Se pueden trasplantar muchos tipos diferentes de tejidos, como piel, hueso, cartílago, tejido suprarrenal, timo fetal, córneas y tejidos compuestos para reparar la cara o las extremidades.
(Véase también Generalidades sobre el trasplante y Trasplante de la córnea).
Trasplante compuesto (mano, miembro, cara)
Los trasplantes compuestos (aloinjertos vasculares compuestos) involucran múltiples tejidos, por lo general incluyendo piel y tejidos blandos y a veces estructuras musculoesqueléticas. En 2021, se realizaron solo 4 en los Estados Unidos. Muchos de estos procedimientos son ahora posibles gracias a los avances en la terapia inmunosupresora. Sin embargo, los procedimientos son éticamente controvertidos, ya que normalmente no extienden la vida, son muy caros y consumen muchos recursos, y potencialmente pueden causar morbilidad y mortalidad por infecciones.
Los primeros trasplantes compuestos exitosos fueron los trasplantes de mano. Desde entonces, tal vez hasta 10 estructuras diferentes han sido reemplazadas en unos 150 pacientes, con diferentes tasas de éxito funcionales.
El primer trasplante de mano se realizó en 1998. Desde entonces se han hecho trasplantes dobles de manos y miembros superiores. La recuperación de la función de la mano es muy variable; algunos destinatarios recuperan lo suficiente función y sensibilidad para hacer sus actividades diarias.
El primer trasplante de cara se hizo en 2005. Las cuestiones éticas sobre el trasplante de cara son aún más prominentes que aquellas sobre el trasplante de miembros debido a que el procedimiento quirúrgico es extremadamente exigente y la inmunosupresión necesaria coloca al receptor en un riesgo considerable de infecciones oportunistas.
La inmunosupresión postrasplante en general consiste en terapia de inducción (globulina antitimocito [ATG] o bloqueante del receptor de IL-2), seguida por triple inmunosupresión de mantenimiento con un corticosteroide, un fármaco antiproliferativo (p. ej., basiliximab), y un inhibidor de la calcineurina (véase tabla Inmunosupresores utilizados para tratar el rechazo del trasplante). A veces se utilizan cremas tópicas que contienen inhibidores de la calcineurina o corticosteroides.
Injertos de piel
Los injertos de piel pueden ser
Autoinjertos
Aloinjertos
Autoinjertos de piel
Los autoinjertos de piel utilizan piel entera propia del paciente como fuente.
Se suelen utilizar injertos de espesor parcial; para estos injertos, se reseca una fina capa de la epidermis y parte de la dermis y se aplica en el sitio receptor. Estos injertos se usan en forma típica para las quemaduras pero también se pueden emplear para acelerar la cicatrización de las heridas pequeñas. Debido a que una cantidad significativa de elementos dérmicos permanecen en el sitio donante, este finalmente cura y se puede volver a utilizar.
Los injertos de espesor total se componen de epidermis y dermis y proporcionan un mejor aspecto y función que los injertos de espesor parcial. Sin embargo, debido a que el sitio donante no cicatriza en forma primaria, debe ser una zona de piel laxa redundante (p. ej., la pared abdominal o torácica, a veces el cuero cabelludo) para que el sitio se puede cerrar con una sutura. Por lo tanto, el injerto de espesor total se suele reservar para las áreas cosméticamente sensibles (p. ej., la cara) o áreas que requieran una capa protectora de piel más gruesa (p. ej., las manos). Debido a que estos injertos de espesor total son más gruesos y más vascularizados, no tienen una tasa de supervivencia tan alta como la de los injertos de espesor parcial.
Las células de la piel del mismo paciente pueden cultivarse y colocarse en el paciente quemado para ayudar a cubrir quemaduras extensas. Alternativamente, también se puede usar piel artificial, compuesta de células cultivadas o un injerto de piel delgado de espesor parcial colocado sobre una capa basal de piel artificial.
Aloinjertos cutáneos
Los aloinjertos de piel utilizan piel de donante (normalmente de cadáveres). Los aloinjertos cutáneos se usan en pacientes con quemaduras extensas u otras enfermedades que causan una pérdida tan masiva de piel que el paciente no tiene suficiente piel no dañada para crear el injerto. Los aloinjertos se pueden usan para cubrir zonas amplias sin piel y así reducir las pérdidas de líquidos y proteínas e impedir las infecciones invasoras.
A diferencia de los trasplantes de órganos sólidos, los aloinjertos al final son rechazados, pero las áreas denudadas producen tejido de granulación bien vascularizado en el que los autoinjertos de áreas sanas de la propia piel del paciente prenden rápidamente.
Trasplante de cartílago
El trasplante de cartílago se usa en niños con defectos nasales o auriculares congénitos y en adultos con lesiones graves o destrucción articular (p. ej., artrosis grave). Los condrocitos son más resistentes al rechazo, posiblemente porque la escasa población de células del cartílago hialino está protegida del ataque celular por la matriz cartilaginosa que las rodea. Por lo tanto, no está indicada la inmunosupresión. No está claro el beneficio a largo plazo de varias formas de trasplante de cartílago para el tratamiento de la artrosis.
Trasplante óseo
El trasplante óseo se utiliza para reconstruir grandes defectos óseos (p. ej., tras una resección masiva de un cáncer óseo). Ninguna célula ósea viable del donante sobrevive en el receptor, pero la matriz muerta de los aloinjertos puede estimular a los osteoblastos del receptor a que vuelvan a colonizar la matriz y depositen hueso nuevo. Esta matriz actúa como andamiaje para formar puentes y estabilizar defectos hasta que se forme hueso nuevo.
Los aloinjertos de cadáver se conservan congelados para reducir la inmunogenicidad del hueso (que está muerto en el momento de la implantación) y mediante glicerolización para mantener la viabilidad de los condrocitos.
No se usa ningún tratamiento inmunodepresor después de la implantación. Aunque los pacientes presentan anticuerpos anti- HLA (human leukocyte antigen), el seguimiento temprano no detecta signos de degradación del cartílago.
Autoinjerto suprarrenal
Se ha publicado que el autoinjerto suprarrenal mediante la colocación estereotáctica de tejido de la médula suprarrenal fetal dentro del sistema nervioso central alivia los síntomas en los pacientes con enfermedad de Parkinson.
Se han propuesto aloinjertos de tejido suprarrenal, en especial de fetos. Se ha informado que el tejido de la médula suprarrenal fetal implantado con cirugía estereotáxica en el estriado de los pacientes con enfermedad de Parkinson reduce la rigidez y la bradicinesia. Sin embargo, dado el intenso debate ético y político existente sobre si es correcto usar tejido fetal humano, es improbable que se realice un estudio controlado suficientemente grande para evaluar la idoneidad del trasplante neutral fetal decuadamente el trasplante de tejido neural fetal.
Están en estudio los xenoinjertos de células endocrinamente activas procedentes de cerdos.
Implantes de timo
Los implantes de tejido tímico fetal obtenidos de niños nacidos muertos pueden restaurar la reactividad inmunitaria cuando se trasplanta en los niños con aplasia tímica y desarrollo anormal resultante del sistema linfático (síndrome de DiGeorge).
Como el receptor no tiene capacidad de respuesta inmunitaria, no es necesaria la inmunodepresión; sin embargo, puede aparecer una enfermedad injerto contra huésped grave.
Trasplantes uterinos
Se ha realizado trasplante uterino en un pequeño número de mujeres con infertilidad debido a factores uterinos (p. ej., ausencia o anomalías del útero). El procedimiento conlleva un riesgo significativo de morbilidad, incluida la necesidad de múltiples procedimientos y el riesgo asociado con la inmunosupresión postrasplante. El útero trasplantado se extrae cuando se completa la maternidad