Silicosis

PorCarrie A. Redlich, MD, MPH, Yale Occupational and Environmental Medicine Program Yale School of Medicine;
Efia S. James, MD, MPH, Bergen New Bridge Medical Center;Brian Linde, MD, MPH, Yale Occ and Env Medicine Program
Revisado/Modificado nov 2023
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La silicosis es la cicatrización permanente de los pulmones causada por la inhalación de polvo de sílice (cuarzo).

  • Las personas afectadas desarrollan dificultad respiratoria durante la actividad que a veces progresa a dificultad respiratoria en reposo.

  • Algunas personas también tienen tos que puede o no producir esputo.

  • El diagnóstico se basa en una radiografía de tórax o una tomografía computarizada de tórax y un historial de exposición a la sílice.

  • Los médicos pueden administrar medicamentos para ayudar a respirar.

(Véase también Introducción a las enfermedades pulmonares ambientales y profesionales.)

La silicosis puede ser aguda o crónica. La silicosis aguda puede desarrollarse después de exposiciones intensas durante algunas semanas o años. La silicosis crónica es la forma más frecuente y generalmente se desarrolla solo tras la exposición durante décadas.

Causas de la silicosis

La sílice es uno de los minerales más abundantes en la corteza terrestre y se encuentra ampliamente distribuida en la naturaleza. La silicosis está causada por la inhalación de pequeñas partículas de sílice cristalina (generalmente cuarzo). Los trabajadores de mayor riesgo son los que trabajan con piedra y arena (mineros, canteros, cortadores de piedra, obreros de la construcción) o que utilizan sílice o abrasivos de arena (chorreadores de arena, vidrieros, trabajadores de la fundición, de piedras preciosas, de cerámica y alfareros). Recientemente se han identificado brotes de silicosis grave en trabajadores de la industria de la piedra artificial.

Los factores que influyen en la incidencia y la gravedad de la silicosis son

  • Duración e intensidad de la exposición

  • Forma y características superficiales de las partículas de sílice

La sílice amorfa, como el vidrio o la tierra de diatomeas, no tiene una estructura cristalina y no causa silicosis.

El polvo de sílice, si es inhalado, entra en los pulmones, donde unas células «limpiadoras», como los macrófagos, lo engullen (véase también Introducción al sistema inmunitario). Las enzimas liberadas por los fagocitos causan la formación de tejido cicatricial en los pulmones y forman nódulos. En exposiciones de baja intensidad o de corta duración, estos nódulos son discretos y no comprometen la función pulmonar. Con exposiciones de mayor intensidad o más prolongadas, estos nódulos se fusionan (se unen) y causan fibrosis progresiva y disfunción pulmonar o, a veces, forman grandes masas (llamada fibrosis masiva progresiva).

Síntomas de la silicosis

La silicosis puede ser aguda o crónica. La silicosis crónica es más frecuente.

Las personas con silicosis aguda experimentan dificultad respiratoria, pérdida de peso y fatiga que progresa rápidamente. La insuficiencia respiratoria es frecuente.

La silicosis crónica a menudo no causa síntomas durante años, pero puede progresar a una enfermedad más grave. Muchas personas con silicosis crónica desarrollan con el tiempo dificultad para respirar y tos. El daño pulmonar deriva en niveles más bajos de oxígeno en la sangre y llega a sobrecargar el lado derecho del corazón. Esta sobrecarga conduce a un tipo de insuficiencia cardíaca denominada corazón pulmonar (cor pulmonale), que puede ser mortal.

Complicaciones

Las personas con silicosis corren el riesgo de sufrir otros trastornos:

  • Tuberculosis (TB)

  • Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC)

  • Cáncer de pulmón

  • Enfermedades reumáticas sistémicas (autoinmunitarias)

Las personas con silicosis corren un mayor riesgo de desarrollar infecciones por micobacterias, como la tuberculosis.

La exposición a la sílice se asocia a un mayor riesgo de enfermedad pulmonar obstructiva crónica (como enfisema o bronquitis crónica).

Las personas con silicosis corren un mayor riesgo de sufrir cáncer de pulmón. La sílice cristalina ha sido identificada por la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés) como un carcinógeno pulmonar humano del Grupo 1.

La exposición a la sílice cristalina también se asocia a un mayor riesgo de varias enfermedades reumáticas sistémicas, como artritis reumatoide y esclerosis sistémica.

Diagnóstico de la silicosis

  • Antecedentes de exposición a la sílice

  • Pruebas de imagen del tórax (tomografía computarizada o radiografía)

Los médicos suelen reconocer la silicosis basándose en lo que ven en la radiografía de tórax o en la tomografía computarizada (TC) en personas con antecedentes de exposición a la sílice. La tomografía computarizada (TC) torácica es más sensible que la radiografía torácica para detectar la silicosis y controlar la progresión de la enfermedad.

En las pruebas de imagen del tórax, varios trastornos pueden parecerse a la silicosis crónica. Entre estos trastornos se encuentran la sarcoidosis, la enfermedad crónica por berilio, la neumonitis por hipersensibilidad, la neumoconiosis del trabajador del carbón, la tuberculosis miliar, las enfermedades pulmonares fúngicas y el cáncer que se ha extendido a los pulmones. Los médicos solicitan pruebas adicionales para distinguir la silicosis de estos otros trastornos.

Tratamiento de la silicosis

  • Suspensión de la exposición adicional

  • Tratamiento de los síntomas (por ejemplo, con broncodilatadores y corticoesteroides inhalados)

  • Tratamiento de las complicaciones

La suspensión de la exposición adicional es importante.

No existen tratamientos específicos comprobados para la silicosis aguda o la crónica. El tratamiento es principalmente de apoyo.

Las personas que tienen dificultad para respirar pueden beneficiarse del uso de broncodilatadores, que son medicamentos para mantener las vías respiratorias abiertas y libres de mucosidad. Los médicos controlan a las personas con silicosis para detectar concentraciones bajas de oxígeno en sangre y administran tratamiento en caso necesario. La rehabilitación pulmonar puede ayudar a las personas a desempeñar actividades cotidianas. El trasplante de pulmón se recomienda para las personas más gravemente afectadas.

Las complicaciones se tratan según sea necesario. Por ejemplo, las infecciones, incluida la tuberculosis, se tratan con prontitud.

Prevención de la silicosis

Las medidas preventivas primarias comienzan eliminando o reduciendo la exposición. La prevención primaria más eficaz es la aplicación de controles de ingeniería (control del medio ambiente) para limitar la exposición a la sílice. Los respiradores adecuadamente ajustados proporcionan protección adicional.

Las medidas para prevenir complicaciones incluyen dejar de fumar y la administración de vacunas contra neumococos, COVID y gripe. Las personas que han estado expuestas a la sílice corren el riesgo de contraer tuberculosis e infecciones similares por micobacterias, por lo que deben someterse regularmente a pruebas de detección de la tuberculosis.

Debido a la persistencia de la silicosis, la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional de Estados Unidos (OSHA, por sus siglas en inglés) emitió una Norma para la sílice respirable actualizada en 2016. Esta norma reduce el Límite de Exposición Permitida (PEL, por sus siglas en inglés) y requiere vigilancia médica previa al empleo y vigilancia periódica de los trabajadores expuestos a la sílice. La vigilancia médica incluye cuestionarios, pruebas de funcionalidad pulmonar y radiografías de tórax periódicas.

Más información

El siguiente recurso en inglés puede ser útil. Tenga en cuenta que el MANUAL no se hace responsable del contenido de este recurso.

  1. Occupational Safety & Health Administration [OSHA]. Sílice cristalina respirable. 2016. Regulations (Standards-29 CFR 1926.1153).

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