Torsión femoral

(Torcedura del fémur; torsión del fémur)

PorJoan Pellegrino, MD, Upstate Medical University
Revisado/Modificado nov 2024
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El hueso del muslo (fémur) puede estar torcido al nacer.

Los defectos congénitos, también denominados anomalías congénitas, son alteraciones físicas de naturaleza diversa que se producen en algún momento previo al nacimiento. "Congénito" significa "presente al nacer". (Véase también Introducción a los defectos congénitos de los huesos, las articulaciones y los músculos.)

La cabeza femoral es la parte superior del fémur, el hueso más largo de la pierna. La cabeza femoral puede estar torcida (lo que se denomina torsión) interna o externamente. Cuando están torcidas internamente, las rodillas apuntan una hacia la otra con los dedos de los pies hacia dentro, lo que se denomina torsión interna. Cuando se tuercen externamente, las rodillas apuntan en direcciones opuestas, lo que se denomina torsión externa. La torsión parece estar relacionada con la posición del bebé mientras crece en el útero.

Debido a que la torsión femoral a menudo es hereditaria, algunas personas pueden estar genéticamente predispuestas a esta afección. La torsión de la cabeza femoral es frecuente entre los recién nacidos.

Los médicos pueden detectar la torsión femoral de nacimiento colocando al bebé sobre una camilla de exploración y girándole las caderas en diferentes direcciones para observar si el movimiento está limitado. A los lactantes con torsión externa grave se les somete a menudo a una ecografía o a radiografías de la cadera para buscar una luxación congénita de cadera.

Tratamiento de la torsión femoral

  • En ciertas ocasiones, intervención quirúrgica

Cuando llega la adolescencia, la torsión femoral interna tiende a disminuir gradualmente sin tratamiento. Los niños que presentan un defecto en la columna vertebral, como espina bífida, o aquellos que ven afectada su capacidad de caminar a causa de la torsión suelen requerir la consulta con un traumatólogo y cirugía.

La torsión externa suele corregirse por sí sola, sobre todo cuando el niño comienza a ponerse de pie y caminar. Sin embargo, si la torsión externa persiste después de los 8 años de edad se debe consultar a un especialista (traumatólogo) porque en ese momento puede ser necesaria una intervención quirúrgica para corregirla.

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