Defectos vesicales

PorRonald Rabinowitz, MD, University of Rochester Medical Center;
Jimena Cubillos, MD, University of Rochester School of Medicine and Dentistry
Revisado/Modificado oct 2024
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    Existen varios defectos congénitos distintos que afectan la vejiga (el saco muscular expandible que contiene la orina). Algunos de estos defectos son evidentes en la exploración clínica. Otros requieren pruebas de valoración de las vías urinarias.

    (Véase también Introducción a los defectos congénitos del aparato urinario.)

    Interior del tracto urinario

    Problemas en los nervios que van la vejiga (vejiga neurógena)

    Los defectos congénitos que afectan los nervios de la vejiga, incluyendo afecciones de la médula espinal como la espina bífida, causan problemas de varias maneras:

    • Vejiga flácida: el problema del nervio hace que los músculos de la vejiga estén flácidos y débiles. La vejiga no se puede contraer correctamente para vaciarse, por lo que la orina tiende a llenar la vejiga a baja presión.

    • Vejiga espástica: los problemas nerviosos hacen que la vejiga se contraiga demasiado (espástica), y la orina de la vejiga esté a una presión elevada. La vejiga es pequeña.

    En algunos niños, la vejiga a veces está demasiado relajada y otras veces demasiado activa.

    Si los niños no pueden vaciar la vejiga por completo, la orina puede estancarse, lo que aumenta el riesgo de infecciones de las vías urinarias (IVU) o la formación de cálculos en la vejiga. Además, la vejiga llena puede desbordarse, lo que da lugar a una liberación involuntaria de orina (denominada incontinencia urinaria).

    Si la vejiga del niño no puede vaciarse por completo, se vacía mediante la inserción de un tubo delgado y flexible (catéter) a través de la abertura uretral y hasta el interior de la vejiga. Este proceso se denomina cateterización. La cateterización se repite varias veces al día porque es mejor retirar el catéter tan pronto como la orina haya terminado de vaciarse. Este proceso se denomina sondaje intermitente. Sin embargo, a veces el catéter debe dejarse de forma permanente.

    Si el cateterismo no funciona, se puede realizar un procedimiento quirúrgico llamado vesicostomía. En este procedimiento, los médicos practican una abertura entre la pared abdominal y la vejiga. La orina se expulsa de la vejiga a través de la abertura y va a parar a un pañal. La creación de un canal o túnel entre la vejiga y la piel es una alternativa a la vesicostomía. Se puede colocar un catéter en este canal.

    Si la orina está a presión elevada, puede circular en sentido retrógrado desde la vejiga hacia los riñones (reflujo urinario). El reflujo urinario puede causar infecciones recurrentes del tracto urinario, daño renal o ambos. A los niños que tienen una vejiga pequeña y aumento de la presión de la vejiga se les pueden administrar fármacos para relajar los músculos de la vejiga o se les puede realizar un cateterismo.

    Las inyecciones de toxina botulínica se utilizan para tratar a niños con vejiga neurógena cuando los medicamentos y el cateterismo no funcionan.

    Si estas medidas no funcionan, los médicos pueden practicar cirugía para ayudar a disminuir la emisión involuntaria de orina y disminuir la presión de la vejiga para que los riñones no se dañen. Algunos procedimientos quirúrgicos aumentan el tamaño de la vejiga. Sin embargo, después de la cirugía, generalmente el niño precisa cateterización.

    Vejiga que no se cierra correctamente

    Al principio del desarrollo, la vejiga del feto normalmente se cierra para formar un saco muscular. En raras ocasiones, la vejiga no se cierra completamente y se abre a la superficie del abdomen (llamada extrofia vesical), lo que permite que la orina gotee a través de la pared abdominal en lugar de salir por la uretra. Los niños con extrofia vesical también pueden tener una uretra y unos órganos genitales externos (pene, testículos o clítoris) anormalmente formados y, a veces, anomalías del ano.

    Un trastorno similar que está presente al principio del desarrollo del feto afecta la conexión entre la vejiga y el ombligo. Esta conexión se denomina uraco. Normalmente, esta conexión se cierra antes del nacimiento. Si esta conexión permanece abierta (lo que se denomina uraco persistente), la orina se expulsa a través del ombligo.

    En ambos trastornos, los bebés corren riesgo de sufrir infecciones de las vías urinarias. Los médicos practican cirugía para cerrar las aberturas anómalas y reparar la vejiga si es necesario. La cirugía se puede realizar poco después del nacimiento o se puede retrasar hasta que el niño sea mayor.

    Divertículo de la vejiga

    A veces los niños nacen con una protuberancia en forma de saco (divertículo) en la pared de la vejiga. La orina puede estancarse en un divertículo y causar infecciones de las vías urinarias.

    Los médicos practican a veces una intervención quirúrgica para extirpar el divertículo, volver a colocar los tubos que transportan la orina desde los riñones (lo que se denomina reimplante ureteral) y reconstruir la pared de la vejiga.

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