El sangrado puede ser consecuencia de anomalías en
Vasos sanguíneos
El colágeno es una proteína importante para mantener fuertes los vasos sanguíneos corporales. Cuando el colágeno es anormal o cuando penetran sustancias sanguíneas anormales en las paredes de los vasos, estos se debilitan y puede aparecer sangrado.
Los vasos sanguíneos frágiles causan sangrado debajo de la piel, dando lugar a pequeñas manchas rojas, moradas o marrones en la piel (petequias), manchas ligeramente más grandes que parecen moretones (púrpura) o áreas aún más grandes de hematomas (equimosis). Pueden aparecer de color rojo o púrpura en las personas con piel más clara y de color marrón o negro en las de piel más oscura. La mayoría de los trastornos causados por vasos sanguíneos frágiles no provocan pérdida de sangre abundante. El trastorno genético denominado telangiectasia hemorrágica hereditaria constituye una excepción.
Se pueden producir anormalidades del colágeno en los vasos sanguíneos en el escorbuto (debido a la falta de vitamina C en la dieta), el síndrome de Ehlers-Danlos y otros trastornos hereditarios del tejido conjuntivo muy poco frecuentes, entre los que se encuentran el síndrome de Marfan, la osteogénesis imperfecta y el pseudoxantoma elástico, dando lugar a un mayor riesgo de sangrado en estos trastornos.
Los vasos sanguíneos también pueden estar debilitados por depósitos de proteínas anormales en sus paredes, como sucede en la amiloidosis, la crioglobulinemia y la púrpura hipergammaglobulinémica, o por inflamación, como en la vasculitis autoinmunitaria. Por ejemplo, el sangrado puede ser una característica destacada de la vasculitis asociada a inmunoglobulina A, una inflamación de los vasos sanguíneos de pequeño calibre muy frecuente durante la infancia.
Por lo general, los médicos pueden determinar si el sangrado se debe a vasos sanguíneos anormales basándose en los síntomas y en un examen. A veces, se necesitan pruebas específicas para confirmar los trastornos que causan la anomalía de los vasos sanguíneos.
El tratamiento se centra en controlar el sangrado cuando sea posible y en el tratamiento de los síntomas. Muchas personas requieren terapia con hierro para reemplazar el hierro perdido debido a la hemorragia mucosa repetida (véase tratamiento de la anemia por carencia de hierro). Algunas personas requieren transfusiones de sangre.