La enteritis necrosante por clostridios es una necrosis del yeyuno y el íleon causada por Clostridium perfringens. Los síntomas pueden variar desde diarrea leve hasta shock séptico y, a veces, muerte. El diagnóstico se realiza mediante la identificación de la toxina de C. perfringens tipo C en las heces. El tratamiento se basa en antibióticos y, en algunos casos, cirugía.
(Véase también Generalidades sobre las bacterias anaerobias y Generalidades sobre las infecciones por clostridios).
La enteritis clostridial necrosante es una infección por clostridios de leve a grave, que puede ser letal si no se trata rápidamente.
A veces C. perfringens tipo C causa enfermedad necrosis en el intestino delgado (sobre todo, el yeyuno). La enfermedad es causada principalmente por la toxina beta de los clostridios, que es muy sensible a las enzimas proteolíticas y se inactiva con la cocción normal. La necrosis es segmentaria y compromete parches pequeños o grandes con grados variables de hemorragia y gas intramural; la necrosis oscila desde lesión mucosa hasta necrosis y perforación de todo el espesor de la pared.
La enteritis necrosante por clostridios se produce principalmente en poblaciones con múltiples factores de riesgo, incluyendo los siguientes:
Privación de proteínas (que causa una síntesis insuficiente de enzimas proteasas)
Mala higiene alimentaria
Alimentación episódica con carne
Dietas básicas que contienen inhibidores de la tripsina (p. ej., patatas dulces)
Infestación por Ascaris (estos parásitos segregan un inhibidor de la tripsina)
Estos factores se detectan colectivamente en el interior de Nueva Guinea y partes de África, América Central y del Sur y en Asia. En Nueva Guinea, la enfermedad se denomina pigbel y suele diseminarse a través de carne de cerdo contaminada, otras carnes y, en ocasiones, cacahuates.
La gravedad varía desde una diarrea leve hasta una evolución fulminante con dolor abdominal intenso, vómitos, heces sanguinolentas, shock séptico y a veces la muerte en 24 horas.
El diagnósticode la enteritis necrosante por clostridios se basa en la presentación clínica más la presencia de toxina de C. perfringens tipo C en las heces.
El tratamiento de la enteritis necrosante por clostridios se realiza con antibióticos parenterales (penicilina G, metronidazol). Es probable que el 50% de los pacientes graves requieran cirugía debido a una perforación, una obstrucción intestinal persistente o a la falta de respuesta a los antibióticos. La vacuna experimental con toxoide y el antisuero que contiene antitoxina beta se han utilizado con éxito en áreas endémicas, pero no están a la venta.
Enterocolitis neutropénica (tiflitis)
Este síndrome similar, con riesgo de muerte, aparece en el ciego de pacientes neutropénicos (p. ej., con leucemia o que reciben quimioterapia debido a cáncer). Esta entidad puede asociarse con una sepsis secundaria a C. septicum.
Los síntomas de la enterocolitis neutropénica son fiebre, dolor abdominal, hemorragia digestiva y diarrea.
El diagnóstico de la enterocolitis neutropénica se basa en
Síntomas
Presencia de neutropenia grave
Resultados de TC abdominal, hemocultivos, coprovultivos y pruebas de toxinas
La enterocolitis neutropénica debe distinguirse de la diarrea inducida por Clostridioides (formerly, Clostridium) difficile, la enfermedad de injerto contra huésped y la colitis por citomegalovirus.
El tratamiento de la enterocolitis neutropénica consiste en antibióticos, pero puede ser necesaria cirugía.
Enterocolitis necrosante neonatal
La enterocolitis necrosante neonatal, que aparece en las unidades de cuidados intensivos neonatales, puede deberse a C. perfringens, C. butyricum, o C. difficile, aunque el papel de estos microorganismos debe evaluarse con más profundidad. La mayoría de los casos ocurre en recién nacidos prematuros que pesan menos de 1500 g.