La desnutrición puede ser consecuencia de no consumir suficiente alimento o de no consumir cantidades suficientes de un nutriente esencial (como las vitaminas y los minerales). Se puede desarrollar o empeorar en un hospital. (Véase también Problemas debidos a la hospitalización.)
Las personas hospitalizadas pueden comer menos por varias razones:
La enfermedad o los fármacos pueden causar pérdida de apetito.
La comida puede ser extraña y poco apetecible.
Es posible que en algunos casos se deba seguir una dieta restringida, como una dieta baja en grasa o en sal, que puede no gustar.
Las comidas se sirven y se retiran a unas horas determinadas.
Se pueden servir alimentos que no gusten o no se puedan comer por razones filosóficas o religiosas (por ejemplo, en el caso de los judíos, porque no son alimentos «kosher» o «halal»).
Algunas personas tienen dificultad para comer de una bandeja mientras permanecen en cama.
Otros necesitan ayuda o más tiempo para comer. A menudo, cuando alguien llega para ayudarles con la comida, esta ya se ha enfriado y es aún menos apetecible.
Si la dentadura postiza no se ha llevado al hospital, está mal colocada o no se ajusta bien, la masticación puede ser difícil.
El agua puede ser difícil de alcanzar desde la cama.
La desnutrición es un problema grave, especialmente en las personas de edad avanzada y las que padecen enfermedades crónicas. Cuando alguien está desnutrido no se pueden combatir las infecciones. Las úlceras y las heridas cicatrizan más despacio, y la recuperación es menos probable. El déficit de vitamina D es especialmente común en las personas hospitalizados. Este déficit aumenta el riesgo de fractura tras una caída.
Prevención de la desnutrición debida a la hospitalización
El personal del hospital debe asegurarse de que las dietas restrictivas se modifiquen tan pronto como sea posible cuando ya no sean necesarias, y pueden comprobar cuánto comen cada día los pacientes. En el momento del ingreso, la persona que se hospitaliza o sus familiares pueden comunicar al personal qué alimentos prefieren y cuáles no comen. Las dietas del hospital pueden ser modificadas en cierto grado. Los familiares pueden aportar los alimentos favoritos del paciente a menos que dichos alimentos estén restringidos por razones médicas. La presencia de familiares durante las comidas puede ayudar porque las personas suelen comer más cuando comen acompañadas. Los familiares o el personal deben asegurarse de que la persona hospitalizada que usa dentadura postiza la tiene y la lleva puesta. El dietista del hospital puede recomendar al paciente suplementos nutricionales líquidos para ayudar a prevenir la desnutrición.
Se debe colocar una jarra de agua fresca en un lugar fácil de alcanzar desde la cama, a menos que los líquidos estén limitados por alguna enfermedad. La familia y el personal del hospital deben animar al paciente a beber, ofreciéndole bebida regularmente.
Si las personas no pueden ingerir alimentos por la boca, se puede administrar un líquido que contiene nutrientes a través de un tubo insertado en el estómago (alimentación por sonda a través de la nariz o por un pequeño orificio en la pared del abdomen) o, con menos frecuencia, una vena (alimentación intravenosa). Este tipo de alimentación puede ser necesaria durante un tiempo corto, hasta que el paciente pueda ingerir comida suficiente por vía oral sin peligro.