lo menos una vez durante las primeras 12 semanas de embarazo, pero solo aproximadamente el 12% de estas mujeres sufre un aborto espontáneo.

Diagnóstico de aborto espontáneo

  • Evaluación médica

  • Ecografía

  • Análisis de sangre

Si durante las primeras 20 semanas del embarazo la mujer embarazada tiene hemorragia y dolores abdominales, como calambres o cólicos, el médico la examina para determinar la probabilidad de un aborto espontáneo. Durante una exploración pélvica, el médico examina el cuello uterino para determinar si se está dilatando. En caso negativo, el embarazo puede continuar. Si se está dilatando antes de las 20 semanas de gestación, el aborto espontáneo es altamente probable.

A veces, el médico utiliza un dispositivo para escuchar el latido cardíaco fetal. También, la ecografía se realiza con un dispositivo insertado en la vagina (llamada ecografía transvaginal). La ecografía puede utilizarse para determinar si ya se ha producido un aborto espontáneo o, si no, si el feto sigue vivo. Si el aborto espontáneo ya ha tenido lugar, la ecografía puede mostrar si el feto y la placenta han sido expulsados completamente.

Por lo general, los médicos hacen análisis de sangre para medir una hormona producida por la placenta al comienzo del embarazo, denominada gonadotropina coriónica humana (hCG). Los resultados confirman el embarazo. Por lo general, la prueba se repite cada varios días o una vez a la semana para determinar si una mujer tiene un embarazo mal localizado (ectópico), que también puede causar sangrado, así como para asegurarse de que el proceso de aborto espontáneo se ha completado.

Si el útero no se agranda progresivamente, los médicos sospechan un aborto no detectado. Es decir, el feto ha muerto pero no ha sido expulsado del útero ni ha causado síntomas (sangrado vaginal o dolor abdominal).

Prueba analítica

Si una mujer ha tenido 2 o más abortos espontáneos, es posible que desee ver a un médico antes de intentar quedarse embarazada de nuevo. El médico puede comprobar si hay anomalías genéticas o estructurales, u otros trastornos que incrementan el riesgo de aborto espontáneo. Por ejemplo, los médicos pueden hacer lo siguiente:

  • Una prueba de imagen (como ecografía, histeroscopia o histerosalpingografía) para buscar anomalías estructurales del sistema reproductor femenino

  • Análisis de sangre para verificar ciertos trastornos, como síndrome antifosfolipídico, diabetes, anomalías de las hormonas reproductivas, y trastornos tiroideos

  • Pruebas genéticas para detectar anomalías cromosómicas

Si se identifican, se pueden tratar algunas causas de aborto espontáneo recurrente, lo que hace posible un embarazo exitoso en el futuro.

Tratamiento del aborto espontáneo

  • Sin tratamiento, si el tejido del embarazo se ha eliminado por completo

  • Observación de los síntomas y espera de que el tejido del embarazo se elimine por sí solo

  • Medicamentos o un procedimiento para ayudar a eliminar el tejido del embarazo

  • Analgésicos, según sea necesario

  • Inmunoglobulina Rho (D) si la madre tiene sangre Rh negativa

  • Apoyo emocional

Si existe una amenaza de aborto espontáneo (los síntomas aparecen pero la ecografía muestra un embarazo normal), algunos médicos aconsejan a las mujeres que eviten las actividades extenuantes y, si es posible, que se mantengan estiradas y eviten la actividad sexual. Sin embargo, no está claro que estas limitaciones sean de ayuda.

Si se produce un aborto espontáneo y se han expulsado completamente el feto y la placenta, no hay necesidad de tratamiento alguno.

Si se confirma un aborto espontáneo pero la totalidad o parte del tejido del feto o de la placenta permanece en el útero, generalmente existen varias opciones para expulsar o eliminar el tejido del embarazo.

En el caso de un aborto espontáneo temprano (antes de las 12 semanas de embarazo) y si la mujer no presenta sangrado abundante o signos de infección, los médicos suelen explicar varias opciones, y la mujer puede optar por una de las siguientes:

  • Controlar de cerca los síntomas y esperar a que el útero expulse el tejido por sí solo: la mujer debe recibir instrucciones sobre qué esperar, cómo controlar el dolor, cómo reconocer si el tejido del embarazo ha sido eliminado y cuándo llamar al médico (si hay sangrado o el dolor es diferente al habitual en caso de aborto espontáneo o si hay fiebre). Si el tejido del embarazo no se expulsa por sí solo, se requiere medicación o un procedimiento quirúrgico.

  • Tome medicamentos (generalmente misoprostol, a veces con mifepristona) para ayudar al útero a expulsar el embarazo.

  • Someterse a un procedimiento para extirpar el tejido del embarazo del útero: por lo general, se inserta un tubo flexible a través de la vagina hacia el útero y se utiliza succión (dilatación y legrado [D & L] con aspiración).

Si un aborto espontáneo ha sido expulsado por sí solo, los médicos suelen solicitar análisis de sangre para detectar la hormona del embarazo hCG una vez por semana hasta que la concentración sea indetectable, a fin de confirmar que no queda tejido del feto o de la placenta en el útero.

En el caso de un aborto espontáneo tardío (entre 12 y 20 semanas), los médicos generalmente aconsejan no esperar a que el embarazo se expulse por sí solo, ya que esto puede causar dolor o sangrado grave, además de que podría no expulsarse por completo, causando una infección. Los abortos espontáneos tardíos se tratan con una o más de una de las opciones siguientes:

  • Un procedimiento para extirpar el tejido uterino del embarazo: se denomina dilatación y legrado (D & L) o bien dilatación y evacuación (D y E) y se realiza con aspiración y/u otros instrumentos quirúrgicos que se introducen a través de la vagina hasta el útero.

  • Medicamentos para inducir el parto y así expulsar el contenido del útero: estos medicamentos pueden incluir misoprostol, a veces con mifepristona (generalmente utilizada al principio del embarazo) u oxitocina (generalmente utilizada más adelante en el embarazo).

Se administran analgésicos según sea necesario.

Todas las mujeres que tienen un tipo de sangre Rh-negativo y han sufrido un aborto espontáneo reciben inmunoglobulina Rho (D) para prevenir la enfermedad hemolítica del feto (eritroblastosis fetal). Este trastorno está causado por una incompatibilidad de Rh (cuando la madre tiene sangre Rh negativa y el feto tiene sangre Rh positiva).

Emociones después de un aborto espontáneo

Después de un aborto espontáneo, la mujer y su pareja pueden sentir dolor, tristeza, ira, culpa o ansiedad por embarazos posteriores.

  • Pena: el duelo por una pérdida es una respuesta natural y no debe suprimirse o negarse. Hablar de sus sentimientos con otra persona ayuda a la mujer a sobrellevar sus sentimientos y adquirir perspectiva.

  • Culpabilidad: la mujer pueden pensar que han hecho algo para causar el aborto espontáneo. Por lo general no es así. A veces la mujer se acuerda de haber tomado un medicamento corriente de venta libre al principio del embarazo, haber bebido un vaso de vino antes de saber que estaba embarazada o haber hecho alguna otra cosa cotidiana. Tales cosas casi nunca son la causa de un aborto espontáneo, por lo que las mujeres no deben sentirse culpables acerca de ellas.

  • Ansiedad: las mujeres que han tenido un aborto espontáneo pueden querer hablar con su médico sobre la probabilidad de repetición de este episodio en los embarazos siguientes y ser examinadas si es necesario. A pesar de que tener un aborto espontáneo aumenta el riesgo de tener otro, la mayoría de estas mujeres pueden quedar embarazadas de nuevo y tener un bebé sano a término. Por lo general, no son necesarias pruebas adicionales a menos que la mujer haya sufrido 2 o más abortos espontáneos.

Los médicos ofrecen su apoyo y, cuando resulta apropiado, tranquilizan a la mujer asegurándole que el aborto espontáneo no fue culpa suya. Raramente se necesita asesoramiento formal, pero los médicos lo ponen a disposición de las mujeres que lo desean. Los Support groups (Grupos de apoyo) pueden ser útiles.

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