Algodón, papel, guijarros, cuentas, semillas, nueces, insectos, pilas de botón y frijoles son solo algunos de los muchos objetos que los niños, las personas con discapacidad intelectual y las personas con trastornos mentales pueden ocasionalmente introducirse en la nariz. También pueden introducirse objetos similares en los oídos (véase Obstrucciones del oído).
Los objetos atascados en la nariz son motivo de especial preocupación porque pueden obstruir las vías respiratorias, causar infección y ser difíciles de extraer. Los niños a menudo tienen miedo de admitir que se introdujeron algún objeto en la nariz, y muchos padres se dan cuenta del problema solo cuando el niño presenta una hemorragia persistente, goteo nasal, secreción de olor desagradable o dificultad para respirar en una sola fosa nasal.
Los médicos basan el diagnóstico en la observación por parte de otra persona del elemento introducido en la nariz o en un examen usando un pequeño instrumento que penetra en el interior de las fosas nasales (espéculo nasal).
El médico usa un anestésico tópico e intenta extraer el objeto utilizando un espéculo y un fórceps. Si estas medidas no dan resultado, puede administrarse sedación o anestesia general a la persona afectada para extraer el objeto.