Pericardiocentesis

Pericardiocentesis

Excepto en emergencias (p. ej., taponamiento cardíaco), la pericardiocentesis, un procedimiento que puede complicarse con la muerte del paciente, debe realizarse bajo guía ecocardiográfica en una sala de cateterismo cardíaco con la supervisión de un cardiólogo o un cirujano torácico, siempre que sea posible. Debe contarse con acceso inmediato al equipo de reanimación. Se recomienda sedación intravenosa (p. ej., con 0,1 mg/kg de morfina o 25 a 50 mcg de fentanilo sumado a 3 a 5 mg de midazolam). El paciente debe permanecer en decúbito supino, con la cabeza elevada 30° respecto de la posición horizontal.

En condiciones asépticas, la piel y los tejidos subcutáneos se infiltran con lidocaína.

Luego debe ensamblarse una aguja de 75 mm y diámetro 16 con muesca corta a una válvula de 3 vías y una jeringa de 30 o 50 mL. El pericardio puede abordarse a través del ángulo xifocostal derecho o izquierdo o desde la punta del apéndice xifoides con la aguja en dirección interna, superior y cerca de la pared torácica. Luego se avanza la aguja mientras se aplica aspiración constante con la jeringa.

Puede emplearse la ecocardiografía para guiar la aguja mientras se inyecta solución fisiológica agitada a través de ella. La ecocardiografía se emplea cada vez más para identificar el sitio de punción óptimo y la trayectoria de la aguja.

Una vez en su sitio, la aguja debe fijarse cerca de la piel para evitar que avance más de lo necesario y que ingrese en el corazón o lesione un vaso coronario. La monitorización electrocardiográfica resulta fundamental para detectar las arritmias producidas cuando se contacta o se pincha el miocardio. Siempre debe controlarse la presión en la aurícula derecha y la presión de oclusión de la arteria pulmonar (presión capilar pulmonar de enclavamiento).

El líquido se extrae hasta que la presión intrapericárdica desciende por debajo de la presión en la aurícula derecha, en general hasta alcanzar niveles subatmosféricos. Si se requiere un drenaje continuo, puede introducirse un catéter de plástico a través de la aguja hasta ingresar en el pericardio, para luego retirar la aguja. El catéter puede retirarse cuando drena menos de 25-50 mL/24 horas (en general, 2-4 días).

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