El cinc, un mineral, es necesario en pequeñas cantidades para muchos procesos metabólicos. Las fuentes alimentarias de cinc pueden ser las ostras, la carne de ternera y los cereales enriquecidos. Los suplementos de zinc están disponibles en cápsulas, comprimidos, pastillas y en forma de aerosol nasal.
(Véase también Introducción a los complementos dietéticos.)
Beneficios atribuidos al cinc
El cinc se toma en forma de pastillas para chupar con el fin de disminuir la duración de los síntomas del resfriado. Algunas personas toman zinc para combatir el acné o mejorar la salud del corazón. Algunas personas toman zinc para ralentizar la progresión de la degeneración macular asociada a la edad, que es una enfermedad ocular, o para ayudar a curar las heridas (porque la carencia de zinc retrasa su cicatrización).
Una carencia leve de cinc afecta el crecimiento de los niños, y se puede corregir con complementos de este mineral.
Los estudios sugieren que la administración de suplementos de zinc ayuda a las personas con prediabetes o diabetes a controlar sus concentraciones de azúcar en sangre.
Los suplementos de cinc pueden impedir que el organismo absorba el cobre; por lo tanto, el cinc se utiliza para tratar la enfermedad de Wilson, un trastorno hereditario poco frecuente que da lugar a la acumulación de cobre en el hígado y daño hepático.
Pruebas científicas para el cinc
Los estudios científicos son contradictorios, pero si el zinc tiene verdaderamente un efecto sobre el resfriado común, probablemente este es menor y solo se produce cuando se toma muy poco tiempo después del inicio de los síntomas del resfriado.
Existen pruebas científicas sólidas que indican que, cuando se combinan con determinados suplementos formando una preparación estandarizada, los suplementos de zinc retrasan la progresión de la degeneración macular asociada a la edad atrófica (forma seca) de moderada a grave. Los datos también indican que el zinc puede contribuir a controlar las concentraciones de azúcar en sangre de las personas con diabetes y prediabetes.
Un estudio realizado en 2016 determinó que la administración de suplementos de zinc puede ayudar a aliviar la diarrea en niños con carencia de zinc o desnutridos (por lo general en países de bajos recursos) mayores de 6 meses de edad. Se dispone de datos científicos que corroboran que, en los países de bajos recursos, la administración de complementos que contienen zinc y hierro una vez a la semana durante el primer año de vida puede reducir la mortalidad por diarrea e infecciones respiratorias.
Efectos secundarios del cinc
El zinc es inocuo en líneas generales, pero puede aparecer toxicidad por zinc si se toma en dosis elevadas. Los efectos adversos más frecuentes del cinc en forma de pastillas para chupar son los siguientes:
Náuseas
Vómitos
Diarrea
Irritación de la boca
Úlceras en la boca
Sabor metálico
Síntomas como fiebre, tos, dolor de cabeza y fatiga
El zinc es un oligoelemento y puede eliminar del organismo otros metales necesarios, por tanto, la ingesta de pastillas para chupar debe limitarse (por ejemplo, durante un máximo de 14 días). Los aerosoles de cinc pueden irritar la nariz y la garganta y causar una pérdida del sentido del olfato; deben evitarse.
Dosis superiores a 40 mg diarios pueden causar toxicidad, lo que a veces da lugar a carencia de cobre en el organismo y disminución de las concentraciones de hierro, lo que a menudo provoca anemia. A dosis diarias superiores a 50 mg, las concentraciones de lipoproteína de alta densidad (el "colesterol bueno") pueden disminuir. Además, el consumo de zinc en dosis elevadas durante varios años puede empeorar trastornos de la próstata, como la hiperplasia benigna de próstata. Se desconoce si el consumo de dosis elevadas de zinc durante varios años puede causar cáncer de próstata o contribuir a su aparición.
Interacciones farmacológicas con el cinc
La absorción y la efectividad de ciertos antibióticos en el tratamiento de la infección pueden reducirse si se toman complementos de zinc al mismo tiempo; por lo tanto, el zinc debe tomarse al menos 2 horas antes o de 4 a 6 después de dichos antibióticos.
Algunos fármacos pueden disminuir las concentraciones de zinc. Algunos ejemplos son los inhibidores de la bomba de protones, como el omeprazol (que reduce la cantidad de ácido gástrico), el antihipertensivo lisinopril (que reduce la presión arterial al relajar los vasos sanguíneos), los corticoesteroides, los estrógenos y algunos fármacos anticonvulsivos.
El cinc puede inactivar o disminuir la efectividad del cisplatino (un medicamento antineoplásico), dolutegravir (utilizado para tratar el VIH/sida) y penicilamina (utilizada para tratar algunos trastornos, incluyendo la enfermedad de Wilson y algunos trastornos autoinmunitarios).
Recomendaciones para el cinc
Los suplementos de zinc no se recomiendan a las personas que viven en países con altos recursos porque la mayoría de estas personas obtienen suficiente zinc a través de su alimentación sin necesidad de tomar suplementos y el hecho de tomar demasiado zinc puede conducir a concentraciones tóxicas con efectos adversos graves. Sin embargo, los suplementos de zinc pueden disminuir las muertes debidas a infecciones frecuentes en niños que viven en países de bajos recursos.
No deben tomarse dosis elevadas de suplementos de zinc a menos que lo recomiende el médico para tratar una carencia de zinc o la enfermedad de Wilson.
No está claro si los suplementos de zinc reducen la duración de los resfriados comunes, pero es poco probable que dicho efecto sea algo más que mínimo.
El zinc también puede ayudar a reducir las concentraciones de glucosa en sangre en personas con diabetes o prediabetes.