Los ojos pueden estar ausentes, presentar deformidades o estar insuficientemente desarrollados al nacer.
Los defectos congénitos, también denominados anomalías congénitas, son alteraciones físicas de naturaleza diversa que se producen en algún momento previo al nacimiento. "Congénito" significa "presente al nacer". (Véase también Introducción a los defectos congénitos de la cara y el cráneo.)
Los defectos congénitos oculares son los siguientes:
Hipertelorismo: ojos muy separados, pueden aparecer en muchos síndromes congénitos (un grupo de defectos presentes al nacer que ocurren juntos)
Hipotelorismo: ojos muy juntos
Coloboma: ausencia de un fragmento de tejido en cualquier parte del ojo, como el párpado, el iris, la retina o el nervio óptico de uno o ambos ojos.
Microftalmia: globo ocular de pequeño tamaño (puede afectar uno o ambos ojos)
Anoftalmia: ausencia completa del globo ocular (puede ocurrir en más de 50 síndromes congénitos)
Algunos de estos defectos congénitos pueden estar causados por mutaciones en determinados genes. Otras pueden ser consecuencia del consumo de ciertos fármacos o sustancias ilícitas o alcohol por parte de la madre durante el embarazo o por una infección que pueda haber contraído durante el embarazo.
Un niño que tiene un defecto congénito del ojo a menudo tiene otros defectos congénitos, particularmente de la cara o del cerebro.
Esta persona sufre hipertelorismo (ojos muy separados, izquierda) e también hipoplasia maxilar (mandíbula superior pequeña, derecha).
© Springer Science + Business Media
Esta foto muestra a una persona que tiene un coloboma en ambos ojos con las pupilas agrandadas que se extienden hasta el borde inferior del iris de cada ojo.
DR P. MARAZZI/SCIENCE PHOTO LIBRARY
Esta foto muestra a una persona con microftalmia en ambos ojos (el ojo izquierdo está más gravemente afectado que el derecho).
© Springer Science + Business Media
Esta foto muestra a una persona que presenta múltiples defectos congénitos en el lado derecho, como la ausencia de un globo ocular (anoftalmia), un oído externo (pabellón auricular) deformado y un lado derecho de la cara de menor tamaño que el izquierdo.
© Springer Science + Business Media
Diagnóstico de los defectos oculares
Antes del nacimiento, ecografía y estudios de imagen del feto y, a veces, análisis de sangre
Después del nacimiento, exploración clínica del recién nacido
Prueba genética
Antes del nacimiento, los médicos pueden identificar algunos defectos oculares durante una ecografía y a veces haciendo una amniocentesis o bien una biopsia de vellosidades coriónicas para obtener una muestra de ADN del feto para realizar pruebas genéticas.
Después del nacimiento, los médicos pueden identificar muchos defectos oculares durante una exploración física.
En la formación de defectos congénitos del ojo pueden estar implicados genes anómalos, por lo que los bebés afectados deben ser evaluados por un genetista. Un genetista es un médico especializado en genética (la ciencia de los genes y cómo ciertas cualidades o rasgos se transmiten de los padres a la descendencia). Se pueden realizar pruebas genéticas de una muestra de sangre del bebé para detectar anomalías cromosómicas y genéticas. Estas pruebas pueden ayudar a los médicos a determinar si la causa es un trastorno genético específico y descartar otras causas. Si hay un trastorno genético, las familias se pueden beneficiar del asesoramiento genético.
Tratamiento de los defectos del oído
Cirugía
Los niños que tienen una de estas condiciones deben ser evaluados por un oftalmólogo pediátrico. Un oftalmólogo pediátrico es un médico especializado en problemas oculares en niños. Los defectos congénitos del ojo se tratan quirúrgicamente utilizando diversas técnicas quirúrgicas.