Caries

(Caries dental)

PorBernard J. Hennessy, DDS, Texas A&M University, College of Dentistry
Revisado/Modificado nov 2024
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Datos clave

Las caries son las zonas de una pieza dental que han perdido sustancia como resultado de un proceso que gradualmente disuelve la dura superficie externa del diente (esmalte dental) y avanza hacia el interior de la pieza.

(Véase también Introducción a los trastornos dentales.)

  • En la superficie dental poliferan bacterias y desechos, y las bacterias producen ácidos que causan caries.

  • El dolor se produce cuando la caries alcanza el interior del diente.

  • Los dentistas pueden detectar caries examinando la dentadura y realizando radiografías de forma periódica.

  • Una buena higiene bucal y la realización de revisiones dentales periódicas, además de una dieta sana, contribuyen a prevenir la caries.

  • Los tratamientos con flúor pueden ayudar a sanar las caries superficiales en el esmalte, pero cuando estas son más profundas, los dentistas han de limpiar la caries hasta el fondo y rellenar el hueco que deja.

Junto con el resfriado común y la enfermedad de las encías, la caries (que está causada por bacterias) figura entre las afecciones humanas más frecuentes. La caries continuará desarrollándose si un odontólogo no la trata de forma adecuada, y una caries sin tratamiento puede acabar provocando la pérdida de la pieza dental. En los niños, las caries pueden conducir a una pérdida prematura de los dientes de leche, lo que provoca cambios en los dientes adyacentes y puede alterar la erupción de los dientes permanentes.

Factores de riesgo de caries

Hay diversos factores de riesgo de caries:

  • Control insuficiente de la placa y el sarro

  • Defectos en la superficie dental

  • Ingesta frecuente de alimentos y líquidos azucarados y/o muy ácidos

  • Ingesta oral de flúor insuficiente

  • Flujo reducido de saliva (por ejemplo, debido a algunos medicamentos o sustancias, radioterapia para el cáncer o trastornos sistémicos que causan disfunción de la glándula salival)

  • Factores genéticos

La placa bacteriana es una sustancia similar a una película compuesta de bacterias, saliva, restos de comida y células muertas, que se deposita continuamente en los dientes.

El sarro, denominado científicamente como cálculo, es la placa endurecida. Puede ser blanco, aunque generalmente es amarillo, y se forma en la base de los dientes.

Para que aparezca la caries dental, la pieza dental ha de ser propensa a ella, y también deben estar presentes la bacteria productora de ácido y los nutrientes (como el azúcar) que permiten a la bacteria desarrollarse y producir ácido. Un diente propenso a sufrir caries presenta una relativa escasez de fluoruro protector en el esmalte o bien muescas, estrías o fisuras que retienen la placa. La mala higiene bucal, que permite la acumulación de placa bacteriana y sarro, puede acelerar el proceso de caries. Aunque la boca contenga gran cantidad de bacterias, solo algunas cepas generan el ácido que causa la caries en el diente.

Los nutrientes necesarios para las bacterias que causan la caries provienen de la dieta. Cuando los niños se quedan dormidos con el biberón (a no ser que este sólo contenga agua), sus dientes están en contacto prolongado con la leche de fórmula, la leche materna o el zumo, lo que incrementa la posibilidad de caries dental. Las grandes cantidades de azúcar en la dieta también sirven de alimento a las bacterias.

El ácido de la alimentación acelera la formación de caries dental. (Por ejemplo, los refrescos, las bebidas deportivas y las bebidas energéticas, todas las cuales son habitualmente ácidas, tienden a favorecer la caries dental).

La reducción del flujo de saliva a causa de medicamentos o trastornos (tales como el síndrome de Sjögren) provoca mayor riesgo de caries dental. Las personas de edad avanzada a menudo toman medicamentos que reducen el flujo de saliva, incrementando así el riesgo de caries.

Algunas personas alojan en su boca bacterias muy activas en la producción de caries. Un padre puede transmitir estas bacterias a su hijo a través de los besos, al probar la comida del niño o al compartir utensilios para comer. Las bacterias proliferan en la boca del niño a partir de la primera dentición, y ya entonces pueden causar caries; por lo tanto, la tendencia a la caries dental de tipo familiar no refleja necesariamente una escasa higiene bucal ni hábitos alimentarios inadecuados. Estas bacterias también pueden propagarse (rara vez) a través del contacto social con personas ajenas a la familia.

La recesión de las encías también provoca que la caries dental sea más propensa a desarrollarse, ya que puede exponer las raíces de los dientes, que no están protegidas por una capa de esmalte externa. De esta manera, las bacterias pueden acceder a las capas internas de los dientes con más facilidad. La recesión de las encías y la reducción del flujo salival provocan que las personas de edad avanzada sean más propensas a la caries de las raíces de los dientes.

Edad y salud: pérdida de piezas dentales

Hace apenas una generación, la mayoría de las personas anticipaban llegar a la vejez con dientes postizos o sin dientes. Esta expectativa ha cambiado mucho durante las últimas décadas en la mayoría de los países con acceso a la salud dental. Aunque casi el 50% de las personas mayores de 85 años no conservan sus dientes naturales, la probabilidad de pérdida dental por envejecimiento es cada vez menor. Hay varias razones para este cambio: mejor nutrición, un mejor acceso a la atención dental y mejores tratamientos para la caries dental y la enfermedad periodontal.

Cuando se pierden los dientes, masticar resulta mucho más difícil, y hablar se convierte en un reto. El rostro se ve radicalmente diferente sin el apoyo que los dientes representan normalmente para los labios, las mejillas, la nariz y la barbilla.

Las personas que han perdido parte o la totalidad de sus dientes todavía pueden comer, pero tienden a comer alimentos blandos, que suelen ser relativamente altos en carbohidratos y bajos en proteínas, vitaminas y minerales. Los alimentos ricos en proteínas, vitaminas y minerales, tales como carnes, aves de corral, cereales, frutas frescas y hortalizas, suelen ser más difíciles de masticar. En consecuencia, las personas mayores que comen principalmente alimentos blandos pueden llegar a sufrir desnutrición.

Progreso de la caries dental

En el esmalte, la caries progresa lentamente. Después de penetrar en la segunda capa del diente, algo más suave y menos resistente, denominada dentina, la caries se extiende con rapidez y avanza hacia la pulpa dental, la parte más profunda del diente, que contiene nervios y vasos sanguíneos. Aunque una caries puede tardar entre 2 y 3 años en penetrar el esmalte, en tan solo un año puede recorrer una distancia mucho mayor y pasar de la dentina hasta la pulpa. Por eso, la caries de la raíz que se inicia en la dentina puede destruir en poco tiempo gran parte de la estructura del diente.

La caries de la superficie lisa es la de más lento desarrollo y constituye el tipo más evitable y reversible. En este caso, la caries se inicia como un punto blanco donde las bacterias disuelven el calcio del esmalte; este tipo de caries en la dentadura permanente suele comenzar entre los 20 y los 30 años de edad.

La caries de fosa y fisura, que suele comenzar durante la adolescencia en los dientes permanentes, se forma en las ranuras estrechas de la superficie de masticación y en el lado de los carrillos de los dientes posteriores. La caries dental en estos puntos progresa rápidamente. En muchos casos no pueden limpiarse adecuadamente estas áreas propensas a caries porque las estrías son más estrechas que las cerdas del cepillo de dientes.

La caries de la raíz comienza en la superficie que recubre la raíz (cemento), al quedar esta expuesta por el retroceso de las encías y, por lo general, afecta a personas que pasan de la edad madura. Este tipo de caries se produce a menudo por la dificultad al limpiar las zonas de la raíz, a causa de un flujo inadecuado de saliva, de un alto contenido de azúcar en la dieta o bien de una combinación de estos factores. La caries de la raíz suele ser el tipo de caries dental más difícil de evitar y tratar.

Clases de caries

La figura de la izquierda muestra una pieza dental sin caries. La figura de la derecha muestra una pieza dental con tres tipos de caries.

¿Sabías que...?

  • Los padres pueden transmitir a sus hijos bacterias que causan caries, al besarlos o al compartir cubiertos y utensilios para comer.

Síntomas de las caries

El dolor causado por una caries dental depende de qué parte de la pieza esté afectada y de la profundidad que alcance la caries. Una caries en el esmalte no suele causar dolor; este comienza cuando la caries alcanza la dentina. Al principio, las personas el dolor puede aparecer solo cuando el diente afectado entra en contacto con comidas o bebidas frías, calientes o dulces. Este tipo de dolor indica a menudo que la inflamación en la pulpa es reversible. Si la caries se trata en esta fase, los dentistas pueden reparar el diente y es probable que no se produzca más dolor ni dificultades en la masticación.

Los daños producidos por una caries que llegue muy cerca de la pulpa o incluso la alcance son irreversibles. El dolor persiste aun después de eliminar el estímulo que lo causó (por ejemplo, agua fría). La pieza dental puede doler incluso sin ningún estímulo (dolor de muelas espontáneo).

Es posible que el dolor cese de forma temporal si se produce un daño irreversible de la pulpa y su muerte posterior. En este caso, la pieza puede volverse sensible al morder, al presionarla con la lengua o con un dedo, a causa de la inflamación de la zona en el extremo de la raíz o porque se ha producido una infección en la raíz. La infección puede producir una acumulación de pus (absceso periapical), que causa un dolor constante que se intensifica al morder.

Diagnóstico de las caries

  • Evaluación por parte de un dentista

  • Radiografías dentales regulares

  • A veces, instrumentos de prueba especiales

Si una caries se trata antes de que duela, es probable que se reduzca el daño causado en la pulpa y que pueda salvarse una parte mayor de la estructura del diente. Para una detección precoz de las caries, el odontólogo se informa acerca del dolor, examina la dentadura y la tantea con instrumentos dentales, y a veces también hace alguna radiografía. Algunos dentistas también utilizan tintes especiales, luces de fibra óptica y/o nuevos dispositivos que detectan las caries mediante cambios en la conductividad eléctrica o la reflectividad del láser.

Las revisiones dentales deberían hacerse cada 3 a 12 meses, dependiendo de la propensión a las caries y de las recomendaciones del dentista. No todas las revisiones incluyen radiografías, si bien estas siguen siendo importantes para detectar las caries (incluso las que se encuentran bajo reparaciones existentes) y determinar su profundidad. La valoración de los dientes de una persona por parte del dentista determinará con qué frecuencia se deben tomar radiografías. (Se toman con menos frecuencia en personas con bajo riesgo de nuevas caries).

¿Sabías que...?

  • El suministro de agua potable de más de la mitad de la población de Estados Unidos contiene fluoruros. Sin embargo, es posible que muchas personas no consuman suficiente cantidad de esta agua para reducir significativamente la caries dental.

Tratamiento de las caries

  • Fluoruro

  • Empastes

  • Conducto radicular o extracción de la pieza dental

Si la caries se detiene antes de que la superficie del esmalte se descomponga, el esmalte puede autorrepararse (remineralización) si se realiza un tratamiento con flúor. El tratamiento con flúor requiere el uso de dentífricos con prescripción médica que contengan una mayor concentración de fluoruro de sodio y muchas aplicaciones de fluoruro de sodio en el consultorio del dentista. Los productos que contienen calcio y fosfatos también se pueden aplicar a los dientes, pero son menos eficaces que el flúor en su remineralización. El fluoruro diamino de plata puede detener el desarrollo de caries y remineralizar los dientes afectados. Sin embargo, el fluoruro diamino de plata mancha permanentemente la caries de negro, por lo que se aplica principalmente a los dientes de leche.

Si la caries ya ha alcanzado la dentina y provoca un verdadero agujero en el diente, el dentista elimina la parte cariada de la pieza con un instrumento llamado fresa dental y luego rellena el espacio con un empaste (restauración). El tratamiento de la caries en su fase inicial ayuda a conservar la fortaleza del diente y limita la posibilidad de daños en la pulpa.

Empastes

Los empastes están compuestos de varios materiales que pueden colocarse dentro o alrededor de la pieza dental. La elección del empaste varía según la ubicación y el tamaño de la caries.

La amalgama de plata (una combinación de plata, mercurio, cobre, estaño y, a veces, cinc, paladio o indio) es la que se utiliza con más frecuencia para los empastes de molares, donde la resistencia es importante y el color plateado pasa desapercibido. La amalgama de plata es relativamente barata y dura un promedio de 14 años. No obstante, esta amalgama puede durar más de 40 años si se usa una sujeción de goma y se observa una buena higiene bucal.

En general, los empastes de amalgama duran más y son más resistentes a las caries adicionales que las resinas compuestas. Aun así, el uso de amalgamas está disminuyendo por varias razones:

  1. Sus resultados estéticos no son tan agradables como los obtenidos con resinas compuestas o con ionómeros de vidrio.

  2. Las resinas compuestas son más duraderas de lo que solían ser.

  3. En la actualidad, las escuelas de odontología tratan de forma habitual las alternativas a los empastes de amalgama.

  4. Las preocupaciones ambientales sobre la retirada y eliminación del contenido de mercurio de la amalgama actualmente se toman en consideración de manera más generalizada.

Es importante tener en cuenta que las concentraciones de mercurio en sangre no están correlacionadas con el número de empastes de amalgama que tiene una persona, por lo que la preocupación por una "intoxicación por mercurio" puede ser exagerada. La exigua cantidad de mercurio que escapa de la amalgama de plata es tan reducida que no afecta a la salud. Los dentistas no recomiendan la sustitución de la amalgama porque el procedimiento es caro, daña la estructura del diente, de hecho aumenta la exposición de la persona en cuestión al mercurio y requiere el uso de separadores de amalgama para evitar la liberación de su contenido de mercurio en el medio ambiente.

Los empastes de oro (incrustaciones y reconstrucciones) son más caros. Además, requieren como mínimo dos visitas al odontólogo para su fijación permanente.

El uso de resinas compuestas suele estar indicado para los incisivos y los caninos, donde la plata sería demasiado visible. No obstante, la aplicación de estos compuestos en los molares es cada vez más frecuente. Aunque las resinas compuestas tienen la ventaja de ser del color de los dientes y permiten que los dentistas conserven más estructura dental que los empastes de amalgama, son más caras que la amalgama de plata y posiblemente existe una mayor probabilidad de desarrollar caries alrededor de sus márgenes. Esto último se debe a que la resina compuesta se encoge (se contrae) cuando se endurece. También es posible que las resinas compuestas no duren tanto como la amalgama de plata, sobre todo en las piezas dentales posteriores, que deben realizar toda la fuerza de la masticación. Las mejoras en las resinas compuestas han limitado parte de la contracción que se producía en algunas versiones anteriores del material.

En personas especialmente propensas a la caries es recomendable un empaste derivado del vidrio (ionómero de vidrio reforzado), también del color de la pieza dental, cuya propiedad es la de liberar flúor una vez fijado en dicha pieza. Otra aplicación de dicho ionómero de vidrio es la restauración de las zonas que resultan dañadas a causa de un cepillado demasiado enérgico. Los materiales de ionómero de vidrio modificado con resina también se comercializan y proporcionan mejores resultados cosméticos que los ionómeros de vidrio convencionales.

Tratamiento del conducto radicular y extracción de piezas dentales

Cuando la caries profundiza lo suficiente para dañar la pulpa de forma permanente, el único medio para eliminar el dolor es la extracción de la pulpa y el tratamiento del conducto radicular (endodoncia) o la extracción de la pieza dental.

La pieza dental se anestesia y se le coloca un dique de goma alrededor para aislarla de las bacterias del resto de la boca. Luego se perfora un orificio a través de la superficie de masticación de una pieza dental posterior o el lado de la lengüeta de una pieza dental frontal.

A continuación, el canal se limpia y se estrecha desde la apertura hasta el final de la raíz. Se pasan unos instrumentos muy delgados a través del agujero hacia el interior del espacio del canal de la pulpa, y se retira toda la pulpa restante. El canal se sella con un material flexible (gutapercha) que se endurece con el tiempo.

Si se realiza la extracción, debe evaluarse su sustitución lo antes posible. De lo contrario, las piezas próximas u opuestas pueden moverse y alterar la masticación. Hay muchas opciones para el reemplazo de las piezas dentales extraídas (véase Prótesis dentales).

Prevención de las caries

Existen varias estrategias esenciales para prevenir la formación de caries:

  • Una buena higiene bucal y revisiones dentales regulares

  • Una dieta saludable

  • Fluorización (en agua, dentífrico o ambos)

  • En algunas ocasiones flúor, selladores dentales con fluoruros y tratamiento antibacteriano

La higiene bucal

Una buena higiene bucodental, que consiste en el cepillado antes o después del desayuno y antes de acostarse, además del uso diario de seda dental para eliminar la placa bacteriana, contribuye a controlar la caries de la superficie lisa. El cepillado ayuda a evitar la caries de las zonas superiores y laterales de las piezas dentales, mientras que la seda dental alcanza las zonas entre las piezas donde no llega el cepillo.

Los cepillos de dientes eléctricos y ultrasónicos son excelentes, pero es suficiente uno ordinario si se utiliza de forma correcta. Normalmente, un cepillado correcto se realiza en solo unos 3 o 4 minutos. Debe evitarse el uso de una cantidad excesiva de pasta de dientes, especialmente las de tipo abrasivo, que pueden erosionar los dientes (en especial si el cepillado de dientes se realiza inmediatamente después de la exposición a bebidas ácidas). La seda dental se introduce suavemente entre los dientes y luego se envuelve alrededor de la superficie dental y de la raíz, en forma de C sobre la línea gingival. Con el deslizamiento vertical de la seda, 3 veces hacia arriba y hacia abajo, se eliminan placa y residuos alimentarios. Existen muchos dispositivos pequeños parecidos a palillos de dientes (llamados cepillos interproximales) con cerdas o proyecciones de plástico en los extremos que se pueden utilizar para limpiar entre los dientes. Estos dispositivos son efectivos pero solo se pueden utilizar si hay suficiente espacio entre los dientes para darles cabida. Los hay de muchos tamaños y formas, y se pueden utilizar solos o con diferentes pastas de dientes o enjuagues. Los irrigadores dentales pueden resultar útiles para las personas que tienen dificultades para manipular el hilo dental. Este tipo de dispositivos se consideran un complemento, no un sustituto del hilo dental convencional.

Al principio, la placa bacteriana es bastante blanda y eliminarla con un cepillo de cerdas suaves y seda dental, como mínimo cada 24 horas, contribuirá a evitar la caries. Resulta más difícil eliminar la placa una vez haya empezado a endurecerse, un proceso que comienza unas 72 horas más tarde.

Dieta

Aunque todos los hidratos de carbono pueden causar caries dental hasta cierto punto, los principales responsables de la caries son los azúcares. Todos los azúcares simples tienen el mismo efecto sobre los dientes, incluidos el azúcar de mesa (sacarosa), los azúcares de la miel (levulosa y glucosa), la fruta (fructosa) y la leche (lactosa). Cuando el azúcar entra en contacto con la placa, la bacteria presente en esta, Streptococcus mutans, produce ácido. La cantidad de azúcar consumida es menos importante que la frecuencia con la que se consume azúcar, porque lo importante es la cantidad de tiempo que el azúcar está en contacto con los dientes. Por eso, saborear una bebida azucarada durante 1 hora resulta más perjudicial que comer un caramelo en 5 minutos, aunque el caramelo contenga más azúcar. Los niños que se van a la cama con el biberón, aunque contenga solamente leche o fórmula, también sufren riesgo de caries; los biberones de la hora de acostarse solo deben contener agua.

Las personas con propensión a desarrollar caries deben tratar de evitar comer dulces a menudo. El enjuague bucal después de un refrigerio elimina algo de azúcar, pero resulta más eficaz el cepillado dental. Como prevención, es útil tomar bebidas no alcohólicas endulzadas artificialmente, aunque las colas dietéticas contienen ácido, que puede contribuir a la caries. Tomar té o café sin azúcar ayuda a prevenir la caries, en particular en las superficies expuestas de las raíces.

Fluoruro

El fluoruro (compuesto que contiene flúor) proporciona a la dentadura, y al esmalte dental en particular, una mayor resistencia contra el ácido que provoca la caries. El fluoruro ingerido es eficaz durante el crecimiento y el endurecimiento de los dientes. La fluoración del agua es el modo más eficaz de administrar fluoruro a los niños, y más de la mitad de la población de Estados Unidos tiene acceso actualmente a un suministro de agua potable que contiene fluoruro. Sin embargo, es posible que muchas personas no consuman suficiente cantidad de esta agua para reducir significativamente la caries dental. En contraposición, si el agua suministrada contiene demasiado flúor, las piezas dentales pueden presentar manchas o alteraciones de color (fluorosis). La alteración de la coloración puede variar de leve a grave.

Cuando el agua que se suministra a los niños no contiene suficiente flúor, el médico o el dentista pueden prescribir gotas, geles, pasta de dientes o pastillas de fluoruro de sodio. Los comprimidos deben masticarse o dejarse disolver en la boca antes de tragarlos. Los niños comienzan a tomar las gotas o tabletas aproximadamente a los 6 meses de edad y las toman hasta los 16 años. En personas de cualquier edad propensas a las caries, los dentistas pueden aplicar flúor directamente a los dientes o prescribir el uso por la noche de un protector bucal hecho a medida que contiene flúor.

La pasta dental fluorada es beneficiosa tanto para los adultos como para los niños. Debido a que los niños pequeños pueden tragarse la pasta de dientes al cepillarse, son propensos a la fluorosis (el desarrollo de manchas blancas o marrones en los dientes debido al exceso de flúor). Para prevenir este problema, se deben usar pastas dentales para niños, que contienen cantidades más bajas de flúor.

Selladores

En algunas ocasiones, los dentistas aplican selladores para proteger zonas de difícil acceso como cavidades y fisuras (estrías), en especial en los molares. Después de haber limpiado con cuidado la zona que debe ser sellada, los dentistas lijan el esmalte con una solución ácida para que la sustancia oclusiva se adhiera al diente. Luego aplican una resina líquida en el interior y por encima de las cavidades y fisuras dentales. Cuando el líquido se endurece, se forma una barrera tan eficaz que las bacterias del interior de la cavidad o de la fisura dejan de producir ácido porque ya no tienen acceso al alimento. Alrededor del 90% del sellador persiste al cabo de 1 año, y el 60% sigue en su lugar después de 10 años. La necesidad de reparación o sustitución de los selladores se valora en exploraciones periódicas.

Terapia antibacteriana

Las personas muy propensas a la caries necesitarán probablemente una terapia antibacteriana. En primer lugar, el dentista elimina la caries de la zona dañada y sella todas las cavidades y fisuras de las piezas dentales. Luego puede prescribir un potente enjuague bucal antiséptico (clorhexidina) que se utiliza durante 2 semanas para eliminar las bacterias causantes de caries que quedan en la placa bacteriana. El dentista también puede aplicar un preparado de clorhexidina de acción prolongada. Con ello se pretende que las bacterias causantes de la caries sean sustituidas por otras bacterias menos dañinas. Sin embargo, la efectividad de la clorhexidina para prevenir las caries en adultos es inconsistente. Otra forma de mantener las bacterias bajo control es hacer que las personas propensas a las caries mastiquen chicle o caramelos duros que contengan xilitol (un edulcorante que inhibe las bacterias que causan caries en la placa).

La terapia antibacteriana puede ser utilizada por mujeres embarazadas con un historial de caries grave. Las mujeres embarazadas con intolerancia a la terapia antibacteriana pueden utilizar xilitol, como se ha mencionado anteriormente. El xilitol se utiliza desde que el niño nace hasta la edad en la que la madre ya no prueba la comida del niño. El xilitol ayuda a evitar que las bacterias de la madre se transmitan al niño.

Más información

El siguiente recurso en inglés puede ser útil. Tenga en cuenta que el Manual no se hace responsable del contenido de este recurso.

  1. Mouth Healthy: (Boca sana): este recurso general proporciona información sobre la salud bucal, incluyendo nutrición y orientación sobre la selección de productos que llevan el sello de aprobación de la American Dental Association (Asociación dental estadounidense). También se aconseja encontrar un dentista y cómo y cuándo visitarlo.

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