La gastroenteritis es la inflamación del revestimiento interno del estómago y del intestino delgado y grueso. Aunque generalmente se debe a una infección producida por un microorganismo, también puede estar causada por la ingestión de drogas, fármacos o sustancias químicas.
(Véase también Introducción à la gastroenteritis.)
Fármacos y drogas
Las náuseas, los vómitos y la diarrea son efectos secundarios frecuentes de muchos fármacos y drogas. Las causas frecuentes son
Los antiácidos que contienen magnesio como ingrediente principal
Antibióticos
Quimioterápicos
Inmunoterapia
Radioterapia
Colquicina o colchicina (para la gota)
La digoxina (que se utiliza generalmente para la insuficiencia cardíaca y otras arritmias cardíacas)
Medicamentos utilizados para tratar los gusanos parásitos internos
Laxantes
El uso de antibióticos también puede causar diarrea inducida por Clostridioides difficile.
El abuso de laxantes puede producir debilidad, vómitos, diarrea, pérdida de electrólitos y otros trastornos.
A menudo es difícil darse cuenta de que un fármaco o una droga está causando gastroenteritis. En casos leves, el médico aconseja la interrupción del medicamento o de la droga y vuelve a prescribirlo posteriormente. Si los síntomas remiten cuando la persona deja de tomar el fármaco o la droga y reaparecen al tomarlo de nuevo, entonces dicho fármaco o sustancia puede ser la causa de los síntomas gastrointestinales. En casos graves de gastroenteritis, el médico indica a la persona que suspenda el medicamento o de la droga de forma permanente.
Sustancias químicas
La gastroenteritis puede producirse por la ingestión de sustancias químicas tóxicas (véase Introducción a la intoxicación alimentaria). Estas toxinas generalmente son producidas por una planta, como las setas venenosas, o por ciertos tipos de mariscos y, por lo tanto, no son el producto de una infección.
La gastroenteritis debida a toxicidad química también puede ocurrir después de ingerir agua o alimentos contaminados por sustancias químicas como el arsénico y metales pesados como el plomo, el mercurio o el cadmio, o después de comer o tragar directamente una sustancia química o un metal. La intoxicación por metales pesados con frecuencia causa náuseas, vómitos, dolor abdominal y diarrea.
Los médicos preguntan sobre el contacto reciente con alimentos o agua contaminados o con metales pesados. A veces, la gastroenteritis puede atribuirse al agua contaminada o a alimentos insuficientemente cocinados, estropeados o contaminados. Las personas que han ingerido un metal pesado pueden someterse a un análisis de sangre para determinar la concentración de metal en la sangre.
Tratamiento
Rehidratación
Por lo general, el único tratamiento necesario para la gastroenteritis, incluida la gastroenteritis causada por fármacos, drogas o sustancias químicas, es reposo en cama e ingesta de una cantidad suficiente de líquido. Incluso una persona que esté vomitando debe tomar tanto líquido como pueda, a pequeños sorbos y de forma frecuente.
Si el vómito o la diarrea se prolongan o la persona se deshidrata gravemente, son necesarios líquidos y electrólitos por vena (intravenosos).
Dado que los niños se deshidratan con mayor facilidad, deben recibir líquidos con un equilibrio apropiado de sales y azúcares. Cualquiera de las soluciones disponibles comercialmente diseñadas para reponer los líquidos perdidos y los electrólitos (denominadas soluciones de rehidratación oral) son satisfactorias. Las bebidas carbonatadas, té, bebidas para deportistas o que contienen cafeína y zumos de fruta no son apropiados. Si el niño es amamantado, debe continuarse la lactancia materna.
A medida que los síntomas mejoran, la persona puede añadir gradualmente alimentos a la dieta. No hay necesidad de limitar la dieta a alimentos suaves como cereales, gelatina, plátanos, arroz, compota de manzana y pan tostado. Sin embargo, algunas personas no toleran los productos lácteos hasta algunos días después de tener diarrea.