El síndrome de dificultad respiratoria se debe a la deficiencia de agente tensioactivo en los pulmones de los recién nacidos, más frecuentemente en los que nacen con < 37 semanas de gestación. El riesgo aumenta con el grado de prematurez. Los signos y síntomas son respiraciones con quejido, uso de músculos accesorios y aleteo nasal que aparecen poco después del nacimiento. El diagnóstico es clínico; puede evaluarse el riesgo antes del nacimiento con pruebas de maduración pulmonar fetal. El tratamiento consiste en agente tensioactivo y medidas sintomáticas.
(Véase también Generalidades sobre los trastornos respiratorios perinatales.)
El proceso del nacimiento se acompaña de grandes cambios fisiológicos, que en ocasiones revelan alteraciones que no planteaban ningún problema durante la vida intrauterina. Por ese motivo, en todo parto debe haber una persona experta en reanimación neonatal. La edad gestacional y los parámetros de crecimiento ayudan a identificar el riesgo de patología neonatal.
Etiología del síndrome de dificultad respiratoria en recién nacidos
No hay producción de cantidades adecuadas de agente tensioactivo hasta etapas relativamente tardías de la gestación (34 a 36 semanas); por consiguiente, el riesgo de síndrome de dificultad respiratoria (SDR) aumenta cuando mayor es la prematurez. Otros riesgos incluyen embarazos múltiples, diabetes materna y ser hombre de etnia blanca.
El riesgo disminuye en caso de retraso del crecimiento fetal, preeclampsia o eclampsia, hipertensión materna, rotura prolongada de membranas y uso materno de corticoides.
Hay raros casos hereditarios, causados por mutaciones de los genes de la proteína del agente tensioactivo (SP-B y SP-C) y del transportador de la casete de unión a ATP A3 (ABCA3).
Fisiopatología del síndrome de dificultad respiratoria en recién nacidos
El agente tensioactivo pulmonar es una mezcla de fosfolípidos y lipoproteínas secretados por los neumonocitos tipo II (véase también Función pulmonar neonata). Disminuye la tensión superficial de la película de agua que reviste los alvéolos, lo que reduce su tendencia a colapsarse y el trabajo requerido para insuflarlos.
Con la deficiencia de agente tensioactivo, se necesita una mayor presión para abrir los alvéolos. Sin una presión suficiente en la vía aérea, los pulmones presentan atelectasia difusa, lo que desencadena inflamación y edema pulmonar. Como la sangre que atraviesa las porciones atelectásicas del pulmón no se oxigena (lo que genera una cortocircuito intrapulmonar derecha-izquierda), el recién nacido presenta hipoxemia. Hay disminución de la distensibilidad pulmonar, lo que aumenta el trabajo respiratorio. En los casos graves, el diafragma y los músculos intercostales se fatigan, y se produce retención de CO2 y acidosis respiratoria.
Complicaciones del síndrome de dificultad respiratoria
Las complicaciones del síndrome de dificultad respiratoria son la hemorragia intraventricular, la lesión de la sustancia blanca periventricular, el neumotórax a tensión, la displasia broncopulmonar, la sepsis y la muerte del recién nacido. Las complicaciones intracraneales se han vinculado a hipoxemia, hipercarbia, hipotensión, fluctuaciones de la tensión arterial e hipoperfusión cerebral (véase Hemorragia intracraneale).
Síntomas y signos del síndrome de dificultad respiratoria en recién nacidos
Los signos y síntomas del síndrome de dificultad respiratoria son respiraciones rápidas, trabajosas, con quejido, que aparecen inmediatamente o pocas horas después del parto, con retracciones supraesternal y subesternal y aleteo nasal. A medida que progresa la atelectasia y la insuficiencia respiratoria, empeoran los síntomas y aparece cianosis, letargo, respiración irregular y apnea, y por último puede ocurrir insuficiencia cardíaca si no se establece una expansión pulmonar, una ventilación y una oxigenación adecuadas.
Los recién nacidos que pesan < 1.000 g pueden tener pulmones tan rígidos que no pueden iniciar ni mantener la respiración en la sala de partos.
En la exploración el murmullo vesicular está disminuido y pueden auscultarse estertores.
Diagnóstico del síndrome de dificultad respiratoria en recién nacidos
Evaluación clínica
Gases en sangre arterial (hipoxemia e hipercapnia)
Radiografía de tórax
Sangre, líquido cefalorraquídeo y cultivos de aspirado traqueal
Se arriba al diagnóstico del síndrome de dificultad respiratoria por la presentación clínica, incluidos el reconocimiento de los factores de riesgo, los gases en sangre arterial que revelan hipoxemia e hipercapnia y la radiografía de tórax. Esta última muestra atelectasia difusa descrita clásicamente como con aspecto de vidrio esmerilado, con broncogramas aéreos visibles y baja expansión pulmonar; hay escasa correlación entre el aspecto y la gravedad clínica.
Los diagnósticos diferenciales son:
Aspiración
Por lo general, los recién nacidos requieren hemocultivos. Los cultivos de líquido cefalorraquídeo no se realizan rutinariamente después del nacimiento porque hay una baja incidencia de meningitis asociada con sepsis de inicio temprano, pero pueden indicarse en ciertos casos (p. ej., hemocultivos positivos para bacilos gramnegativos, preocupación por sepsis de inicio tardío) (1). Clínicamente, la neumonía por estreptococo grupo B es sumamente difícil de diferenciar del síndrome de dificultad respiratoria; por consiguiente, debe iniciarse antibioticoterapia hasta conocer el resultado de los cultivos.
Cribado
El síndrome de dificultad respiratoria puede preverse antes del nacimiento realizando pruebas de maduración pulmonar fetal, que se realizan en líquido amniótico obtenido por amniocentesis o recolectado de la vagina (en caso de rotura de membranas) y ayudan a determinar el momento óptimo del parto. Dichas pruebas están indicadas en caso de partos programados antes de las 39 semanas cuando los ruidos cardíacos fetales, las concentraciones de gonadotropina coriónica humana y las mediciones ecográficas no permiten confirmar la edad gestacional y en caso de partos no programados entre las semanas 34 y 36.
Los exámenes del líquido amniótico incluyen la
El cociente lecitina/esfingomielina
La prueba índice de estabilidad de la espuma (cuanto más agente tensioactivo haya en el líquido amniótico, mayor es la estabilidad de la espuma que se forma cuando el líquido se combina con etanol y se agita)
Cociente agente tensioactivo/albúmina
El riesgo de síndrome de dificultad respiratoria es bajo cuando el cociente lecitina/esfingomielina es > 2, hay fosfatidil glicerol, el índice de estabilidad de la espuma es ≥ 47 o el cociente agente tensioactivo/albúmina es > 55 mg/g.
Referencia del diagnóstico
1. Srinivasan L, Harris MC, Shah SS: Lumbar puncture in the neonate: Challenges in decision making and interpretation. Semin Perinatol 36(6):445–453, 2012. doi: 10.1053/j.semperi.2012.06.007
Tratamiento del síndrome de dificultad respiratoria en recién nacidos
Se indica surfactante intratraqueal
Oxígeno suplementario según sea necesario
Ventilación mecánica según sea necesario
El tratamiento específico del síndrome de dificultad respiratoria se realiza con agente tensioactivo intratraqueal. Este tratamiento exige intubación endotraqueal, que también puede ser necesaria para lograr ventilación y oxigenación adecuadas.
Hay una creciente evidencia que apoya el uso de técnicas de ventilación menos invasivas, como la presión positiva continua en la vía aérea nasal (CPAP), incluso en lactantes muy prematuros (1). Se ha demostrado que los lactantes con síndrome de dificultad respiratoria que reciben CPAP nasal y que necesitan una fracción inspirada de oxígeno (FiO2) creciente se benefician con la intubación breve para administrar surfactante seguido de extubación inmediata (1). La administración de surfactante intratraqueal a través de un catéter delgado es una técnica más reciente que también ha demostrado ser beneficiosa para reducir el riesgo de displasia broncopulmonar. Ambas técnicas muestran una tendencia a reducir los casos de displasia broncopulmonar pero no los días de ventilación mecánica (2, 3).
El agente tensioactivo acelera la recuperación y reduce el riesgo de neumotórax, enfisema intersticial, hemorragia intraventricular, displasia broncopulmonar y mortalidad neonatal intrahospitalaria y al año. Las opciones para el reemplazo de agente tensioactivo incluyen
Beractant
Poractant alfa
Calfactant
El beractant es un extracto lipídico de pulmón bovino suplementado con proteínas B y C, palmitato de colfoscerilo, ácido palmítico, y tripalmitina.
El poractant alfa es un extracto de pulmón picado derivado de porcino modificado que contiene fosfolípidos, lípidos neutros, ácidos grasos y proteínas B y C asociadas al agente tensioactivo.
El calfactant es un extracto de pulmón de ternero que contiene fosfolípidos, lípidos neutros, ácidos grasos y las proteínas B y C asociadas al agente tensioactivo.
La distensibilidad pulmonar puede mejorar rápidamente después del tratamiento. A veces, hay que disminuir con rapidez la presión inspiratoria pico del ventilador para reducir el riesgo de una fuga de aire pulmonar. Asimismo, puede ser necesario reducir otros parámetros del ventilador (p. ej., FiO2, frecuencia).
Referencias del tratamiento
1. Blennow M, Bohlin K: Surfactant and noninvasive ventilation. Neonatology 107(4):330–336, 2015. doi: 10.1159/000381122
2. Bohlin K, Gudmundsdottir T, Katz-Salamon M, et al: Implementation of surfactant treatment during continuous positive airway pressure. J Perinatol 27(7):422–427, 2007. doi: 10.1038/sj.jp.7211754
3. Aldana-Aguirre JC, Pinto M, Featherstone RM, Kumar M: Less invasive surfactant administration versus intubation for surfactant delivery in preterm infants with respiratory distress syndrome: A systematic review and meta-analysis. Arch Dis Child Fetal Neonatal Ed 102(1):F17–F23, 2017. doi: 10.1136/archdischild-2015-310299
Pronóstico del síndrome de dificultad respiratoria en recién nacidos
Con tratamiento, el pronóstico es excelente; la mortalidad es < 10%. Con apoyo ventilatorio adecuado solo, finalmente comienza la producción de agente tensioactivo y, una vez iniciada, el síndrome de dificultad respiratoria se resuelve en el término de 4 a 5 días. Sin embargo, entretanto la hipoxemia grave puede provocar insuficiencia multiorgánica y muerte.
La mayor prematurez se asocia con un mayor riesgo de enfermedad pulmonar crónica, displasia broncopulmonar o ambas.
Prevención del síndrome de dificultad respiratoria en recién nacidos
Cuando un feto debe tener un parto entre las 24 y las 34 semanas, la administración de betametasona o dexametasona a la madre antes del parto induce la producción de surfactante fetal y reduce el riesgo de síndrome de dificultad respiratoria o disminuye su gravedad. (Véase Trabajo de parto pretérmino.)
Los recién nacidos que completaron < 30 semanas de gestación, especialmente aquellos no expuestos a corticosteroides prenatales, tienen alto riesgo de desarrollar síndrome de dificultad respiratoria. Se ha demostrado que la administración profiláctica de agente tensioactivo intratraqueal a estos recién nacidos disminuye el riesgo de muerte neonatal y de ciertas formas de morbilidad pulmonar (p. ej., neumotórax).
Conceptos clave
El síndrome de dificultad respiratoria (SDR) se debe a la deficiencia de agente tensioactivo en los pulmones que generalmente ocurre sólo en los neonatos nacidos con < 37 semanas de gestación; la deficiencia es peor con la prematurez creciente.
En la deficiencia de agente tensioactivo, los alvéolos se cierran o no se abren, y los pulmones presentan atelectasia difusa, lo que desencadena inflamación y edema pulmonar.
Además de producir insuficiencia respiratoria, el síndrome de dificultad respiratoria aumenta el riesgo de la hemorragia intraventricular, el neumotórax a tensión, la displasia broncopulmonar, la sepsis y la muerte.
Diagnosticar clínicamente y con radiografía de tórax; excluir a la neumonía y los sepsis con cultivos apropiados.
Si se prevé un parto pretérmino, evaluar la madurez pulmonar analizando el líquido amniótico del cociente lecitina/esfingomielina, la estabilidad de la espuma o el cociente agente tensioactivo/albúmina.
Administrar a la madre varias dosis de un corticosteroide parenteral (betametasona, dexametasona) si el tiempo lo permite, y si ella debe dar a luz dentro de las 24 a las 34 semanas de gestación; los corticosteroides inducen la producción de agente tensioactivo fetal y reducen el riesgo o la gravedad del síndrome de dificultad respiratoria.
Se debe administrar soporte respiratorio según sea necesario y tratar con surfactante intratraqueal si el lactante requiere intubación inmediata o si el estado respiratorio empeora con la presión positiva nasal continua en la vía aérea.