La anemia aplástica es un trastorno en el que las células de la médula ósea (a partir de las cuales se desarrollan las células sanguíneas maduras) están destruidas, lo que da lugar a un bajo recuento de glóbulos rojos (eritrocitos), glóbulos blancos (leucocitos) y/o plaquetas (trombocitos).
Cuando las células de la médula ósea (células madre o células progenitoras) que se convierten en células sanguíneas maduras y las plaquetas están dañadas o destruidas, la médula ósea deja de funcionar. Esta insuficiencia de la médula ósea recibe el nombre de anemia aplásica. La insuficiencia de la médula ósea deriva en una excesiva reducción en la cantidad de glóbulos rojos o eritrocitos (anemia), glóbulos blancos o leucocitos (leucopenia) y plaquetas o trombocitos (trombocitopenia).
El término anemia aplásica hace referencia a la anemia que se produce al deprimirse la producción de todos los tipos de glóbulos sanguíneos. Si sólo se ve suprimida la producción de glóbulos rojos, el trastorno se denomina aplasia pura de glóbulos rojos.
Cuando no se puede diagnosticar la causa de la anemia aplásica (denominada en este caso anemia aplásica idiopática), la causa es, probablemente, un trastorno autoinmunitario en el que el sistema inmunitario reduce la producción de células madre de la médula ósea.
Otras causas son
Infección con virus como parvovirus (causa solo aplasia pura de glóbulos rojos), virus de Epstein Barr o citomegalovirus
Exposición a radiación
Toxinas (como por ejemplo el benceno)
Fármacos de quimioterapia y otros medicamentos (como el cloranfenicol)
Embarazo
Síntomas de la anemia aplásica
Los síntomas de la anemia aplástica por lo general se desarrollan lentamente a lo largo de semanas o meses.
La anemia causa cansancio, debilidad y palidez. La leucopenia aumenta el riesgo de contraer infecciones. La trombocitopenia aumenta las posibilidades de formación de hematomas y la aparición de hemorragias.
Diagnóstico de la anemia aplásica
Análisis de sangre
Examen de la médula ósea
Los análisis de sangre se realizan en personas con síntomas de anemia. Cuando los análisis de sangre muestran que han disminuido todos los tipos de glóbulos sanguíneos, se realiza un análisis de médula ósea.
La anemia aplásica se diagnostica cuando en el examen microscópico de una muestra de médula ósea (biopsia de médula ósea) se detecta una fuerte disminución del número de células de la médula ósea.
Tratamiento de la anemia aplásica
Transfusiones
Trasplante de células madre (progenitoras)
Las personas que padecen anemia aplásica grave pueden morir a menos que reciban un tratamiento inmediato. Las transfusiones de glóbulos rojos y plaquetas y la administración de unas sustancias llamadas factores de crecimiento aumentan temporalmente el número de glóbulos rojos (eritrocitos), de glóbulos blancos (leucocitos) y de plaquetas (trombocitos).
El trasplante de células madre es el tratamiento habitual en la anemia aplásica, porque puede curar la enfermedad. Si no es posible el trasplante, se administran globulina antitimocítica y ciclosporina para suprimir el sistema inmunitario y permitir que las células madre de la médula ósea se regeneren.