Desnutrición

PorShilpa N Bhupathiraju, PhD, Harvard Medical School and Brigham and Women's Hospital;
Frank Hu, MD, MPH, PhD, Harvard T.H. Chan School of Public Health
Revisado/Modificado oct 2023
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La desnutrición es una carencia de calorías o de uno o más nutrientes esenciales.

  • La desnutrición puede aparecer si no se puede obtener o preparar la comida, si se sufre un trastorno que hace que comer o absorber alimentos resulte difícil o si aumenta mucho la necesidad de calorías, como ocurre durante los periodos de rápido crecimiento.

  • La desnutrición es a menudo obvia: el peso es bajo, los huesos a menudo sobresalen, la piel es seca e inelástica, y el cabello es seco y se cae con facilidad.

  • Por lo general, los médicos pueden diagnosticar la desnutrición basándose en la apariencia de la persona, la altura y el peso, y la situación (incluida la información sobre la dieta y la pérdida de peso).

  • Los alimentos se suministran en cantidades gradualmente crecientes, por vía oral, si es posible, pero a veces a través de la introducción de un tubo por la garganta hasta el estómago o a través de una vena (vía intravenosa).

Generalmente se cree que la desnutrición es una carencia primaria de calorías (es decir, carencia general de alimentos) o proteínas. Las carencias de vitaminas y las carencias de minerales suelen considerarse trastornos diferentes. Sin embargo, cuando las calorías son insuficientes, es muy probable que las vitaminas y los minerales también lo sean. La desnutrición, que a menudo se emplea indistintamente como sinónimo de malnutrición, es en realidad un tipo de malnutrición.

La malnutrición es un desequilibrio entre los nutrientes que el organismo necesita y aquellos de que dispone. Por lo tanto, incluye tanto la sobrealimentación (el consumo de una cantidad excesiva de calorías o de un nutriente específico, ya sean grasas, vitaminas, minerales o un suplemento dietético), como la desnutrición.

El número de personas desnutridas en el mundo ha aumentado desde 2014. En The State of Food Security and Nutrition in the World 2023 (Estado mundial de la seguridad alimentaria y la nutrición 2020), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) informó de que casi 735 millones de personas, es decir, el 9,2% de la población mundial, estaban desnutridas en 2023, lo que representa un total de 122 millones más de personas que en 2019. La mayoría vive en países con altas tasas de inseguridad alimentaria. La prevalencia de la desnutrición en África aumentó del 19,4% en 2021 al 19,7% en 2022. Sin embargo, en Asia, la prevalencia de la desnutrición disminuyó del 8,8% en 2021 al 8,5% en 2022, un porcentaje de disminución que representa más de 12 millones de personas. Sin embargo, estas cifras representan un total de 58 millones de personas más que las correspondientes a los niveles prepandémicos. Se estima que cerca de 600 millones de personas sufrirán desnutrición crónica en 2030. Esta estimación supera en 23 millones a la cifra que habría correspondido si la guerra de Ucrania no se hubiera producido y en 119 millones a la cifra que habría correspondido si no hubieran sucedido ni la pandemia ni la guerra de Ucrania.

La desnutrición progresa por etapas. Puede desarrollarse lentamente o muy rápidamente, como puede ocurrir cuando el cáncer avanza rápidamente. Cuando no se consumen suficientes calorías, el cuerpo utiliza su propia grasa para producir energía, como si se quemaran los muebles de una casa para mantenerla caliente. Después de agotar los depósitos de grasa, el organismo puede degradar otros tejidos, como los músculos y los tejidos de los órganos internos, dando lugar con ello a graves problemas, que pueden llevar a la muerte.

Desnutrición proteinoenergética

La desnutrición proteico-energética (también denominada malnutrición proteico-energética o desnutrición proteinoenergética) es una grave carencia de proteínas y calorías que se produce cuando no se consumen suficientes proteínas y calorías durante un tiempo prolongado.

En los países con altas tasas de inseguridad alimentaria, con frecuencia se produce en los niños la desnutrición asociada a proteínas-energía. Es un factor que está presente en más de la mitad de las muertes infantiles (por ejemplo, al aumentar el riesgo de desarrollar infecciones potencialmente mortales y, si se producen, aumentando su gravedad). Sin embargo, este trastorno puede afectar a cualquier persona, independientemente de su edad, si el aporte alimentario es inadecuado.

A nivel mundial, la estrategia preventiva más importante es reducir la pobreza y mejorar la educación nutricional y las medidas de salud pública.

La desnutrición proteico-energética tiene 3 formas principales:

  • Marasmo

  • Kwashiorkor

  • Kwashiorkor marasmático

Marasmo

El marasmo es una carencia grave de calorías y proteínas que tiende a aparecer en los lactantes y los niños de edad temprana. De modo característico produce pérdida de peso, pérdida de músculo y grasa y deshidratación. La lactancia materna, por lo general, protege contra el marasmo.

Kwashiorkor

El kwashiorkor es una carencia grave de proteínas más que de calorías. Es menos frecuente que el marasmo. El término deriva de una palabra africana que significa «primer niño-segundo niño», ya que un primogénito a menudo desarrolla kwashiorkor cuando es desplazado del pecho materno por el nacimiento de un segundo niño. Dado que los niños desarrollan el kwashiorkor después de haber sido destetados, tienen generalmente más edad que los que presentan marasmo.

Esta carencia tiende a darse en ciertas zonas del mundo donde los alimentos básicos y las comidas nativas destinadas a los bebés destetados son deficientes en proteínas, aunque provean suficientes calorías e hidratos de carbono. Ejemplos de tales alimentos son: ñame, casabe, arroz, batatas o boniatos y plátano verde. Sin embargo, cualquiera puede desarrollar kwashiorkor si su alimentación está compuesta principalmente de hidratos de carbono. Las personas con kwashiorkor retienen líquidos, lo que les da un aspecto hinchado. Si el kwashiorkor es grave la persona afectada presenta un abdomen prominente.

Kwashiorkor marasmático

El kwashiorkor marasmático se produce cuando un niño con kwashiorkor no consume suficientes calorías. Las personas con este trastorno retienen líquido y sus músculos y tejido graso se desgastan.

Inanición

La inanición es la forma más extrema de desnutrición proteíno-energética. Es el resultado de una falta o total de los nutrientes durante un tiempo prolongado. Generalmente ocurre porque no hay alimentos disponibles (por ejemplo, durante una hambruna), pero ocasionalmente ocurre cuando hay alimentos disponibles (por ejemplo, cuando las personas ayunan o sufren anorexia nerviosa).

Causas de desnutrición

La desnutrición está causada por factores sociales, culturales y políticos, como los siguientes:

  • Pobreza

  • Guerra

  • Disturbios civiles

  • Sobrepoblación

  • Condiciones inseguras de vivienda

  • Enfermedades infecciosas

  • Pandemias

  • Urbanización

La pobreza es la principal causa de desnutrición en los países de ingresos bajos, medianos y elevados. También es la causa más frecuente de inseguridad alimentaria. En las zonas que no tienen una inseguridad alimentaria generalizada, la desnutrición suele ser mucho menos frecuente que la sobrenutrición.

Determinadas circunstancias aumentan el riesgo de desnutrición. Entre estas situaciones o trastornos (factores de riesgo) se incluyen:

  • Ser incapaz de conseguir comida

  • No tener hogar

  • Tener problemas de salud mental

  • Sufrir un trastorno que afecta al consumo, el procesamiento (metabolismo) o la absorción de nutrientes

  • Tener diarrea crónica, causando pérdida de nutrientes

  • Estar muy enfermo (una persona enferma puede ser incapaz de comer lo necesario por inapetencia o porque su organismo presenta un mayor requerimiento nutritivo)

  • Tomar ciertos medicamentos o consumir ciertas sustancias, como alcohol o drogas ilícitas

  • Tabaquismo

  • Ser una persona joven (los lactantes, los niños y los adolescentes tienen mayor riesgo de desnutrición a causa del crecimiento y, por tanto, necesitan mayor número de calorías y nutrientes)

  • Ser una persona mayor

Las personas pueden carecer de acceso a los alimentos porque no pueden pagarlos, no tienen manera de llegar a una tienda, o son físicamente incapaces de comprar. En algunas partes del mundo, los suministros de alimentos son inadecuados debido a la guerra, la sequía, las inundaciones u otros factores.

Algunos trastornos, como los trastornos de malabsorción afectan a la absorción de las vitaminas y los minerales. La cirugía que implica la extirpación de parte del tracto digestivo puede tener el mismo efecto. Algunos trastornos, como el SIDA, el cáncer o la depresión provocan pérdida de apetito, con lo que la persona afectada consume menos alimentos y acaba sufriendo desnutrición.

El uso de ciertos fármacos puede contribuir a la desnutrición. Les puede ocurrir lo siguiente:

  • Disminuir el apetito: como, por ejemplo, los que se usan para tratar la hipertensión (como los diuréticos), la insuficiencia cardíaca (como la digoxina) o el cáncer (como la cisplatina).

  • Provocan náuseas, lo que disminuye el apetito

  • Aumenta el metabolismo (como tiroxina y teofilina) y aumenta la necesidad de calorías y nutrientes

  • Afectan a la absorción de los nutrientes en el intestino.

Beber alcohol en exceso, que tiene calorías pero poco valor nutricional, disminuye el apetito. Dado que el alcohol daña el hígado, también interfiere en la absorción y la utilización de los nutrientes. El alcoholismo puede provocar carencias de magnesio, zinc y ciertas vitaminas, como la tiamina.

También interrumpir el tratamiento con ciertos fármacos (como los ansiolíticos y los antipsicóticos) o dejar de consumir alcohol puede ocasionar pérdida de peso y/o desnutrición.

Fumar altera el gusto y el olfato, haciendo los alimentos menos atractivos. También parece estar detrás de otros cambios en el organismo que contribuyen a un bajo peso corporal. Por ejemplo, fumar estimula el sistema nervioso simpático, que aumenta el consumo de energía por el organismo.

Algunas enfermedades hacen que aumente en gran medida el número de calorías necesarias. Incluyen infecciones, lesiones, una glándula tiroidea hiperactiva (hipertiroidismo), quemaduras extensas y fiebre de larga duración.

En Estados Unidos, alrededor de 1 de cada 7 ancianos que viven en sus hogares consumen menos de 1000 calorías al día, las cuales no son suficientes para tener una nutrición adecuada. Hasta la mitad de las hospitalizadas o que viven en residencias de atención a largo plazo no consumen las calorías necesarias.

¿Sabías que...?

  • Aproximadamente 1 de cada 7 personas mayores que viven en sus hogares y la mitad de las que están en centros de atención a largo plazo tienen desnutrición.

En las personas mayores, muchos factores, incluyendo los cambios del organismo debidos a la edad, se conjugan para producir desnutrición (véase la barra lateral Edad y salud: desnutrición).

Tabla
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Síntomas de la desnutrición

El signo más obvio de una carencia de calorías es la pérdida de grasa corporal (tejido adiposo).

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Si se priva de comida a una persona durante aproximadamente 1 mes, pierde alrededor de una cuarta parte de su peso corporal. Si la inanición se prolonga durante más tiempo, los adultos pueden perder hasta la mitad del peso de su cuerpo, y los niños incluso más. Los huesos se marcan en la piel, y esta se vuelve fina, seca, poco elástica, pálida y fría. Finalmente, se pierde la grasa facial y, en consecuencia, las mejillas y los ojos parecen hundidos. El cabello se reseca, se vuelve ralo y cae con facilidad.

La pérdida grave de músculos y tejido graso se denomina caquexia. La caquexia puede ser el resultado de un exceso en la producción de unas sustancias denominadas citocinas (o citoquinas), que produce el sistema inmunitario en respuesta a un trastorno, como una infección, un cáncer o el sida.

Otros síntomas son cansancio, frío permanente, diarrea, inapetencia, irritabilidad y apatía. En casos muy graves, conducen a una falta de respuesta (estupor). Las personas afectadas se sienten débiles y son incapaces de realizar sus actividades habituales. Los periodos menstruales pueden volverse irregulares o detenerse. Si la desnutrición es grave, se puede acumular líquido en los brazos, las piernas y el abdomen.

El número de algunos tipos de glóbulos blancos (leucocitos) disminuye, a semejanza de lo que sucede en los enfermos con sida. Como resultado, el sistema inmunitario se debilita, y en consecuencia, el riesgo de infección aumenta.

Si el déficit calórico continúa durante mucho tiempo, puede evolucionar con insuficiencia hepática, insuficiencia cardíaca y/o insuficiencia respiratoria. La inanición total (cuando no se consume ningún alimento) provoca la muerte en 8 o 12 semanas.

Los niños con desnutrición severa pueden no crecer con normalidad. El desarrollo conductual se vuelve marcadamente lento y también puede desarrollarse una discapacidad intelectual leve hasta la edad escolar como mínimo. La desnutrición, aún con tratamiento, puede tener efectos duraderos en los niños. Las deficiencias en las capacidades intelectuales y los problemas digestivos pueden persistir, a veces durante toda la vida.

Con tratamiento, la mayoría de los adultos se recuperan completamente.

Diagnóstico de la desnutrición

  • Evaluación médica

  • A veces, análisis de sangre

Generalmente se puede diagnosticar la desnutrición mediante la formulación de preguntas acerca de la dieta y la pérdida de peso y un examen físico (véase también Evaluación del estado nutricional). Una desnutrición grave y de larga duración por lo general se puede diagnosticar con base en la apariencia y la historia de la persona.

El médico también puede indagar acerca de la capacidad para la selección y preparación de los alimentos, la presencia de otros trastornos, el uso de fármacos o de otras sustancias, el estado de ánimo y la función mental. El médico puede emplear cuestionarios estandarizados para ayudarle a obtener información relevante. Las respuestas pueden ayudar a confirmar el diagnóstico, sobre todo cuando la desnutrición es menos evidente, y a identificar la causa. La identificación de la causa es particularmente importante en los niños.

Como parte de la exploración clínica, los médicos hacen lo siguiente:

  • Medición de la altura y el peso

  • Determinación del índice de masa corporal (IMC)

  • Estimación de la cantidad de músculo y grasa en la parte media del brazo (parte superior, entre el hombro y el codo) midiendo la circunferencia del brazo y el grosor de un pliegue cutáneo de la parte posterior del brazo izquierdo (pliegue cutáneo del tríceps)

  • Comprueban otros síntomas que pueden indicar la desnutrición (tales como cambios en la piel y el cabello y la acumulación de líquido en las extremidades o el abdomen)

Los resultados les ayudan a confirmar el diagnóstico y determinar la gravedad de la desnutrición.

Pruebas complementarias

La realización de pruebas depende de las circunstancias. Por ejemplo, si la causa es evidente y se puede corregir, por lo general no es necesario llevarlas a cabo.

La prueba que se hace con más frecuencia es un análisis de sangre para medir el nivel de albúmina (que disminuye cuando una persona no consume suficiente proteína). También se puede medir el número de determinados tipos de glóbulos blancos (que disminuye a medida que la desnutrición empeora). Se suelen realizar otros análisis de sangre, como un hemograma completo.

Se pueden llevar a cabo pruebas cutáneas para comprobar el funcionamiento del sistema inmunitario. Se inyecta una sustancia que contiene un antígeno (que normalmente desencadena una reacción inmunitaria) bajo la piel. Si se produce una reacción en un lapso de tiempo determinado, el sistema inmunitario funciona correctamente. Una reacción retardada o la ausencia de reacción indica un problema del sistema inmunitario, que puede ser debido a la desnutrición.

Si los médicos sospechan una deficiencia de vitaminas o minerales, suelen hacerse análisis de sangre para medir los niveles de estos nutrientes.

Si sospechan que la causa es otra enfermedad, realizan las pruebas complementarias necesarias para identificarla. Por ejemplo, en caso de diarrea intensa o persistente a pesar del tratamiento, podrán controlar una muestra de heces para detectar qué microorganismos provocan la infección. Se pueden hacer otras pruebas, como un análisis de orina y radiografías de tórax, para detectar infecciones.

Edad y salud: desnutrición

La desnutrición en las personas mayores es grave: aumenta el riesgo de fracturas, de que aparezcan problemas después de la cirugía, de úlceras por presión y de infecciones. Cualquiera de estos problemas es más propenso a ser grave en caso de desnutrición.

Las personas mayores corren el riesgo de padecer desnutrición por varios motivos.

Los cambios relacionados con la edad en el cuerpo: en el organismo envejecido, cambian la producción de hormonas y la sensibilidad a ellas (como la hormona del crecimiento, la insulina y los andrógenos). Como resultado, se pierde tejido muscular (una enfermedad llamada sarcopenia). La desnutrición y la disminución de la actividad física empeoran esta pérdida. Además, la pérdida de tejidos musculares relacionada con la edad explica muchas de las complicaciones por desnutrición en las personas mayores, como un mayor riesgo de infecciones.

A medida que las personas envejecen, su necesidad de nutrientes aumenta, pero queman menos calorías. Por lo tanto, los adultos mayores necesitan consumir alimentos que contengan muchos nutrientes pero que sean bajos en calorías. Esta dieta puede ser difícil de seguir.

Las personas mayores tienden a sentirse saciadas antes y a tener menos apetito. Por lo tanto, es posible que coman menos. También pueden tener una ingestión menor porque el sentido del gusto y del olfato disminuyen al envejecer, reduciendo el disfrute de la comida. La capacidad de absorber determinados nutrientes se reduce.

Algunas personas mayores producen menos saliva, lo que provoca problemas dentales y dificultad para tragar.

Trastornos: muchos trastornos que contribuyen a la desnutrición son frecuentes entre las personas mayores.

  • La depresión puede causar pérdida de apetito.

  • Un accidente cerebrovascular o los temblores hacen difícil masticar, tragar o preparar la comida.

  • La artritis u otros impedimentos físicos que reducen la capacidad de movimiento hacen más difícil la compra y la preparación de los alimentos.

  • Los trastornos de malabsorción interfieren en la absorción de los nutrientes.

  • El cáncer reduce el apetito y eleva las necesidades calóricas del organismo.

  • Las personas con demencia pueden olvidarse de comer o no ser capaces de prepararse la comida, por lo que pierden peso, y las que padecen demencia avanzada no pueden alimentarse por sí mismas y a veces se resisten a los intentos de otros para alimentarlas.

  • Los problemas dentales (como las dentaduras mal ajustadas o los trastornos de las encías) hacen que la masticación, y por tanto la digestión de los alimentos, sea más difícil.

  • La anorexia nerviosa, que puede haber cursado durante mucho tiempo, empeora a veces en edad avanzada por un acontecimiento como la muerte de la pareja o el temor ante el envejecimiento.

Fármacos: muchos de los fármacos utilizados para tratar trastornos frecuentes en las personas mayores (como depresión, cáncer, insuficiencia cardíaca e hipertensión arterial) contribuyen a la desnutrición. Pueden aumentar las necesidades de nutrientes, cambiar la forma en que el organismo los utiliza o disminuir el apetito. Algunos fármacos provocan diarrea o tienen efectos adversos que interfieren con la alimentación, como náuseas y estreñimiento.

Situación vital: las personas que viven solas pierden a veces la motivación para preparar la comida y tomar los alimentos. En algunos casos, debido a dificultades económicas, compran alimentos baratos, menos nutritivos o en menor cantidad. Pueden ser físicamente incapaces o temerosas de salir a comprar comida o no tener un medio de transporte hasta una tienda de comestibles.

Las que viven en residencias tienen aún más obstáculos para una nutrición adecuada.

  • Pueden estar confusas y ser incapaces de decir cuándo tienen hambre o qué les gustaría comer.

  • Pueden ser incapaces de elegir los alimentos que les gustan y

  • pueden ser incapaces de alimentarse por sí mismas.

  • Si comen lentamente, especialmente si tienen que ser alimentadas por un cuidador, puede que este no tenga el tiempo suficiente (o no se le permita la dedicación que requiere) para alimentarlas adecuadamente.

  • La exposición insuficiente a la luz solar combinada con el consumo insuficiente de alimentos y los cambios relacionados con la edad pueden conducir a una carencia de vitamina D.

Las personas hospitalizadas a veces padecen los mismos problemas.

Prevención y tratamiento: se puede alentar a las personas mayores a comer más; por eso, la presentación atractiva de los alimentos es importante. Por ejemplo, se les pueden preparar platos con un sabor más intenso, u ofrecerles sus alimentos preferidos, en lugar de alimentos insípidos o sosos o sin grasas.

Las personas mayores pueden estar siguiendo una dieta especial (como una dieta baja en sal), a causa de un trastorno (como insuficiencia renal o cardíaca). Sin embargo, este tipo de dietas son a veces poco atractivas y sosas, lo que puede provocar que no ingieran suficiente comida. En estos casos, ellos o sus familiares deben hablar con el dietista o el médico acerca de cómo hacer que los alimentos tengan buen sabor para ellos y sean aptos para sus necesidades dietéticas.

Debe prestarse más atención a las personas mayores que necesitan asistencia para la compra de comestibles o para tomar alimentos. Por ejemplo, puede ser necesario entregarles las comidas en sus hogares.

Ocasionalmente, se les da un medicamento para estimular el apetito (tal como dronabinol) o aumentar la cantidad de tejido muscular (como nandrolona o testosterona).

Hay que tratar específicamente la depresión y otros trastornos que puedan presentarse ya que su tratamiento puede eliminar algunos de los obstáculos para comer.

Es importante que las personas mayores que viven en instituciones o residencias geriátricas encuentren agradable el ambiente del comedor y que dispongan de un tiempo lo bastante amplio para sus comidas, porque eso las estimula a comer un poco más.

Tratamiento de la desnutrición

  • Alimentación, generalmente por vía oral

  • Tratamiento de la causa

  • A veces, alimentación por sonda o por vía intravenosa

  • Para la desnutrición grave, algunas veces medicamentos

Para la mayoría de las personas, el tratamiento de la desnutrición consiste en un aumento gradual del número de calorías consumidas. La mejor manera de lograrlo es consumiendo un buen número de comidas al día, pequeñas pero nutritivas. Por ejemplo, a las personas que han estado privadas de alimento se les alimenta primero con pequeñas cantidades de alimentos de forma frecuente (entre 6 y 12 veces al día). Luego se incrementa gradualmente la cantidad de alimentos. Si los niños tienen diarrea, puede retrasarse una o dos días la ingesta de alimentos para que la diarrea no empeore. Durante este intervalo, se les da líquidos.

Quienes tienen dificultad para digerir alimentos sólidos probablemente necesitarán suplementos líquidos o una dieta líquida. A menudo se recurre a los complementos sin lactosa o reducidos en lactosa (como los complementos a base de yogur) porque muchas personas tienen problemas para digerir la lactosa (un azúcar presente en los productos lácticos) y la desnutrición puede empeorar el problema. Si estas personas consumen alimentos que contienen lactosa, suelen tener diarrea.

También se suministran suplementos multivitamínicos para asegurarse de que reciban todos los nutrientes que necesitan.

Se tratan las enfermedades que contribuyen a la desnutrición (tales como una infección). Algunos expertos recomiendan la administración de antibióticos a todos los niños y niñas gravemente desnutridos, incluso si no hay infección aparente.

Si la desnutrición es grave, será necesaria la hospitalización.

Una alimentación demasiado rápida tras una desnutrición grave puede causar complicaciones, como diarrea y desequilibrio hídrico, desequilibrios en la glucosa (un azúcar) y en otros nutrientes. Estas complicaciones generalmente desaparecen si se ralentiza la alimentación.

Siempre que sea posible, los nutrientes se administran por vía oral. Si esto último no es posible, se pueden administrar por medio de uno de los sistemas siguientes:

  • Un tubo insertado en el tracto digestivo (alimentación por sonda)

  • Un tubo (catéter) insertado en una vena (alimentación intravenosa)

Alimentación por sonda

Alimentación por sonda (nutrición enteral) es útil para alimentar a las personas cuyo tracto digestivo funciona con normalidad si no pueden comer lo suficiente para cumplir con sus requerimientos nutricionales (como las personas con quemaduras graves) o no pueden deglutir (como las que han sufrido un accidente cerebrovascular).

Una fina sonda de plástico (sonda nasogástrica) se pasa suavemente por la nariz hacia la garganta, hasta alcanzar el estómago o el intestino delgado (llamada intubación nasogástrica). Si se prevé un largo periodo de alimentación por sonda, se puede colocarse una sonda de alimentación directamente en el estómago o en el intestino delgado; para ello, se realiza una pequeña incisión en la pared abdominal.

La alimentación administrada mediante sonda debe contener todos los nutrientes necesarios. Existen preparaciones líquidas especiales, incluso para personas con necesidades específicas (como la limitación de ingestión de líquidos). Además, los alimentos sólidos pueden prepararse de modo que se puedan suministrar mediante una sonda nasogástrica. La alimentación por sonda debe ser lenta y continua, o bien en cantidades mayores (denominadas bolos) cada pocas horas.

La alimentación por sonda es la causa de muchos problemas, potencialmente mortales.

  • Inhalación (aspiración) de alimentos en los pulmones: en las personas mayores, la aspiración es el problema más frecuente que provoca la alimentación por sonda; puede llevar a la neumonía. Es menos probable que se aspire el alimento cuando la solución se administra lentamente y cuando se eleva la cabecera de la cama durante 1 o 2 horas después de la alimentación por sonda, ya que se reduce el riesgo de reflujo de alimentos (regurgitación).

  • Diarrea y malestar abdominal: cambiar la solución o administrarla más lentamente puede aliviar estos problemas.

  • Irritación de los tejidos: la sonda puede irritar y erosionar los tejidos de la nariz, la garganta o el esófago. Si los tejidos se irritan, se puede retirar la sonda y continuar la alimentación usando una sonda de otro tipo.

Alimentación intravenosa

La alimentación intravenosa (nutrición parenteral) se utiliza cuando el aparato digestivo no puede absorber adecuadamente los nutrientes (por ejemplo, en las personas que padecen trastornos de malabsorción). También se utiliza cuando debe mantenerse temporalmente sin alimentos el conducto digestivo (por ejemplo, en los casos de colitis ulcerosa grave o pancreatitis grave).

La alimentación intravenosa puede aportar una parte (nutrición parenteral parcial) o la totalidad de las necesidades nutricionales (nutrición parenteral total). Dado que la nutrición parenteral total requiere una vía intravenosa más grande (catéter), que se introduce en una vena grande, como la subclavia, localizada bajo la clavícula.

La alimentación intravenosa también puede causar problemas, como los siguientes:

  • Infección: el riesgo de infección es permanente porque el catéter generalmente queda implantado en el mismo lugar durante mucho tiempo y las soluciones alimenticias que pasan por él tienen un alto contenido de glucosa, un azúcar en el que las bacterias pueden crecer con facilidad. Se controla minuciosamente a los pacientes que reciben nutrición parenteral total para detectar signos de infección.

  • Exceso de agua (sobrecarga de volumen): dar demasiada agua puede provocar una acumulación de líquido en los pulmones, dificultando la respiración. Por ello, los médicos supervisan regularmente el peso y la cantidad de orina excretada. A veces reducen el riesgo mediante el cálculo de la cantidad de agua necesaria antes de iniciar la alimentación.

  • Desequilibrios y carencias nutricionales: en raras ocasiones, aparecen carencias de ciertas vitaminas y minerales. Los médicos miden y controlan periódicamente los niveles sanguíneos de minerales disueltos (electrólitos), azúcar (glucosa) y urea (una medida de la función renal) para identificar ciertos desequilibrios nutricionales. De este modo, pueden adecuar la composición de la solución a los requerimientos.

  • Disminución de la densidad ósea: la nutrición parenteral total, cuando se administra durante más de 3 meses, provoca una disminución de la densidad ósea en algunas personas. La razón es desconocida, y el mejor tratamiento consiste en suspender temporal o permanentemente este tipo de alimentación.

  • Problemas hepáticos: la nutrición parenteral total puede causar una disfunción del hígado, más frecuentemente en niños prematuros. Se realizan análisis de sangre para controlar la función hepática. Ajustar la solución puede ayudar.

  • Problemas de la vesícula biliar: pueden desarrollarse cálculos biliares. El tratamiento implica el ajuste en la composición de la solución utilizada, y si es posible, el suministro de alimentos por vía oral o una sonda de alimentación (nasogástrica).

Medicamentos

A las personas muy desnutridas suelen administrárseles fármacos para estimularles el apetito, como el dronabinol o megestrol, u otros que sirven para aumentar la masa muscular, como la hormona del crecimiento o un esteroide anabolizante (por ejemplo, nandrolona o testosterona).

Más información

El siguiente recurso en inglés puede ser útil. Tenga en cuenta que el MANUAL no se hace responsable del contenido de este recurso.

  1. The State of Food Security and Nutrition in the World 2023 (Estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo en 2023): este informe analiza el hambre en el mundo, la desnutrición, la inseguridad alimentaria y los efectos de la urbanización en los sistemas alimentarios, incluyendo la disponibilidad y la asequibilidad de dietas saludables.

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