Los calambres por calor son los calambres musculares espasmódicos dolorosos que generalmente ocurren en los músculos ejercitados en gran medida en los ambientes cálidos y húmedos.
El esfuerzo puede inducir calambres en un clima frío, pero estos no se relacionan con la temperatura y es probable que reflejen la falta de entrenamiento. Por el contrario, los calambres por calor pueden aparecer en personas bien entrenados que sudan de manera profusa y restituyen el agua perdida pero no la sal, lo que produce hiponatremia. Los calambres por calor son frecuentes en:
Trabajadores manuales (p. ej., personal de salas de máquinas, trabajadores del acero, mineros)
Reclutas militares
Atletas
Los calambres son súbitos y habitualmente se producen en los músculos de los miembros. Los calambres puede comenzar durante o después del ejercicio. El dolor intenso y el espasmo carpopedio pueden incapacitar las manos y los pies. La temperatura es normal y los demás hallazgos son poco importantes. Por lo general, el calambre dura de minutos a horas. El diagnóstico se realiza por anamnesis y evaluación clínica.
(Véase también Generalidades sobre las enfermedades por calor).
Tratamiento de los calambres por calor
Los calambres de calor pueden aliviarse de inmediato mediante un estiramiento pasivo firme del músculo afectado (p. ej., dorsiflexión del tobillo en un calambre de la pantorrilla). El paciente debe descansar en un ambiente fresco. Se deben reponer líquidos y electrolitos por vía oral (1 a 2 L de agua que contenga 10 g [2 cucharaditas de té rasas] de sal o cantidades suficientes de una bebida deportiva comercial) o, para un alivio más rápido o cuando no es posible la reposición oral, IV (1 a 2 L de solución fisiológica 0,9%). Un entrenamiento adecuado, la aclimatación y el tratamiento apropiado del equilibrio salino ayudan a prevenir los calambres por calor.