La neumonía por aspiración es una infección pulmonar causada por la inhalación de secreciones de la boca, el contenido del estómago o ambas cosas. La neumonitis química es la irritación de los pulmones causada por la inhalación de sustancias irritantes o tóxicas para los mismos.
Los síntomas son la tos y la dificultad respiratoria.
Los médicos establecen el diagnóstico basándose en los síntomas y en la radiografía de tórax.
El tratamiento y el pronóstico difieren según cuál sea la sustancia aspirada.
La neumonía por aspiración y la neumonitis química se consideran a menudo juntas porque ambas implican una inflamación pulmonar causada por la inhalación de sustancias que irritan los pulmones. La inflamación hace que los pulmones sean más susceptibles a la infección bacteriana. El ahogamiento también puede causar inflamación de los pulmones y se trata en otro lugar del Manual.
(Véase también Introducción a la neumonía.)
Neumonía por aspiración
Algunas partículas minúsculas provenientes de la boca migran fácilmente hacia el interior de las vías respiratorias. Por lo general se eliminan por los mecanismos normales de defensa (como la tos) antes de poder llegar a los pulmones y causar inflamación o infecciones. Si dichas partículas no se eliminan (debido al deterioro de los mecanismos de defensa y/o porque el volumen de material aspirado es demasiado grande), puede desarrollarse una neumonía por aspiración.
El material aspirado procedente de la boca y la garganta es más propensos a contener bacterias que podrían causar una neumonía bacteriana. El material aspirado desde el estómago suele ser muy ácido y puede dañar seriamente los pulmones, incluso antes de que se desarrolle una infección.
Los sujetos que están especialmente en riesgo de neumonía por aspiración incluyen a personas que
Son mayores
Están debilitadas
Tienen problemas para tragar (como puede ocurrir como consecuencia de un accidente cerebrovascular)
Están intoxicados por alcohol u otras sustancias
Están inconscientes debido a la anestesia, fármacos sedantes, u otra patología
Están vomitando
Se les ha realizado procedimientos dentales, respiratorios o digestivos
Los síntomas de la neumonía por aspiración comienzan al cabo de 1 o 2 días. El síntoma más frecuente es
Tos
La tos produce esputo (moco espeso o con una coloración inusual). El esputo a veces huele mal.
Otros síntomas de la neumonía por aspiración son
Fiebre
Dificultad respiratoria (disnea)
Molestias torácicas
Generalmente, los médicos establecen el diagnóstico de neumonía por aspiración basándose en los signos o síntomas encontrados en las personas que tienen cualquiera de los factores de riesgo descritos anteriormente.
Mediante una radiografía de tórax se confirma el diagnóstico de neumonía. Si la radiografía muestra una alteración en determinadas partes de los pulmones, como su parte inferior (una localización habitual para el material aspirado), la causa más probable es la aspiración.
El tratamiento de la neumonía por aspiración requiere la administración de antibióticos. Pueden usarse muchos antibióticos, incluidas la clindamicina, la amoxicilina-ácido clavulánico, la ampicilina/sulbactam y el imipenem. Las personas afectadas también pueden necesitar atención sintomática, como oxigenoterapia o bien asistencia temporal de una máquina de respiración.
En pacientes que tienen afecciones que aumentan el riesgo de aspiración, los médicos pueden interrumpir o reducir la dosis de los fármacos que causan sedación. Elevar ligeramente la cabecera de la cama puede ayudar a evitar que los alimentos, el líquido o el ácido del estómago asciendan hacia la garganta y luego desciendan hacia los pulmones. El consumo de texturas específicas de alimentos o líquidos espesados también ayuda a reducir el riesgo de aspiración. Un especialista en fisioterapia orofacial puede enseñar técnicas de deglución específicas al paciente (por ejemplo, deglutir mientras mantiene la barbilla flexionada hacia el pecho) para reducir aún más el riesgo de aspiración.
Neumonitis química
La neumonitis química se produce cuando el material aspirado es tóxico para los pulmones. El problema se debe más al resultado de la irritación que a una infección. Un material tóxico que frecuentemente se aspira es el ácido del estómago, que puede originar una neumonitis química como consecuencia de la broncoaspiración del propio vómito. La inhalación del vómito puede producirse si la persona que vomita no está completamente despierta, como puede suceder después de un ataque convulsivo, una sobredosis de alcohol o de alguna droga o mientras la persona se despierta de la anestesia.
La neumonitis química puede ser causada también por inhalación de aceites laxantes (como el aceite mineral, el aceite de castor y los aceites de parafina) y los hidrocarburos (como la gasolina, el queroseno y los productos derivados del petróleo).
Los síntomas de la neumonitis química consisten en dificultad respiratoria repentina y tos que se desata en cuestión de horas o minutos. Otros síntomas pueden ser fiebre y un esputo espumoso y rosado. En casos menos graves, los síntomas de neumonía por aspiración pueden aparecer 1 día o 2 después de la inhalación del agente tóxico.
El diagnóstico de neumonitis química suele ser obvio para el médico cuando se conoce la secuencia de los acontecimientos, siempre y cuando dicha información esté disponible. Una radiografía del tórax y la medición de la concentración de oxígeno en una muestra de sangre pueden resultar útiles.
El tratamiento de la neumonitis química consiste en oxigenoterapia y, si es necesario, la ayuda temporal de un respirador a través de un tubo colocado en la garganta. Se puede aspirar el contenido de la tráquea para eliminar las secreciones y las partículas de las vías respiratorias. La broncoscopia (examen visual directo de las vías respiratorias mediante un tubo de visualización flexible) se puede emplear para este propósito.
Aunque los antibióticos no suelen ser eficaces en esta situación, se administran a menudo porque los médicos no pueden distinguir fácilmente una neumonitis química de una neumonía bacteriana por aspiración; además, con frecuencia, la neumonía bacteriana aparece como una complicación de una neumonitis química.
Los médicos pueden recomendar diversas estrategias para ayudar a prevenir la neumonía química en las personas con riesgo. Estas estrategias incluyen detener o reducir la dosis de fármacos que causan sedación. También pueden sugerir elevar ligeramente la cabecera de la cama para evitar que los alimentos, los líquidos o el ácido del estómago suban hacia la garganta y bajen luego a los pulmones. Es posible que la persona afectada necesite consumir alimentos con unas determinadas texturas o beber líquidos más espesos para ayudar a reducir el riesgo de aspiración. Un especialista en fisioterapia orofacial puede enseñar técnicas de deglución específicas al paciente (por ejemplo, deglutir mientras mantiene la barbilla flexionada hacia el pecho) para reducir el riesgo de que los alimentos y los líquidos desciendan hacia los pulmones.