La esofagitis eosinofílica es un trastorno inflamatorio en el que la pared del esófago se llena de un gran número de eosinófilos, un tipo de glóbulos blancos.
Este trastorno puede tener su origen en alergias alimentarias.
Los niños pueden negarse a comer y perder peso y los adultos pueden tener comida alojada en el esófago y presentar dificultad para tragar.
El diagnóstico se basa en los resultados de una endoscopia y una biopsia, a veces junto con radiografías.
El tratamiento consiste en inhibidores de la bomba de protones, corticosteroides, un agente biológico, cambios en la dieta y, a veces, dilatación esofágica.
El esófago es el tubo hueco que comunica la garganta (faringe) con el estómago. (Véase también Introducción al esófago.)
La esofagitis eosinofílica puede aparecer en cualquier etapa de la vida situada entre el periodo de lactancia y los primeros años de vida adulta. En ocasiones se produce en adultos mayores y es más frecuente entre los hombres.
Los eosinófilos son un tipo de leucocitos que desempeñan un papel importante en la respuesta del organismo frente a las reacciones alérgicas, el asma y la infección por parásitos. La esofagitis eosinófila puede estar causada por una reacción alérgica a determinados alimentos en personas que presentan factores de riesgo genéticos. La reacción alérgica provoca una inflamación que irrita el esófago. Sin tratamiento, la inflamación puede conducir a largo plazo a un estrechamiento crónico (estenosis) del esófago.
Síntomas de la esofagitis eosinófila
Los bebés y los niños pueden negarse a comer y presentar vómitos, pérdida de peso y dolor abdominal, dolor torácico o una combinación de los anteriores.
Los adultos con estenosis (por lo general los adultos que han sufrido esofagitis durante mucho tiempo) presentan a menudo dificultad para deglutir (disfagia) y pueden tener comida alojada en el esófago (lo que se denomina retención esofágica de alimentos). Pueden aparecer síntomas similares a los de la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE), en particular ardor de estómago o acidez (una sensación de quemazón detrás del esternón).
Las personas afectadas a menudo sufren también otros trastornos alérgicos, como asma o eczema.
Diagnóstico de esofagitis eosinófila
Endoscopia y biopsia
A veces, radiografías de tránsito baritado
Los médicos sospechan el diagnóstico de esofagitis eosinófila en personas de cualquier edad que sufren otros trastornos alérgicos y dificultad para tragar alimentos sólidos. El diagnóstico también se sospecha en personas con síntomas de enfermedad por reflujo gastroesofágico que no desaparecen con el tratamiento habitual.
Para diagnosticar el trastorno, se realiza una exploración del esófago con una sonda flexible (endoscopia). Durante la endoscopia, los médicos toman muestras de tejido para analizarlas al microscopio (lo que se denomina biopsia).
A veces, los médicos también llevan a cabo un tránsito baritado. En esta prueba, se administra a la persona bario mezclado con un líquido antes de la radiografía. El bario perfila el esófago y facilita así la identificación de las anomalías.
La planimetría de impedancia es otro tipo de prueba esofágica que se realiza ocasionalmente para detectar estenosis sutiles. En esta prueba se utiliza un globo lleno de agua salada (solución salina) para medir simultáneamente el área a través del interior del esófago y la presión dentro del esófago.
Los médicos también pueden solicitar pruebas para detectar alergias alimentarias para identificar posibles desencadenantes, pero son poco eficaces.
Tratamiento de la esofagitis eosinófila
Inhibidores de la bomba de protones
Corticoesteroides
Dupilumab
Cambios en la alimentación
A veces, dilatación del esófago
Las opciones para adultos incluyen los inhibidores de la bomba de protones (IBP), que son medicamentos que reducen la producción de ácido estomacal y pueden reducir los síntomas; corticoesteroides tópicos; y el agente biológico dupilumab.
En el caso de los niños, los cambios en la dieta son a menudo eficaces, pero se suelen prescribir IBP si los cambios en la dieta no han funcionado. A los niños de 1 año de edad en adelante se les puede administrar dupilumab.
Si los IBP no son eficaces, se administran corticoesteroides tópicos (como fluticasona y budesonida) que se ingieren. Estos medicamentos recubren el esófago y pueden ayudar a reducir la inflamación. Se puede utilizar un inhalador de fluticasona e insuflar el fármaco en el interior de la cavidad bucal, sin inhalarlo, y después tragarlo. De esta manera el fármaco recubre el esófago y no entra en los pulmones. La budesonida en forma líquida también se puede tragar. Se puede recomendar a las personas que se enjuaguen la boca después para ayudar a evitar una infección fúngica de la boca (candidiasis oral).
Dupilumab es un agente biológico que se administra mediante inyección. Es un anticuerpo monoclonal (un anticuerpo que se produce en un laboratorio a partir de células vivas). El dupilumab puede administrarse a personas de 1 año o más que pesen al menos 15 kg. Este medicamento reduce la inflamación en el esófago.
El médico puede enseñar a la persona afectada a cambiar su dieta. Las personas afectadas pueden seguir una dieta que elimina el trigo, los productos lácteos, el pescado/marisco, los cacahuetes/frutos secos, los huevos o la soja (véase dieta de eliminación). La dieta elemental, en la que las personas obtienen la mayor parte de su alimentación en forma líquida compuesta por lo general por aminoácidos, grasas, azúcares, vitaminas y minerales, puede tener éxito tanto en adultos como en niños, pero a menudo no es práctica en adultos.
Si la persona tiene un estrechamiento del esófago, el médico infla un globo en el interior del esófago durante una endoscopia para dilatarlo. Los médicos suelen realizar varias dilataciones utilizando globos de tamaños cada vez mayores para impedir que el esófago se desgarre.
Se están estudiando terapias de inyección e infusión dirigidas a la vía eosinófila del organismo para detectar la esofagitis eosinófila.