La piel que entra en contacto con el receptáculo de la prótesis debe ser cuidada y controlada cuidadosamente para prevenir erosiones de la piel e infecciones de la piel. Las erosiones de la piel se producen cuando la piel está dañada y aparecen ampollas o llagas. El dolor es el primer indicio de un problema. Cuando la persona afectada siente por primera vez una sensación desagradable, debe retirar la prótesis e inspeccionar la piel.
Los problemas cutáneos pueden ser graves y si es necesario deben ser valorados y tratados por un profesional de la salud en consulta con un protésico, un experto que diseña, construye y ajusta una prótesis. A medida que el usuario de la prótesis se familiariza con los problemas recurrentes, puede ser capaz de identificar qué problemas son menores y gestionarlos por sí mismo. Sin embargo, algo inusual, persistente, doloroso o preocupante debe ser valorado por un profesional de la salud.
(Véase también Introducción a los miembros protésicos.)
Factores de riesgo asociados a problemas de la piel
Los trastornos que disminuyen la circulación a los miembros inferiores (como enfermedad arterial periférica o diabetes) y comportan riesgo de amputación a los afectados también aumentan el riesgo de erosión de la piel e infección después de la amputación.
Algunos trastornos (como la diabetes) y otros (como los trastornos neurológicos) afectan la capacidad de sentir dolor y otras sensaciones. Las personas con estos trastornos pueden no sentir molestias o dolor cuando se produce una erosión cutánea o una infección y, por lo tanto, no se dan cuenta de la aparición de estos problemas. Estas personas deben quitarse la prótesis varias veces al día para comprobar si existe enrojecimiento cutáneo u otros signos de erosión o infección. En otros casos se debe comprobar la presencia de estos signos al menos una vez al día.
Los problemas de la piel son más probables cuando el miembro residual presenta ciertas características, como un exceso de tejido al final del hueso, piel suelta, piel quemada, injertos de piel, cicatrices gruesas o profundas y protuberancias o puntas afiladas en el extremo del hueso.
Si el receptáculo protésico se ajusta de manera óptima, los problemas cutáneos son mínimos. Sin embargo, incluso con un buen ajuste, los cambios normales de los miembros, como la contracción muscular y las diferencias diarias en el volumen de líquido, pueden alterar la relación entre el miembro residual y el receptáculo y aumentar el riesgo de problemas. Si la porción superior del receptáculo está demasiado apretada, se impide la circulación y el miembro puede hincharse, lo que aumenta la presión sobre el miembro residual distal y el riesgo de aparición de problemas en el tejido cutáneo más profundo. Si el receptáculo está demasiado flojo, se aplica un exceso de presión sobre el extremo del miembro y las prominencias óseas, lo que causa problemas en la piel.
Erosión de la piel
La erosión de la piel generalmente ocurre cuando hay presión y/o fricción en la piel, especialmente cuando la presión se aplica hacia arriba y hacia abajo o de lado a lado a través de la superficie de la piel. El riesgo es mayor cuando la piel está húmeda o mojada (como ocurre al sudar).
El primer signo de deterioro de la piel es el enrojecimiento y una sensación de ardor, que puede ir seguida de dolor, hinchazón, ampollas y úlceras. El hecho de continuar usando la prótesis provoca daños más graves en la piel y puede conducir a una infección de la piel.
Aunque no es posible prevenir todas las lesiones cutáneas, varias medidas pueden ayudar a prevenirlas o retrasarlas:
Practicar una buena higiene del miembro residual: la buena higiene consiste en lavar el muñón residual con un jabón suave y enjuagarlo bien 2 veces al día (más a menudo para las personas que sudan más de lo normal); el protésico puede proporcionar productos antitranspirantes diseñados específicamente para personas con dispositivos protésicos
Mantener la interfase y el receptáculo ajustados
Mantener el peso corporal estable: es la mejor manera de asegurar que la prótesis continúe bien ajustada. Incluso pequeños cambios en el peso pueden afectar el ajuste.
Ingerir una alimentación saludable y beber agua durante todo el día: esto ayuda a controlar el peso corporal y mantener la piel sana.
Monitorización y control del azúcar en sangre (para personas con diabetes)
Asegurar que la prótesis esté alineada de manera óptima (para personas con prótesis de miembro inferior)
Cuando las personas detectan signos de erosión de la piel, deben consultar rápidamente a su protésico y, si es necesario, ajustar la prótesis. Cuando sea posible, se debe evitar el uso de la prótesis hasta que pueda ajustarse. Si la prótesis no es la causa o si las modificaciones del ajuste no corrigen el problema, se debe hacer una evaluación médica.
Infección cutánea
En la piel normal, seca e intacta, las bacterias y los hongos se mantienen en equilibrio. Sin embargo, la interfase (alguna forma de capa de gel o plástico) que está contra la piel del miembro residual crea un ambiente cálido y húmedo que estimula el crecimiento de bacterias y hongos y el desarrollo de infecciones. La piel húmeda tiende también a erosionarse, lo que facilita la entrada de bacterias en el organismo. Como resultado, las infecciones pueden propagarse.
Los signos de infección incluyen sensibilidad al tacto, enrojecimiento, úlceras y secreción de pus. Un mal olor puede indicar infección o mala higiene. Si una infección bacteriana menor evoluciona a celulitis o produce un absceso, la persona puede tener fiebre y no sentirse bien.
Cualquier signo de infección debe ser evaluado por un médico. Los síntomas que se enumeran a continuación requieren valoración inmediata para evitar que la infección se convierta en potencialmente mortal:
El miembro residual se siente frío (lo cual indica disminución de la circulación sanguínea).
El área afectada está roja y dolorosa al tacto.
El área afectada desprende un olor desagradable.
Aumento de tamaño de los ganglios linfáticos de la ingle o las axilas.
Presencia de pus o secreción espesa.
La piel adopta un aspecto gris y blando o negro (en cualquier caso, puede indicar gangrena).
El tratamiento de la infección bacteriana generalmente consiste en limpieza local y antibióticos tópicos. A veces se necesita la eliminación de la piel muerta, antibióticos orales o ambos. Por lo general, la prótesis no debe usarse hasta que se resuelva la infección de la piel.
Las infecciones por hongos se deben tratar con una crema antimicótica de venta sin receta.
Las medidas para prevenir la rotura de la piel también ayudan a prevenir infecciones.
Otros problemas cutáneos
Aunque no son peligrosos, los vellos encarnados y las infecciones del folículo piloso (foliculitis) pueden causar dolor e incomodidad importantes. No afeitar el vello del miembro residual puede ayudar a prevenir estos problemas.
La aparición de protuberancias verrugosas y ásperas, por lo general en el otro extremo del miembro residual, puede ser consecuencia de un mal ajuste del receptáculo. Si no se trata, este trastorno, llamado hiperplasia verrugosa, puede conducir a una infección grave. Si aparecen protuberancias que se asemejan a las verrugas, las personas deben ver de inmediato a su protésico para un ajuste del receptáculo de la prótesis. Si esto último no corrige el problema en 2 a 4 semanas, deben consultar a su médico. Por regla general, la retirada de la prótesis durante una semana y el ajuste del receptáculo corrigen el problema en un periodo de 2 a 4 semanas.