Dificultad respiratoria

(Disnea)

PorRebecca Dezube, MD, MHS, Johns Hopkins University
Revisado/Modificado nov 2023
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La sensación de falta de aire, lo que los médicos llaman disnea, es la sensación desagradable de tener dificultad respiratoria. Las personas experimentan y describen la falta de aire de manera diferente dependiendo de la causa.

Durante el ejercicio o a gran altitud es normal que se produzca un aumento en la frecuencia y la profundidad de las respiraciones, pero dicho aumento rara vez resulta molesto. La frecuencia respiratoria también aumenta durante el reposo como consecuencia de muchos trastornos, ya sean de los pulmones o en otras partes del organismo. Por ejemplo, cuando las personas tienen fiebre respiran más rápido.

La respiración acelerada en una persona con disnea suele acompañarse de una sensación de ahogo. La persona tiene la sensación de ser incapaz de respirar con suficiente rapidez o profundidad. Puede notar que necesita más esfuerzo para expandir el tórax al respirar o para expulsar el aire al exhalar. También puede tener la incómoda sensación de que necesita urgentemente inhalar (inspiración) antes de terminar de exhalar (espiración), o puede tener diversas sensaciones a menudo descritas como opresión en el pecho.

Pueden existir otros síntomas, como tos o dolor torácico, dependiendo de la causa de la disnea.

Causas de la dificultad respiratoria

La disnea generalmente está causada por enfermedades de los pulmones o del corazón (véase la tabla Algunas causas y características de la sensación de falta de aire).

Las causas más comunes son

La embolia pulmonar (bloqueo repentino de una arteria del pulmón, por lo general por un coágulo de sangre) es una causa menos frecuente pero grave.

La causa más común en pacientes con una enfermedad pulmonar o cardíaca crónica es

  • El empeoramiento de su enfermedad

Sin embargo, estos pacientes también pueden sufrir otros trastornos. Por ejemplo, las personas con asma de larga evolución pueden tener un ataque al corazón, o las personas con insuficiencia cardíaca crónica pueden sufrir una neumonía.

Trastornos pulmonares

Los pacientes que padecen enfermedades pulmonares frecuentemente presentan disnea con el esfuerzo físico. Durante el ejercicio, el cuerpo produce más dióxido de carbono y consume mayor cantidad de oxígeno. El centro respiratorio del cerebro aumenta la frecuencia respiratoria cuando las concentraciones de oxígeno en sangre son bajas o cuando las de dióxido de carbono son altas. Por otra parte, si la función pulmonar y cardíaca están alteradas, incluso un pequeño esfuerzo puede aumentar de forma alarmante la frecuencia respiratoria y la disnea. La disnea es tan angustiosa que el paciente evita realizar esfuerzos. A medida que la enfermedad pulmonar se va agravando, la disnea puede incluso manifestarse durante el reposo.

La disnea puede ser consecuencia de

  • Trastornos pulmonares restrictivos

  • Trastornos pulmonares obstructivos

En los trastornos pulmonares restrictivos (como la fibrosis pulmonar idiopática) los pulmones pierden elasticidad y es necesario un mayor esfuerzo para dilatarse durante la inspiración. Una curvatura grave de la columna vertebral (escoliosis) también produce restricción respiratoria al reducir la movilidad de la caja torácica.

En los trastornos obstructivos (como en la enfermedad pulmonar obstructiva crónica o el asma), la resistencia al flujo del aire aumenta debido al estrechamiento de las vías respiratorias. Puesto que las vías respiratorias se dilatan durante la inspiración, el aire puede entrar. No obstante, dado que las vías respiratorias se estrechan en la espiración, el aire no puede salir de los pulmones a la velocidad normal y la respiración se vuelve sibilante y dificultosa. Cuando queda mucho aire atrapado en los pulmones después de la espiración, se produce disnea.

Las personas con asma tienen disnea cuando tienen una crisis. Generalmente, se recomienda a estos pacientes que tengan un inhalador a mano para usar durante la crisis. El medicamento que contiene el inhalador ayuda a abrir las vías aéreas.

Insuficiencia cardíaca

El corazón bombea la sangre a través de los pulmones. Si la función cardíaca está alterada (insuficiencia cardíaca), se puede acumular líquido en los pulmones, originando el llamado edema pulmonar. Este proceso provoca dificultad para respirar, frecuentemente acompañada de sensación de asfixia o pesadez en el pecho. La acumulación de líquido en los pulmones puede ocasionar también un estrechamiento de las vías respiratorias y sibilancias, una afección denominada asma cardíaca.

Algunas personas con insuficiencia cardíaca experimentan ortopnea, disnea paroxística nocturna o ambas. La ortopnea es la sensación de ahogo que aparece cuando la persona se tumba y se alivia cuando se sienta. La disnea paroxística nocturna es un cuadro repentino de sensación de falta de aire, con frecuencia aterrador, que se produce durante el sueño. El sujeto se despierta jadeante y debe sentarse o ponerse de pie para recuperar el aliento. Este trastorno es una forma extrema de ortopnea y, también, una señal de insuficiencia cardíaca grave.

Anemia

Cuando una persona tiene anemia o ha perdido una gran cantidad de sangre debido a un traumatismo, tiene menos glóbulos rojos (eritrocitos). Los glóbulos rojos transportan oxígeno a los tejidos, por lo que en estos pacientes disminuye la cantidad de oxígeno que la sangre puede entregar. La mayoría de los pacientes con anemia se sienten cómodos cuando están en reposo. Sin embargo, a menudo sienten disnea durante la actividad física debido a que la sangre no puede entregar la mayor cantidad de oxígeno que el cuerpo necesita. El paciente respira rápida y profundamente, en un intento reflejo de incrementar la cantidad de oxígeno en sangre.

Otras causas

Si una gran cantidad de ácido se acumula en la sangre (la llamada acidosis metabólica), el paciente puede sentir una sensación de falta de aire y comenzar a respirar rápidamente. La insuficiencia renal grave, el empeoramiento repentino de una diabetes mellitus, y la ingestión de ciertos medicamentos o tóxicos pueden causar acidosis metabólica. En los individuos con insuficiencia renal, la anemia y la insuficiencia cardíaca pueden contribuir a la disnea.

En el síndrome de hiperventilación, el sujeto tiene la sensación de que no le entra suficiente aire y, en consecuencia, respira de manera intensa y rápida. Este síndrome suele estar producido por ansiedad más que por un trastorno físico. Muchos de los que experimentan este síndrome se alarman, pueden presentar dolor torácico y por ello creer que sufren un infarto de miocardio. La persona afectada puede sufrir una alteración de la consciencia, habitualmente descrita como una sensación de que los acontecimientos que les rodean se vuelven muy lejanos, y también puede experimentar un hormigueo en las manos, en los pies y alrededor de la boca.

Dificultad respiratoria

La siguiente información puede ayudar a decidir si es necesaria la evaluación de un médico y a saber qué esperar durante esta.

Signos de alarma

En los pacientes con disnea, los siguientes síntomas son motivo de especial preocupación:

  • Dificultad respiratoria en reposo

  • Agitación o confusión o disminución del nivel de consciencia

  • Molestia en el pecho o sensación de que el corazón está latiendo con violencia o muy rápidamente o con latidos irregulares (palpitaciones)

  • Pérdida de peso

  • Sudoración nocturna

Cuándo acudir al médico

Los pacientes con dificultad respiratoria en reposo, dolor torácico, palpitaciones, disminución del nivel de consciencia, agitación o confusión o que tienen dificultad para mover el aire dentro y fuera de los pulmones deben ir al hospital de inmediato. Pueden necesitar de forma inmediata pruebas, tratamiento, y a veces su ingreso hospitalario. En otras ocasiones basta con llamar al médico. En función de la naturaleza y la gravedad de los síntomas, la edad, y cualquier trastorno subyacente, el médico indicará con cuanta rapidez deben ser evaluados los pacientes. Habitualmente en el plazo de unos días.

Actuación del médico

En primer lugar, el médico pregunta acerca de los síntomas del paciente y su historial médico. A continuación, realiza una exploración física. Los antecedentes clínicos y la exploración física a menudo sugieren la causa de la hemoptisis y orientan acerca de las pruebas que pueden ser necesarias (véase la tabla Algunas causas y características de la sensación de falta de aire).

El médico intenta determinar

  • Cuando comenzó la sensación de falta de aire

  • Si se inició de forma súbita o gradual

  • El tiempo trascurrido desde que el paciente siente falta de aire

  • Si alguna situación (como el frío, el esfuerzo, la exposición a los alérgenos, o el tumbarse) la desencadena o empeora

También pregunta por los antecedentes médicos (incluyendo cualquier enfermedad pulmonar o del corazón), antecedentes de tabaquismo, cualquier miembro de la familia que haya tenido hipertensión o niveles altos de colesterol y factores de riesgo de embolia pulmonar (como hospitalización reciente, cirugía, o viajes a grandes distancias).

La exploración física se centra en el corazón y los pulmones. Se auscultan los pulmones en busca de congestión, sibilancias y sonidos anormales, llamados crepitantes. Se ausculta el corazón en busca de soplos (que indican un trastorno de una válvula cardíaca). La hinchazón de ambas piernas sugiere insuficiencia cardíaca, pero la hinchazón solamente de una es más probable que se deba a un coágulo de sangre en la pierna. Éste puede desprenderse y viajar a los pulmones, lo que se denomina embolia pulmonar.

Tabla
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Pruebas complementarias

Para ayudar a determinar la gravedad del problema, se miden los niveles de oxígeno en sangre con un sensor colocado en un dedo (pulsioximetría). Por lo general, también se realiza una radiografía de tórax a menos que parezca claramente un brote poco importante de una enfermedad crónica ya diagnosticada como asma o insuficiencia cardíaca. La radiografía de tórax puede mostrar un pulmón colapsado, neumonía y muchas otras anomalías pulmonares y cardíacas. En la mayoría de los adultos, se realiza una electrocardiografía (ECG) para descartar que el flujo de sangre al corazón sea inadecuado.

En función de los hallazgos de la exploración se realizan otras pruebas (véase la tabla Algunas causas y características de la sensación de falta de aire). Se realizan pruebas para evaluar cómo funcionan los pulmones (pruebas de función pulmonar) cuando la exploración sugiere un trastorno pulmonar pero la radiografía de tórax no proporciona un diagnóstico. Las pruebas de función pulmonar pueden medir el grado de restricción o de obstrucción, así como la capacidad de los pulmones para transportar el oxígeno desde el aire hasta la sangre. Una enfermedad pulmonar puede combinar restricción y obstrucción, así como un transporte anormal del oxígeno.

En las personas con riesgo moderado o alto de embolia pulmonar, se llevan a cabo pruebas de diagnóstico por la imagen especializadas, como la angiografía por tomografía computarizada o la gammagrafía de ventilación/perfusión. Si el riesgo de embolia es bajo se puede realizar una determinación del dímero-d en sangre. Esta prueba ayuda a confirmar o descartar una trombosis. Para detectar y estudiar más en profundidad la presencia de anemia, problemas cardíacos, ciertas patologías específicas del pulmón e insuficiencia renal serían necesarias otras pruebas diagnósticas.

Prueba analítica

Tratamiento de la dificultad respiratoria

El tratamiento de la disnea va dirigido a la causa que la provoca.

En pacientes con niveles bajos de oxígeno en sangre es necesario administrar oxígeno suplementario mediante cánulas nasales o mascarilla facial. En los casos más graves, especialmente si el paciente no puede respirar con suficiente profundidad y rapidez, se pueden utilizar sistemas de ventilación mecánica administrada mediante un tubo que se introduce en la tráquea, o bien a través de una mascarilla ajustada sobre la cara.

Para reducir la ansiedad y el malestar causados por la disnea en pacientes con diversos trastornos, que incluyen el infarto cardíaco, la embolia pulmonar y enfermedades terminales, se puede administrar morfina por vía intravenosa.

Conceptos clave

  • La dificultad respiratoria (disnea) generalmente está producida por enfermedades pulmonares o del corazón.

  • En personas afectadas por una enfermedad pulmonar crónica (como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica) o cardíaca (como la insuficiencia cardíaca), la causa más común de la disnea es una reagudización de la enfermedad crónica, aunque estas personas también pueden desarrollar un nuevo problema (como un infarto) que aumente o cause la disnea.

  • Los afectados por disnea en reposo, disminución del nivel de consciencia o confusión deben acudir inmediatamente al hospital para una evaluación urgente.

  • Para determinar la gravedad del problema, se miden los niveles de oxígeno en sangre con un sensor colocado en un dedo (pulsioximetría).

  • La evaluación médica intenta determinar si existe un suministro inadecuado de sangre y oxígeno al corazón (isquemia miocárdica) o una embolia pulmonar, pero con frecuencia los síntomas de estos trastornos son inespecíficos.

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