Ciática

PorPeter J. Moley, MD, Hospital for Special Surgery
Revisado/Modificado nov 2024
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La ciática (también llamada radiculopatía lumbosacra) es un dolor a lo largo de los nervios ciáticos. Estos nervios se extienden desde la parte inferior de la espalda (zona lumbar), a través de las nalgas y descendiendo por las piernas, terminando justo debajo de la rodilla.

  • Una hernia de disco, complicaciones de la artrosis, lesiones o estrechamiento del conducto raquídeo pueden causar ciática.

  • La ciática puede causar un dolor intenso que se siente desde la parte baja de la espalda (zona lumbar), a través de las nalgas y descendiendo por la parte posterior de cualquiera de las piernas.

  • El diagnóstico se basa en la evaluación de un médico y, a veces, en los resultados de las pruebas de diagnóstico por imágenes o el electrodiagnóstico.

  • El tratamiento incluye medidas para aliviar el dolor y a veces cirugía.

Los dos nervios ciáticos son los nervios más gruesos y largos del organismo. Están formados por varias raíces nerviosas que emergen de la médula espinal en la zona lumbar. Cada nervio ciático es casi tan ancho como un dedo. A cada lado del cuerpo, el nervio ciático discurre desde la parte inferior de la columna vertebral, por detrás de la articulación de la cadera, baja por la región glútea y por la pierna y llega a la parte posterior de la rodilla. Allí, se divide en varias ramas y continúa hasta el pie.

Cuando el nervio ciático o las raíces del nervio raquídeo que componen el nervio ciático están comprimidos, pinzados, inflamados o dañados, el dolor (ciatalgia) puede irradiar a lo largo de la longitud del nervio ciático hasta el pie (véase también Compresión de la médula espinal). La ciatalgia se produce en cerca del 5% de las personas que padecen dolor lumbar.

En algunos casos no es posible identificar ninguna causa. En otros casos, la causa puede ser una hernia de disco, proyecciones irregulares de hueso debidas a artrosis (osteofitos), estenosis del conducto raquídeo (estenosis vertebral o raquídea) o inflamación debida a un esguince de los ligamentos. En raras ocasiones, la ciática está producida por la enfermedad ósea de Paget, una lesión neurológica debida a diabetes (neuropatía diabética), un tumor vertebral o una acumulación de sangre (hematoma) o de pus (absceso) que presiona sobre el nervio. Algunas personas parecen ser propensas a padecer ciática.

Ciática

A cada lado del cuerpo, el nervio ciático discurre desde la parte inferior de la columna vertebral, por detrás de la articulación de la cadera, baja por la región glútea y llega a la parte posterior de la rodilla. Allí, se divide en varias ramas y continúa hasta el pie. Cuando el nervio ciático o las raíces nerviosas que lo componen están pinzados, inflamados o lesionados, el dolor (ciática) puede irradiarse a lo largo del nervio ciático hasta el pie.

Síntomas de la ciática

La ciática suele afectar un único lado del cuerpo. El dolor se siente desde la parte baja de la espalda (zona lumbar), a través de las nalgas y descendiendo por la parte posterior de cada pierna. El dolor suele ser ardiente, punzante o en forma de pinchazos. El dolor que comienza en un solo lugar pero se desplaza a otro, generalmente a lo largo de la trayectoria de un nervio, se llama dolor referido o irradiado.

La ciatalgia puede causar una sensación de hormigueo, dolor persistente o dolor punzante en el trayecto del nervio. Se puede sentir entumecimiento o debilidad en la pierna o el pie. El dolor empeora al caminar, al correr, al subir escaleras, al estirar la pierna y, a veces, al toser o al hacer un esfuerzo, y se alivia al enderezar la espalda o al sentarse.

Si se afecta la cola de caballo (conjunto de nervios que salen de la porción más distal de la médula espinal en la zona lumbar) se puede perder el control de la vejiga y del intestino. Si se producen estos graves síntomas se requiere atención médica inmediata.

Diagnóstico de la ciática

  • Evaluación médica

  • A veces, pruebas de diagnóstico por la imagen, estudios electrodiagnósticos o ambos

Los médicos suelen establecer el diagnóstico de ciatalgia basándose en el dolor característico. Durante una exploración física, los médicos controlan la fuerza y los reflejos de una persona.

Los médicos pueden solicitar otras pruebas si los afectados presentan debilidad o entumecimiento o si sus síntomas han durado más de 6 semanas. La resonancia magnética nuclear (RMN) y la tomografía computarizada (TC) son pruebas de diagnóstico por la imagen que pueden ayudar a los médicos a identificar anomalías de la columna que causan la ciática. Las pruebas neurológicas y musculares (pruebas electrodiagnósticas), como los estudios de conducción nerviosa y la electromiografía, pueden ayudar a los médicos a identificar la raíz del nervio raquídeo afectado y la gravedad del daño.

Prevención de la ciática

No siempre es posible prevenir la ciática, pero las personas pueden reducir su riesgo de desarrollarla

  • Realizar ejercicio

  • Fortalecimiento y estiramiento de los músculos

  • Mantener un peso saludable.

  • Mantener una buena postura

  • Usar técnicas de levantamiento adecuadas

El ejercicio regular es una forma efectiva de reducir el riesgo de desarrollar ciática. Son beneficiosos el ejercicio aeróbico, el fortalecimiento muscular específico y los ejercicios de estiramiento.

El ejercicio aeróbico, como nadar y caminar, mejora la condición física y fortalece los músculos en general.

Los ejercicios específicos de fortalecimiento y estiramiento muscular del abdomen, los glúteos y la espalda (musculatura del tronco) ayudan a estabilizar la columna vertebral y a disminuir las tensiones que sufren los discos que amortiguan la columna vertebral y los ligamentos que la mantienen en su posición.

Los ejercicios de fortalecimiento muscular incluyen ejercicios de báscula pélvica y abdominales. Los ejercicios de estiramiento incluyen los estiramientos llevando la rodilla al tórax. Los ejercicios de estiramiento pueden aumentar el dolor de espalda en algunas personas, por lo que deben realizarse con precaución. Como regla general, se debe suspender cualquier ejercicio que origine o incremente el dolor de espalda. Los ejercicios deben repetirse hasta que la persona perciba que sus músculos están moderadamente fatigados, pero no totalmente extenuados. Es importante una respiración adecuada durante cada ejercicio. Las personas con dolor de espalda deben consultar con un médico antes de comenzar a practicar ejercicio.

Ejercicios para prevenir el dolor lumbar

Ejercicios de báscula pélvica

La persona se tumba de espaldas con las rodillas flexionadas, los talones apoyados sobre el suelo, y cargando peso sobre ellos. A continuación, apoya la espalda contra el suelo y contrae las nalgas (levantándolas aproximadamente un centímetro del suelo) y los músculos abdominales. Se mantiene esta posición contando hasta 10. Se repite el ejercicio 20 veces.

Abdominales

La persona se tumba de espaldas con las rodillas flexionadas y los pies sobre el suelo. Cruza las manos sobre el pecho. Contrae los músculos abdominales, elevando lentamente los hombros a unos 25 cm del suelo manteniendo la cabeza hacia atrás (el mentón no debe tocar el tórax). A continuación, relaja los músculos abdominales, bajando lentamente los hombros. Se hacen 3 series de 10 ejercicios.

Estiramientos llevando la rodilla al tórax

La persona se tumba de espaldas. Coloca las dos manos por detrás de la rodilla y la lleva hasta el tórax. Se mantiene en esta posición mientras cuenta hasta 10. Baja lentamente la pierna y repite el ejercicio con la otra. El ejercicio se realiza 10 veces.

El ejercicio también puede ayudar a las personas a mantener un peso deseable porque el sobrepeso aumenta el riesgo.

Mantener una buena postura cuando se está de pie, sentado o durmiendo disminuye la tensión en la espalda. Se debe evitar estar encogido. Los asientos se deben colocar a una altura que permita que los pies estén apoyados en el suelo, con las rodillas ligeramente dobladas y la región lumbar apoyada contra el respaldo de la silla. Si la silla no proporciona apoyo a la región lumbar, se puede colocar una almohada en el respaldo. Es aconsejable sentarse con los pies en el suelo y no con las piernas cruzadas. Hay que evitar estar de pie o sentado durante periodos prolongados. Si esto es inevitable, cambiar frecuentemente de postura suele reducir la tensión sobre la espalda.

Aprender cómo levantar los objetos correctamente ayuda a prevenir las lesiones de la espalda. Las caderas deben estar alineadas con los hombros (es decir, no deben estar giradas hacia un lado). Para alcanzar un objeto del suelo no se debe doblar la espalda manteniendo las piernas casi estiradas. En su lugar, se deben flexionar las caderas y las rodillas. De este modo se mantiene recta la columna, lo que permite alcanzar el objeto manteniendo los codos al costado. A continuación, se puede levantar el objeto (que se mantiene cercano al cuerpo) estirando las piernas. De esta manera, son las piernas y no la espalda las que levantan el objeto. Cuando se manipulan objetos por encima de la cabeza o se rota el tronco al levantar cargas, el riesgo de lesiones de espalda aumenta.

Tratamiento de la ciática

  • Medidas para aliviar el dolor

  • A veces cirugía para dolor severo

A menudo, el dolor desaparece por sí solo. Si no es así, las personas afectadas pueden probar varios métodos para aliviar el dolor o pueden requerir cirugía. Es beneficioso estirar suavemente los músculos de la región posterior del muslo (músculos isquiotibiales) después de un calentamiento.

Medidas para aliviar el dolor

Uno o dos días de reposo en cama pueden aliviar el dolor. El reposo en cama más prolongado debilita los músculos del tronco y aumenta la rigidez, empeorando así el dolor de espalda y prolongando la recuperación. Muchas personas sienten alivio durmiendo de lado con las rodillas flexionadas y una almohada entre ellas. Si se duerme boca arriba se puede colocar una almohada debajo de las rodillas. Las personas afectadas pueden seguir durmiendo boca abajo si se sienten cómodas haciéndolo.

La aplicación de frío (como bolsas de hielo) o de calor (como una almohadilla térmica) o el uso de analgésicos de venta libre (como paracetamol [acetaminofeno] y fármacos antiinflamatorios no esteroideos [AINE]) pueden ayudar a aliviar el dolor. A algunas personas les pueden resultar eficaces los medicamentos que reducen el dolor nervioso, como la gabapentina, los medicamentos anticonvulsivos o ciertos antidepresivos. Si el dolor es intenso o persiste, los médicos pueden administrar corticoesteroides por vía oral o inyectarlos en el espacio epidural (entre la columna y la capa externa de tejido que cubre la médula espinal).

La fisioterapia y el estiramiento suave de los músculos isquiotibiales después del calentamiento pueden ayudar a aliviar los espasmos musculares. (Véase también Prevención.)

Cirugía

Si una hernia de disco está causando una ciatalgia persistente o crónica, especialmente si se acompaña de debilidad y/o pérdida de la sensibilidad, puede ser necesaria la extirpación quirúrgica de la parte abultada del disco (discectomía) y a veces parte de la vértebra (laminectomía). Habitualmente se requiere anestesia general. A menudo, para eliminar la porción herniada del disco se pueden utilizar técnicas microquirúrgicas, con una pequeña incisión y anestesia raquídea regional (que afecta solo a una parte concreta del cuerpo). Este procedimiento no suele requerir hospitalización. Después de cualquier procedimiento, la mayoría de las personas pueden reanudar sus actividades por completo al cabo de un periodo de tiempo comprendido entre 6 semanas y 3 meses. La cirugía tiende a dar lugar a una recuperación más rápida que el tratamiento sin cirugía. Sin embargo, después de aproximadamente un año o dos, las personas tratadas con y sin cirugía presentan más o menos el mismo grado de recuperación.

Se necesitan diferentes procedimientos quirúrgicos para las personas con ciática debida a otros trastornos, como la estenosis vertebral lumbar o el vertebral.

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