La prueba de la mesa basculante es un examen médico que mide cómo afectan las diversas posiciones a la frecuencia cardíaca, el ritmo cardíaco y la presión arterial. Las personas con aturdimiento inexplicable, mareos o desmayos pueden someterse a una prueba de la mesa basculante para diagnosticar la causa de sus síntomas.
La prueba de la mesa basculante suele recomendarse para aquellas personas que sufren desmayo (síncope) por alguna razón desconocida y que no presentan un trastorno cardíaco estructural (como la constricción de la válvula aórtica). La prueba de la mesa basculante también se utiliza para evaluar a los pacientes con aturdimiento o mareos inexplicables y caídas recurrentes. A veces se utiliza la prueba de la mesa basculante para distinguir entre diversos tipos de síncope o entre un síncope y algunos tipos de epilepsia.
Cómo se realiza una prueba de basculación
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Por lo general, el paciente está sujeto a una mesa motorizada y permanece en posición horizontal durante 15 minutos. A continuación, el cabezal de la mesa se inclina un ángulo entre 60° y 80° durante 45 minutos para ver si la persona se siente débil o si disminuye su presión arterial y su frecuencia cardíaca. Si la presión arterial no disminuye, se administra isoproterenol (un fármaco que estimula el corazón) por vía intravenosa a una dosis lo suficientemente alta para acelerar la frecuencia cardíaca en 20 latidos por minuto, y se repite la prueba.