Blefaritis

PorRichard C. Allen, MD, PhD, University of Texas at Austin Dell Medical School
Revisado/Modificado feb 2024
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La blefaritis es la inflamación de los bordes de los párpados, posiblemente con aparición de escamas gruesas, costras, úlceras superficiales, enrojecimiento e hinchazón.

  • La inflamación está causada por ciertas infecciones, reacciones alérgicas y algunas enfermedades de la piel.

  • Los párpados se irritan, se enrojecen y se hinchan, pudiendo producir quemazón y prurito.

  • Por lo general, el diagnóstico se basa en los síntomas y el aspecto de los párpados.

  • Se trata el trastorno subyacente, ya sea con pomadas antibióticas o gotas, comprimidos de un antiviral, pomadas con corticoesteroides, lágrimas artificiales o ambas cosas.

Causas de la blefaritis

Los trastornos que pueden causar blefaritis son la infección por bacterias (con frecuencia estafilococos) en los párpados o en los conductos de las glándulas más profundas que desembocan en el borde de los párpados, ciertas infecciones víricas (por lo general por herpes simple) y reacciones alérgicas (al polen o algunas veces al maquillaje para los ojos y/o los colirios).

Algunas enfermedades de la piel, como la dermatitis seborreica, la rosácea y la dermatitis atópica (eczema) afectan a la cara, incluyendo los párpados, lo que produce inflamación y blefaritis.

Otra causa son las glándulas sebáceas inflamadas y bloqueadas en el borde de los párpados (lo que se conoce como disfunción de las glándulas de Meibomio), que puede ser causada por dermatitis seborreica o rosácea.

Los colirios y el maquillaje para los ojos pueden desencadenar reacciones alérgicas que causen blefaritis (llamada blefaritis alérgica por sensibilidad de contacto).

A veces la inflamación no tiene causa conocida.

Síntomas de la blefaritis

La blefaritis provoca la sensación de tener algo en el ojo. Puede notarse prurito y quemazón en los ojos, y los bordes de los párpados se enrojecen. El prurito es más frecuente cuando la blefaritis tiene una causa alérgica más que infecciosa. Los ojos lagrimean y se vuelven muy sensibles a la luz intensa.

En ciertos tipos de blefaritis, como los causados por infecciones bacterianas, los párpados se hinchan y es posible que algunas de las pestañas se vuelvan blancas o incluso se desprendan. Este tipo de blefaritis suele ser aguda. A veces se forman pequeños abscesos de pus (pústulas) en la base de las pestañas, que evolucionan hacia úlceras superficiales (blefaritis ulcerosa). Puede formarse una costra que queda firmemente adherida a los bordes del párpado; a veces, al quitar la costra, la superficie sangra. Durante el sueño, las secreciones se secan y hacen que los párpados se peguen entre sí, por lo que los síntomas pueden empeorar al despertar.

En ciertos tipos de blefaritis, como los causados por una obstrucción de las glándulas sebáceas (glándulas de Meibomio), las glándulas son obstruidas por depósitos duros y cerosos. Este tipo de blefaritis puede ser crónica. Las personas suelen tener dermatitis seborreica o rosácea, y les aparecen orzuelos o chalaziones (quistes en el párpado).

Algunas personas con blefaritis acaban padeciendo xeroftalmia (sequedad ocular).

La blefaritis, en la mayoría de sus formas, tiende a ser recurrente y muy resistente al tratamiento. La blefaritis es incómoda y poco atractiva, pero por lo general no lesiona la córnea y no produce pérdida de visión. En algunas ocasiones, la blefaritis ulcerosa provoca la caída de las pestañas, la cicatrización de los bordes de los párpados y, raras veces, incluso una inflamación que afecta a la córnea.

La blefaritis crónica también puede aparecer en personas con

  • Cáncer del párpado (especialmente si la blefaritis afecta solo un párpado y hay pérdida de pestañas)

  • Penfigoide de la membrana mucosa ocular (un trastorno autoinmunitario que cicatriza la conjuntiva [la membrana que recubre el párpado y cubre la parte blanca del ojo] y la córnea [la capa transparente situada delante del iris y la pupila])

  • Infestación por Demodex (ácaros microscópicos que viven en los folículos pilosos humanos)

Diagnóstico de la blefaritis

  • Síntomas y exploración médica

El diagnóstico de la blefaritis se basa en los síntomas y en el aspecto de los párpados. El médico puede usar una lámpara de hendidura para explorar los párpados con mayor detenimiento. Algunas veces se toma una muestra de pus del borde de los párpados y se cultiva para identificar la bacteria causante de la infección y su sensibilidad a los antibióticos que se utilizan de forma habitual.

Tratamiento de la blefaritis

  • Medidas complementarias (por ejemplo, compresas, limpieza del párpado)

  • Tratamiento de la causa

Ciertos tratamientos pueden ayudar a aliviar algunos síntomas, como la irritación. El uso de lágrimas artificiales durante el día y de pomadas lubricantes por la noche puede ser beneficioso. Los síntomas también pueden aliviarse con compresas húmedas, por lo general frías para la blefaritis alérgica o por sensibilidad de contacto, y calientes para las demás causas de blefaritis. En ocasiones, si estas medidas no son eficaces, se utiliza una pomada con corticoesteroides.

Se trata el trastorno causante de la blefaritis tan pronto como sea posible. Por ejemplo, si parece que determinado colirio provoca blefaritis alérgica por sensibilidad de contacto, se interrumpe su uso.

Para el tratamiento de la blefaritis ulcerosa causada por bacterias, el médico prescribe una pomada o unas gotas antibióticas, como bacitracina con polimixina B, gentamicina, eritromicina o sulfacetamida, o bien un antibiótico oral (como doxiciclina). Por lo general, no se utilizan corticoesteroides.

La blefaritis vírica se trata con comprimidos de un antiviral (como valaciclovir) que sea eficaz contra el herpes simple, que es la causa habitual.

Para la blefaritis causada por dermatitis seborreica, el tratamiento suele incluir mantener los párpados limpios frotando suavemente los bordes todos los días con un paño o un algodón empapado en una solución diluida de champú para bebé (2 o 3 gotas en media taza de agua tibia) o con toallitas y paños comerciales que contengan ingredientes como el aceite de árbol de té o el ácido hipocloroso. Cuando la causa es la dermatitis seborreica, también debe aplicarse un tratamiento en la cara y en el cuero cabelludo. A veces, pueden ser de ayuda los tapones lagrimales (inserción de un pequeño tapón que bloquea el punctum o conducto lagrimal y por lo tanto reduce el drenaje lagrimal).

En algunos casos, el médico puede prescribir un medicamento llamado ectoparasiticida, que mata los parásitos que viven en el cuerpo.

Para la disfunción de las glándulas de Meibomio, la aplicación de compresas calientes puede ayudar a activar las secreciones de estas glándulas sebáceas y aliviar la inflamación, con lo que se calman el prurito y el ardor. Masajear el párpado puede ayudar a liberar la grasa de las glándulas meibomianas, que contribuye al revestimiento ocular. También debe tratarse la rosácea que causa la disfunción de las glándulas de Meibomio.

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