Fomentar una salud y desarrollo óptimos de los niños

PorDeborah M. Consolini, MD, Thomas Jefferson University Hospital
Revisado/Modificado may 2023 | Modificado ago 2023
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    Los padres y cuidadores pueden ayudar a sus hijos a conseguir la mejor salud posible. Los primeros años de vida son cruciales para la salud y el desarrollo físico, intellectual y social/emocional. Si las necesidades físicas de los bebés son satisfechas regular y constantemente, estos aprenden rápidamente que la persona que se ocupa de ellos es una fuente de satisfacción, lo que crea lazos firmes de confianza y de apego. Los bebés sanos se conviertan en niños y adolescentes sanos.

    Salud infantil

    Las visitas preventivas de atención médica (también llamadas visitas de niño sano) son importantes para la promoción y el mantenimiento de la buena salud de los lactantes (véase Visitas médicas preventivas para los lactantes), niños (véase Visitas médicas preventivas para los niños) y adolescentes (véase Visitas médicas preventivas para los adolescentes). Estas visitas ayudan a prevenir la enfermedad a través de la vacunación sistemática, de otras medidas preventivas de salud y de la valoración de problemas médicos. Las visitas también ofrecen a los padres la oportunidad de formular preguntas y aprender a ayudar a sus hijos a crecer desde el punto de vista físico, emocional y mental.

    Desarrollo infantil

    Los bebés necesitan afecto y estimulación para poder desarrollarse emocional e intelectualmente. Los progenitores que muestran una cara sonriente, un discurso amistoso frecuente, contacto físico y amor apoyan el desarrollo de su bebé. Lo más importante es una interacción agradable y positiva que disfruten tanto los progenitores como el bebé y esta interacción es más importante que el tipo o la cantidad de juguetes o artilugios presentes en el hogar.

    Fomentar el desarrollo óptimo funciona mejor en un niño si se enfoca con flexibilidad, pensando en la edad del niño, su temperamento, su fase de desarrollo y el estilo de aprendizaje utilizado. Un enfoque coordinado que involucre a padres, profesores y al niño suele funcionar mejor. Durante estos años, los niños necesitan un ambiente que fomente la curiosidad y el aprendizaje para toda la vida. Los niños deben recibir libros y música. Una rutina diaria de lectura interactiva, con los padres preguntando y respondiendo, ayuda a los niños a prestar atención, a leer con comprensión y a interesarse en actividades que impliquen aprendizaje. El tiempo que transcurre frente a la pantalla (por ejemplo, la televisión, los videojuegos, los teléfonos móviles y otros dispositivos portátiles, además del tiempo no educativo que se pasa en la computadora) puede provocar inactividad y obesidad; el tiempo que el niño pasa usando dispositivos con pantallas debe limitarse desde el nacimiento y mantenerse durante toda la adolescencia.

    Los grupos de juego y los centros preescolares son beneficiosos para muchos niños pequeños. Los niños aprenden habilidades sociales importantes, como compartir. Además, empiezan a reconocer letras, números y colores. Aprender estas destrezas hace más suave la transición al colegio. Lo que es más importante, en un centro preescolar estructurado se identifican los posibles problemas de desarrollo y esto facilita su abordaje precoz.

    Los padres que precisan de ayuda para cuidar al niño pueden preguntarse cuál es el mejor ambiente para ello y si el cuidado por parte de otras personas resulta inconveniente o pernicioso para el niño. La información disponible sugiere que los niños pequeños pueden desarrollarse bien tanto en casa como en el jardín de infancia, siempre que el ambiente sea afectuoso y educativo. Observando atentamente la respuesta del niño ante ciertas situaciones en un centro infantil determinado, los padres son más capaces de escoger el ambiente más adecuado. Algunos niños progresan mejor en un ambiente donde haya muchos más niños, mientras que otros pueden sentirse mejor en su propia casa o en grupos pequeños.

    Cuando el niño empieza a asistir a la escuela y recibe tareas escolares, los padres le pueden ayudar

    • Mostrando interés por el trabajo del niño

    • Estando disponibles para ayudar a responder las preguntas, pero no resolviendo ellos mismos las tareas

    • Proporcionando un ambiente de trabajo tranquilo en casa para el niño

    • Comunicándose con el profesor sobre cualquier preocupación

    A medida que van pasando los años escolares, los padres deben considerar las necesidades del niño ante la selección de las actividades extraescolares. Muchos niños prosperan cuando se les ofrece la oportunidad de participar en estas actividades, como practicar deportes en equipo o aprender a tocar un instrumento musical. Estas actividades también les proporcionan un lugar donde mejorar sus habilidades sociales. No obstante, algunos niños se estresan si tienen un horario demasiado apretado y se espera que participen en demasiadas actividades. Los niños necesitan ser estimulados y apoyados en sus actividades extraescolares sin generar expectativas irreales en relación con las mismas.

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