Infección aguda del oído medio en niños

(Otitis media aguda)

PorUdayan K. Shah, MD, MBA, Sidney Kimmel Medical College at Thomas Jefferson University
Revisado/Modificado abr 2022 | Modificado ago 2023
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Datos clave

La infección aguda del oído medio es una infección bacteriana o vírica del oído medio que suele acompañar al resfriado.

  • Las bacterias y los virus pueden infectar el oído medio.

  • Los niños con infecciones del oído tienen fiebre y dificultad para dormir, lloran, están irritables y se llevan las manos a las orejas.

  • Los médicos utilizan un instrumento provisto de una lámpara, denominado otoscopio, con el que observan el tímpano en busca de enrojecimiento o abombamiento, así como la presencia de líquido detrás del tímpano.

  • El paracetamol (acetaminofeno) o el ibuprofeno alivian la fiebre y el dolor, pero cuando los niños no mejoran con rapidez o empeoran, el médico prescribe tratamiento antibiótico.

Interior del oído

La infección aguda del oído medio (también denominada otitis media aguda) suele aparecer y curarse con relativa rapidez. Las infecciones del oído medio que reaparecen con frecuencia o duran mucho tiempo se conocen como infecciones crónicas del oído medio.

(Véase también Introducción a las infecciones del oído medio en niños pequeños y Otitis media [aguda] en adultos.)

Causas

Una infección aguda del oído medio suele estar causada por los mismos virus que causan el resfriado común. La infección aguda puede también tener su origen en bacterias que algunas veces residen en la boca y en la nariz. Las bacterias que afectan a los oídos de los recién nacidos son Escherichia coli y Staphylococcus aureus. Las bacterias que afectan a los lactantes más mayores y a los niños incluyen: Streptococcus pneumoniae, Haemophilus influenzae y Moraxella catarrhalis. La infección inicialmente causada por un virus a veces deriva en una infección bacteriana. Las vacunas infantiles sistemáticas han disminuido el riesgo de infección del oído.

Un factor de riesgo principal para la infección aguda del oído medio es

  • Exposición al humo del tabaco en el hogar

Entre otros factores de riesgo se encuentran unos antecedentes famliares significativos de infecciones del oído, alimentación con biberón (en lugar de lactancia materna), acudir a una guardería y vivir en una zona donde los recursos son bajos o la contaminación del aire es elevada.

¿Sabías que...?

  • Dejar que el niño duerma con el biberón puede ocasionar una infección aguda del oído medio.

Síntomas

Los lactantes con infección aguda del oído medio tienen fiebre y trastornos del sueño. Lloran o están irritables sin razón aparente. Tienen también goteo nasal (rinorrea), tos, vómitos y diarrea. El oído duele (véase Dolor de oído) y se pierde capacidad auditiva. Los lactantes y los niños que no pueden comunicarse verbalmente se llevan las manos a los oídos. Los niños mayores son, en general, capaces de comunicar a sus padres que tienen dolor de oídos o que no oyen bien.

Frecuentemente, el líquido acumulado detrás del tímpano permanece después de remitir la infección aguda. Este trastorno se denomina otitis media secretora.

Complicaciones

En casos muy poco frecuentes, la infección aguda del oído medio lleva a complicaciones más graves. El tímpano puede romperse causando la salida de sangre o líquido por el oído (véase Supuración del oído). Del mismo modo, las estructuras cercanas al oído pueden infectarse, causar síntomas y requerir tratamiento de emergencia:

Si las infecciones reaparecen, puede proliferar en el oído medio un tejido anómalo similar a la piel denominado colesteatoma, que puede llegar a atravesar el tímpano. El colesteatoma causa daño en los huesos del oído medio y pérdida auditiva.

Diagnóstico

  • Exploración por un médico

El diagnóstico de las infecciones agudas del oído medio se realiza mediante la exploración del tímpano con un dispositivo portátil denominado otoscopio para detectar abombamiento y enrojecimiento del tímpano y la presencia de líquido detrás de este. Puede ser necesaria la limpieza previa del cerumen del oído para favorecer la observación. El médico utiliza una pera de goma y una sonda conectadas al otoscopio para insuflar aire en el conducto auditivo y ver si el tímpano se mueve. Si el tímpano no se mueve o se mueve solo ligeramente, es posible que haya líquido en el oído medio, lo cual es un indicio de infección.

Otoscopio
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CAIA IMAGE/SCIENCE PHOTO LIBRARY

Prevención

La vacuna antineumocócica conjugada, la vacuna contra Haemophilus influenzae tipo b (Hib) y la vacuna antigripal (virus de la gripe) son vacunas infantiles de rutina que disminuyen el riesgo de que se produzcan infecciones agudas del oído medio. Estas vacunas se administran a los niños de acuerdo con un calendario estándar.

Los lactantes no deben dormir con el biberón, porque ésto tiende a causar que se acumule líquido en las trompas de Eustaquio. El líquido en las trompas de Eustaquio retiene secreciones en el oído medio e impide que el aire alcance el oído medio, y estos dos efectos hacen que sea más probable la infección. Se debe evitar el consumo de tabaco en el domicilio.

La otitis media aguda recurrente se puede prevenir mediante la inserción de pequeños tubos en el tímpano (tubos de timpanostomía). Estos tubos equilibran la presión en ambos lados del tímpano para que el líquido sea menos propenso a acumularse (véase tratamiento de las infecciones crónicas del oído medio).

¿Sabías que...?

  • La mayoría de las infecciones agudas del oído medio remiten sin antibióticos.

Tratamiento

  • Medicamentos para aliviar el dolor

  • A veces antibióticos

  • Con muy poca frecuencia, perforación de la membrana timpánica

Tanto el paracetamol (acetaminofeno) como el ibuprofeno son efectivos para el tratamiento de la fiebre y el dolor.

La mayoría de las infecciones agudas del oído medio remiten sin antibióticos. Por lo tanto, muchos médicos prescriben antibióticos solo cuando los niños son muy pequeños o están muy enfermos, no mejoran transcurrido un breve período de tiempo, hay signos de que la infección está empeorando o presentan infecciones frecuentes. Pueden utilizarse antibióticos, como la amoxicilina (con o sin ácido clavulánico).

En el caso de los niños, los antihistamínicos (como bromfeniramina o clorfeniramina) y los vasoconstrictores (medicamentos que constriñen [estrechan] los vasos sanguíneos, también llamados descongestivos) no son eficaces y no debe utilizarse.

Si el tímpano está abultado y el niño tiene dolor severo o persistente, fiebre, vómitos o diarrea, el especialista del oído puede perforar el tímpano (lo que se denomina miringotomía) para permitir el drenaje del líquido infectado. A veces, los especialistas en oído también insertan tubos de timpanostomía. Después de este procedimiento, los síntomas generalmente se resuelven rápidamente, se recupera la audición, y el tímpano cicatriza por sí solo.

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