Un pólipo es un crecimiento que sobresale del tejido de la pared de un espacio hueco, como el intestino.
Algunos pólipos son causados por trastornos hereditarios.
El síntoma más frecuente es la hemorragia rectal.
Algunos pólipos se convierten en cancerosos (malignos) (véase Cáncer colorrectal).
Para establecer el diagnóstico se realiza una exploración mediante colonoscopia.
La extirpación del pólipo durante la colonoscopia es la mejor forma de tratamiento.
Los pólipos que crecen en la pared intestinal o rectal protruyen hacia el interior del intestino o del recto, y pueden ser no cancerosos (benignos), precancerosos (adenomatosos), o cancerosos (malignos).
Los pólipos varían considerablemente en tamaño; cuanto más grande es el pólipo, mayor es el riesgo de que sea canceroso o de que pueda convertirse en canceroso (es decir, de que sea precanceroso).
Los pólipos pueden crecer con o sin un tallo (una pieza delgada de tejido que une el pólipo a la pared intestinal, de modo similar a como el cuello une la cabeza al cuerpo).
Hay muchos tipos de pólipos, pero los médicos generalmente los dividen en
Pólipos adenomatosos
Pólipos no adenomatosos
Los pólipos adenomatosos, que constan principalmente de células ganglionares que recubren el interior del intestino grueso, tienen una alta probabilidad de ser precancerosos.
Los pólipos no adenomatosos pueden desarrollarse a partir de muchos tipos de células, incluidas las células no glandulares que recubren el intestino, los adipocitos y las células musculares. Algunos pólipos no adenomatosos son causados por otros trastornos; por ejemplo los pólipos inflamatorios que se desarrollan en personas con colitis ulcerosa crónica. La probabilidad de que los pólipos no adenomatosos sean precancerosos es mucho menor.
Enfermedades hereditarias que dan lugar a pólipos intestinales
Algunos pólipos son consecuencia de enfermedades hereditarias, como la poliposis adenomatosa familiar, el síndrome de poliposis MUTYH y el síndrome de Peutz-Jeghers.
En el síndrome de Peutz-Jeghers, la persona afectada presenta numerosos pólipos pequeños en el estómago, intestino delgado e intestino grueso. También tienen numerosos puntos de color azul negruzco en la cara, en el interior de la boca y en manos y pies. Los puntos tienden a desaparecer en la pubertad excepto los del interior de la boca.
Quienes padecen el síndrome de Peutz-Jeghers sufren un mayor riesgo de desarrollar cáncer en diversos órganos, sobre todo de páncreas, estómago, intestino delgado, colon, mama, pulmón, testículos, ovarios y útero.
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Síntomas de los pólipos colorrectales
La mayoría de los pólipos no causan síntomas. Cuando hay síntomas, el más frecuente es la hemorragia rectal.
Un pólipo de gran tamaño puede producir retortijones, dolor abdominal, obstrucción o intususcepción (invaginación intestinal en la que un segmento del intestino se desliza dentro de otro, como las partes de un tubo telescópico). Los pólipos grandes con vellosidades diminutas en forma de dedo (denominados adenomas vellosos) que sólo se pueden ver al microscopio pueden excretar agua y sales, lo que provoca una diarrea acuosa muy abundante que puede ocasionar un descenso de los niveles de potasio en sangre (hipopotasemia).
En ocasiones, un pólipo rectal con un tallo largo desciende y cuelga al exterior a través del ano.
Diagnóstico de los pólipos colorrectales
Para los pólipos, colonoscopia
Para el síndrome de Peutz-Jeghers, pruebas genéticas
El médico puede palpar los pólipos mediante la inserción de un dedo enguantado en el recto, pero generalmente, los pólipos se descubren cuando se realiza una colonoscopia para examinar el intestino grueso entero. Se trata de un examen completo y fiable que suele realizarse porque a menudo puede haber más de un pólipo presente y alguno puede ser canceroso.
Durante la colonoscopia se extirpan los pólipos observados y se evalúa la posibilidad de que sean cancerosos.
Control del síndrome de Peutz-Jeghers
Las personas con manchas negras azuladas en los labios o en la boca y/o con 2 o más pólipos en el tubo digestivo o antecedentes familiares del síndrome de Peutz-Jeghers deben someterse a un análisis de sangre para determinar si tienen las mutaciones genéticas que causan este trastorno.
Cuando a la persona ya se le ha diagnosticado el síndrome de Peutz-Jeghers, los médicos recomiendan que se someta a pruebas periódicas para detectar los diversos tipos de cáncer que pueden desarrollarse como consecuencia de este trastorno.
Tratamiento de los pólipos colorrectales
Extirpación durante la colonoscopia o, algunas veces, la cirugía
Los médicos suelen recomendar la extracción de todos los pólipos del intestino grueso y del recto, por la posibilidad de que puedan volverse cancerosos. Los médicos extirpan los pólipos durante un procedimiento de colonoscopia con el fórceps de biopsia o con un asa de alambre electrificado (pinza de agarre). Si el pólipo no se puede extirpar en la colonoscopia, puede ser necesaria cirugía abdominal.
Si un pólipo es canceroso, la necesidad de un tratamiento adicional depende de la probabilidad de que el cáncer se haya extendido. El riesgo de diseminación se establece mediante el examen microscópico del pólipo. Si el riesgo es bajo, no es necesario más tratamiento. Si el riesgo es alto, hay que extirpar quirúrgicamente el segmento afectado del intestino grueso y unir nuevamente los extremos por donde se ha cortado el intestino (véase también Tratamiento del cáncer colorrectal).
Cuando a una persona se le extirpa un pólipo, los médicos hacen una colonoscopia para examinar todo el intestino grueso y el recto. Se practican colonoscopias de seguimiento a diferentes intervalos de tiempo, dependiendo de factores tales como el número, tamaño y tipo de pólipos. Si la colonoscopia no se puede realizar, se puede llevar a cabo una radiografía con un enema de bario o una tomografía computarizada (TC) para visualizar el intestino grueso.
Prevención de los pólipos colorrectales
Para evitar la formación de nuevos pólipos en personas con pólipos o cáncer de colon, los médicos pueden administrarle aspirina y coxibs (inhibidores de la COX-2).