La agresión sexual es cualquier tipo de actividad o contacto sexual realizados sin el consentimiento de una persona. La agresión sexual, incluida la violación, puede causar lesiones físicas o enfermedades o traumas psicológicos. Los supervivientes deben ser evaluados para detectar lesiones, infecciones de transmisión sexual, embarazo y trastornos por estrés agudo o postraumático; se les pide que autoricen un examen para recoger pruebas. El tratamiento incluye la profilaxis de la infección y la atención de la salud mental.
Las víctimas de agresiones sexuales pueden tener desgarros en los genitales o el ano, cortes y contusiones, emociones perturbadoras y dificultad para dormir.
Entre los riesgos, se encuentran las infecciones de transmisión sexual, incluida la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y el embarazo.
Las víctimas de violación deben ser examinadas minuciosamente en un centro atendido por personal especializado (centro para las víctimas de violación).
Suele ser necesario tratar las lesiones físicas, administrar vacunas y antibióticos para prevenir infecciones, un tratamiento anticonceptivo urgente y asesoramiento o psicoterapia.
Siempre que sea posible, los miembros de la familia y los amigos cercanos deben reunirse con un miembro del equipo de ayuda por violación para conversar sobre cómo apoyar a la víctima de la violación.
Por lo general se considera como violación cualquier penetración en la vagina o el ano con cualquier parte del cuerpo o con un objeto o la penetración de la boca con el órgano sexual de otra persona cuando la persona que la sufre no lo consiente o no puede consentirlo (lo que se denomina contacto sexual no consensual). Una persona que está incapacitada no puede dar su consentimiento (porque está intoxicada o tiene limitaciones mentales o físicas). En personas que no llegan a la edad del consentimiento, la penetración de la vagina, el ano o la boca, ya sea deseada o no, se considera estupro.
Por lo general, la violación es una expresión de agresividad, ira o necesidad de poder y control más que de motivación sexual. Muchas personas que son violadas también son agredidas o lesionadas físicamente.
Agresión sexual es un término más amplio. Se define como cualquier tipo de actividad o contacto sexual realizados sin el consentimiento de una persona. La agresión sexual puede incluir el uso de la fuerza y las amenazas para forzar cualquier contacto sexual. La víctima es una persona que no da su consentimiento o que no puede hacerlo porque está incapacitada.
Las víctimas de violación y agresión sexual son personas de todos los géneros. Sin embargo, las mujeres y las niñas tienen las tasas más altas de violación y agresión sexual. En Estados Unidos, la incidencia estimada de violación a lo largo de la vida es del 19,3% entre las mujeres y del 1,7% entre los hombres. El porcentaje de casos denunciados probablemente sea más bajo que el verdadero.
Síntomas y efectos de la violación y la agresión sexual
Los síntomas y complicaciones de la violación y de las agresiones sexuales pueden incluir
Lesiones físicas
Traumatismo psicológico
Embarazo
Las lesiones físicas resultantes de una violación pueden incluir lesiones en el ano o en los genitales, como un desgarro de la parte superior de la vagina, y lesiones en otras partes del cuerpo, como contusiones, moratones en los ojos, cortes y arañazos. La violación también puede tener efectos a largo plazo sobre la salud física.
Los efectos psicológicos de una violación o de agresiones sexuales son a menudo más devastadores que los físicos.
Efectos inmediatos
Inmediatamente después de una agresión sexual, el comportamiento de la víctima puede ir desde la locuacidad, la tensión, el llanto y el temblor, hasta la conmoción, la incredulidad, la ausencia de emoción y la calma. La falta de emoción rara vez indica falta de preocupación. Más bien, es probable que sea una manera de evitar pensar en lo que sucedió o de mantener las emociones bajo control. O bien la víctima puede mostrar poca o ninguna emoción debido al agotamiento físico o a la insensibilidad emocional.
Las víctimas de agresión sexual se suelen sentir también aterrorizadas, ansiosas e irritables. Pueden sentirse furiosas, deprimidas, abochornadas, avergonzadas o culpables (incluso se preguntan si hicieron algo para provocar la violación o si hubieran podido evitarla). Su ira puede estar dirigida a ellos mismos o estar mal dirigida al personal del hospital o a los miembros de la familia.
También es frecuente que sufran insomnio o pesadillas.
Las víctimas pueden desarrollar síntomas de estrés (lo que se denomina trastorno de estrés agudo). El trastorno de estrés agudo se puede diagnosticar cuando los síntomas están presentes durante 3 días a 1 mes después de la violación. Las víctimas pueden ser incapaces de recordar partes importantes del evento. Este tipo de pérdida de memoria (llamada amnesia disociativa) es un síntoma de trastorno por estrés agudo o trastorno por estrés postraumático.
Trastorno de estrés postraumático
Para la mayoría de las víctimas, los síntomas se atenúan sustancialmente en un periodo de algunos meses.
Algunas víctimas desarrollan trastorno de estrés postraumático (TEPT). Se diagnostica cuando los síntomas del trastorno de estrés postraumático presentan las características siguientes:
Se prolongan durante más de un mes
Afectan significativamente las actividades sociales y el trabajo de la víctima
No son consecuencia de otro problema médico o del consumo de fármacos o sustancias
Los síntomas del trastorno de estrés postraumático incluyen
Volver a experimentar el acontecimiento traumático (por ejemplo, en forma de recuerdos recurrentes o de pensamientos o imágenes intrusivas y molestas)
Evitar situaciones, pensamientos y sentimientos relacionados con el acontecimiento traumático
Tener problemas cognitivos y del estado de ánimo (como sentirse responsable de la agresión sexual o no poder tener ningún sentimiento positivo)
Ser incapaz de recordar partes importantes del suceso
Estar excesivamente pendiente de cualquier signo de peligro o sobresaltarse fácilmente
Sentirse extremadamente tenso, agitado o irritable e incapaz de relajarse
Tener problemas para concentrarse y para dormir
Muchas víctimas que desarrollan trastorno de estrés postraumático también desarrollan depresión y/u otros trastornos de la salud mental, como el trastorno por consumo de sustancias.
Riesgo de infección o de embarazo
Después de una violación, existe el riesgo de infecciones como las infecciones de transmisión sexual (como gonorrea, tricomoniasis, infecciones por clamidias, infección por el virus del papiloma humano, y sífilis), hepatitis B, hepatitis C y vaginosis bacteriana. La infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) es particularmente preocupante, pero la probabilidad de contagiarse en un único contacto es baja.
La mujer también puede quedarse embarazada después de ser violada.
Evaluación de la violación y la agresión sexual
Una exploración física que incluye una exploración pélvica
Si la víctima da su consentimiento, análisis para reunir pruebas y comprobar la presencia de infecciones de transmisión sexual
Prueba de embarazo
Si la persona ha sido víctima de violación, es importante que se someta a una evaluación médica exhaustiva. Siempre que sea posible, se debe llevar a la persona que ha sido violada o agredida sexualmente a un centro especializado que cuente con personal debidamente preparado, como el personal de enfermería entrenado para la detección de agresiones sexuales (conocido en Estados Unidos por las siglas SANE). El centro puede depender de un servicio de urgencias hospitalario o tratarse de un centro independiente. Algunas áreas disponen de un equipo de respuesta frente a la agresión sexual (SART, por sus siglas en inglés) compuesto por personas que trabajan en atención médica, medicina forense, el centro local de crisis por violación, la policía y la fiscalía.
El equipo de atención de la agresión sexual explica los procedimientos (exploración física y otras pruebas) para recopilar pruebas que podrían permitir un posible enjuiciamiento, y la víctima decide si da su consentimiento a las mismas. Se le deben explicar las ventajas y los inconvenientes de continuar con estas acciones. La víctima no debe sentirse presionada a dar su consentimiento.
Si la víctima escoge seguir adelante, los profesionales de la salud están obligados por ley a notificarlo a la policía y a examinar a la víctima. El examen puede proporcionar pruebas para el procesamiento del violador. Las mejores pruebas se obtienen cuando la víctima de violación acude al hospital lo más pronto posible, sin ducharse o lavarse, sin cepillarse los dientes, sin clavar las uñas, ni cambiarse de ropa y, a poder ser, incluso sin haber orinado. El informe médico resultante de este examen a veces se utiliza como prueba en los procedimientos legales. Sin embargo, este informe médico no puede ser utilizado a menos que la víctima dé su consentimiento por escrito o reciba una citación judicial. El informe también puede ayudar a la víctima a recordar detalles de la violación si más adelante se requiere su testimonio.
Inmediatamente después de una violación, la víctima puede vacilar o tener miedo ante el hecho de someterse a una exploración física. El equipo médico hace todo lo posible para que la persona se sienta cómoda y segura.
Antes de cada paso de la exploración, el profesional de la salud explica en qué consistirá y le pide permiso a la víctima para proceder. La víctima debe sentirse libre de formular cualquier pregunta sobre la exploración y su propósito. La víctima también debe sentirse libre de rechazar cualquier parte de la exploración.
El profesional sanitario suele pedir a la víctima que le describa los acontecimientos para ayudar a orientar la exploración y el tratamiento. Sin embargo, hablar sobre la violación es a menudo una experiencia aterradora y angustiosa. La víctima puede solicitar un aplazamiento para realizar una descripción completa después de que hayan sido cubiertas sus necesidades inmediatas. La víctima primero suele ser necesario tratar las posibles heridas y la mujer puede necesitar cierto tiempo para calmarse.
Cuando la víctima es capaz de responder, el médico le formula preguntas sobre la violación, como las siguientes:
¿Qué partes del cuerpo estuvieron afectadas (vagina, boca y/o recto)?
¿Se ha producido eyaculación (descarga de semen)?
¿Se ha utilizado un preservativo?
¿Amenazó el agresor, usó un arma o se comportó violentamente?
¿Qué aspecto tenía el agresor?
Para determinar la probabilidad de embarazo, el médico preguntará a la mujer cuándo fue su último periodo menstrual y si usa anticonceptivos. Para ayudar a interpretar el análisis de cualquier muestra de espermatozoides, el médico le preguntará si mantuvo alguna relación sexual antes de la violación, y si la respuesta es afirmativa, cuándo fue.
El médico tomará nota de las lesiones físicas, como cortes y arañazos, y puede examinar los genitales y el ano en busca de otras lesiones. Se toman fotografías de las heridas o lesiones. Puesto que algunas lesiones, como las contusiones, pueden aparecer más tarde, es posible que haya necesidad de obtener una segunda serie de fotografías. Se puede indicar una colposcopia para detectar lesiones genitales sutiles. Para la colposcopia, se examinan la vagina y el cuello uterino y/o el ano con un instrumento de aumento.
Análisis y recopilación de pruebas
Para tomar las muestras de semen y otros fluidos corporales que puedan servir de prueba judicial se utiliza un hisopo o una torunda de algodón. También se recogen otras muestras, como muestras de cabello, sangre o piel (encontradas algunas veces debajo de las uñas de la víctima) pertenecientes al violador. A veces se realizan análisis del ADN de esas muestras para identificar al autor de la violación. Ciertas prendas de la víctima pueden guardarse como prueba.
Si la víctima consiente, se realiza un análisis de sangre y orina en busca de infecciones, incluida la producida por VIH.
Si los resultados de las pruebas iniciales para el embarazo y las infecciones de transmisión sexual son negativos o si la víctima se negó a recibir tratamiento para las infecciones de transmisión sexual, se realiza nuevamente la prueba:
A la semana 1: gonorrea, clamidias y tricomoniasis
A las 2 semanas: embarazo
A las 4 a 6 semanas: sífilis e infección por VIH
A los 3 meses: sífilis, hepatitis e infección por VIH
En mujeres, se realiza una citología pasadas 6 semanas para detectar una infección por el virus del papiloma humano (VPH).
Por lo general, durante el examen inicial efectuado a las mujeres que han sido violadas, se hace una prueba de embarazo para medir el nivel de gonadotropina coriónica humana en la orina y poder detectar un embarazo ya existente. Si el resultado es negativo, se repite la prueba antes de 2 semanas para detectar un embarazo que pudiera deberse a la violación.
Si la víctima no puede recordar los acontecimientos ocurridos en el momento de la violación, los médicos pueden buscar pruebas del uso por parte del violador de un fármaco para la violación como flunitrazepam, una benzodiazepina o gamma-hidroxibutirato, una droga recreativa ilícita. Las pruebas de detección de drogas ilícitas y alcohol son controvertidas porque las pruebas de intoxicación pueden utilizarse para desacreditar a la víctima.
Si los desgarros vaginales son graves, especialmente en niñas, se puede realizar una laparoscopia. Para la laparoscopia, se inserta un tubo flexible de visualización en la vagina u otros órganos para poder examinarlos directamente.
Tratamiento de la violación y la agresión sexual
Tratamiento de las lesiones físicas
Fármacos y en ocasiones vacunas para prevenir infecciones, incluida la infección por VIH
Anticoncepción de emergencia si la mujer lo desea
Apoyo o intervención psicológica
Después de la exploración física, se ofrece a la víctima la posibilidad de lavarse, cambiarse de ropa, usar enjuagues bucales y orinar y defecar si lo necesita.
Se trata cualquier lesión física. Los desgarros en los genitales o en el ano pueden necesitar reparación quirúrgica.
El trastorno por estrés postraumático puede tratarse eficazmente con psicoterapia y farmacoterapia.
Proporcionar apoyo psicológico
Los profesionales de la salud describen a la víctima las reacciones psicológicas que suelen producirse después de una agresión sexual (como ansiedad excesiva, miedo o culpabilidad). Esta información puede ayudar a las víctimas a aceptar sus reacciones y a lidiar con ellas. Los médicos también tranquilizan a las víctimas explicándoles que la agresión no fue por su culpa y proporcionándoles apoyo general.
Tan pronto como sea posible, se reunirá con la víctima una persona entrenada en el manejo de las crisis que pueden sobrevenir después de una violación. Se remite a las víctimas a un equipo de crisis por violación si existe alguno en la zona donde ella reside. Este equipo puede proporcionar apoyo médico, psicológico y legal de gran utilidad para la víctima. Hablar sobre la violación y sus sentimientos al respecto puede ayudar a las víctimas a recuperarse.
Si las víctimas continúan presentando síntomas tras la violación, pueden ser remitidas a un psicólogo, trabajador social o psiquiatra.
Los familiares y amigos pueden tener sentimientos similares a los de la víctima: ansiedad, ira o culpa. Irracionalmente pueden responsabilizar a la víctima de lo sucedido. De este modo, la víctima de violación, además de sus propios sentimientos, puede tener que enfrentarse con otras reacciones negativas, a veces críticas o despectivas de la familia o amigos, así como con las de los investigadores. Estas reacciones pueden dificultar su recuperación. Los familiares o amigos cercanos también pueden beneficiarse de la reunión con un miembro del equipo de crisis por violación o de la unidad evaluadora de agresiones sexuales para hablar sobre sus sentimientos y decidir la mejor forma de ayudar a la víctima. Por lo general, suele ser de gran ayuda escuchar a la víctima ofreciéndole apoyo sin expresar sentimientos intensos sobre la agresión sexual. Culparla o criticarla puede afectar a su recuperación.
Una red de apoyo constituida por profesionales de la salud, amigos y miembros de la familia puede ser de mucha ayuda para la víctima.
Prevención o tratamiento de infecciones
Las infecciones de transmisión sexual se tratan con antibióticos.
A las víctimas que no han sido vacunadas contra la hepatitis B se les administra la vacuna contra la hepatitis B, seguida de dos dosis más, la primera al cabo de 1 mes de la primera dosis y la segunda al cabo de 6 meses desde la primera dosis.
La vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH) se administra después de una violación a personas de 9 a 26 años de edad si no están vacunadas o no están completamente vacunadas.
Si los resultados de las pruebas para el VIH son positivos, la víctima probablemente tenía infección por el VIH antes de la violación, porque la infección por VIH contraída a través de las relaciones sexuales por lo general no se puede detectar hasta entre 9 días y 6 meses más tarde. Si los resultados del VIH fueran positivos, se debe empezar el tratamiento para el VIH inmediatamente.
Si el resultado para el VIH es negativo, se repite la prueba del VIH varias veces posteriormente, a lo largo de varios meses.
Se pueden administrar a la víctima medicamentos para prevenir la infección por VIH. En promedio, la probabilidad de desarrollar infección por el VIH después de una violación por parte de un desconocido es baja. El riesgo puede ser mayor si se da cualquiera de las situaciones siguientes:
Penetración anal
Sangrado (del agresor o de la víctima)
Violación de hombre a hombre
Violación por varios asaltantes (como puede suceder a los hombres en la cárcel)
Violación que se produce en zonas donde la infección por VIH es inusualmente frecuente
El tratamiento para prevenir la infección por VIH es más eficaz si se administra cuando han transcurrido within 4 horas después de la penetración y no se debe administrar si han pasado more than 72 horas desde la penetración.
Prevención del embarazo
Se proporciona anticoncepción de emergencia si la mujer así lo desea y su prueba de embarazo es negativa. Por lo general, consiste en una dosis elevada de un medicamento hormonal administrado inmediatamente por vía oral, que se repite 12 horas más tarde.
La inserción de un dispositivo intrauterino (DIU) dentro de los 5 días posteriores a la violación también es eficaz para prevenir el embarazo.
Si el embarazo es consecuencia de la violación, los médicos aconsejan a las mujeres sobre sus opciones, incluyendo la continuación del embarazo o el aborto.
Más información
El siguiente recurso en inglés puede ser útil. Tenga en cuenta que el MANUAL no se hace responsable del contenido de este recurso.
U.S. Department of Veteran Affairs: National Center for posttraumatic stress disorder (PTSD). Este sitio web proporciona enlaces a información general sobre el trastorno de estrés postraumático (TEPT), los tipos de traumas y los problemas que pueden resultar del trastorno de estrés postraumático, como el dolor crónico, la depresión y la dificultad para dormir.
RAINN (Rape, Abuse & Incest National Network) (RAINN, por las siglas en inglés de Red Nacional sobre Violación, Abuso & Incesto): RAINN proporciona recursos y servicios de apoyo en caso de crisis a través de su sitio web y de la línea directa nacional de teléfono para agresiones sexuales (800) 656-HOPE (4673) (en Estados Unidos)
National Sexual Violence Resource Center (NSVRC): El NSVRC (Centro nacional de recursos sobre la violencia sexual, NSVRC por sus siglas en inglés) proporciona investigación y herramientas para abogar por trabajar para poner fin al acoso sexual, la agresión y el maltrato.