El trastorno de ansiedad social es un temor persistente a situaciones embarazosas, ridículas o humillantes en contextos sociales. Por lo general, los niños afectados evitan situaciones que podrían provocar un examen social (p. ej., la escuela). El diagnóstico se realiza por criterios clínicos. El tratamiento consiste en terapia conductista; en casos graves, se indican inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS).
(Véase también Generalidades sobre los trastornos de ansiedad en niños y adolescentes y Fobia social).
Signos y síntomas
Los primeros síntomas del trastorno de ansiedad social en los adolescentes pueden ser preocupación excesiva antes de asistir a un evento social o preparación excesiva para una presentación en clase. Los primeros síntomas en los niños pueden ser las rabietas, el llanto, la congelación, el apego o el aislamiento en situaciones sociales. Pueden seguir las conductas de evitación (p. ej., negarse a ir a la escuela, no ir a fiestas, no comer delante de los demás). A menudo, las manifestaciones son somáticas (p. ej., "Me duele el estómago", "Tengo dolor de cabeza"). Algunos niños tienen antecedentes de muchas consultas y evaluaciones médicas en respuesta a los síntomas somáticos.
Los niños afectados tienen terror de ser humillados frente a sus compañeros por dar una respuesta incorrecta, decir algo inapropiado, pasar un mal momento o, incluso, vomitar. En algunos casos, el trastorno de ansiedad social surge de un incidente desafortunado y embarazoso. En los casos graves, los niños pueden negarse a hablar por teléfono o, incluso, a salir de su casa.
Diagnóstico
Evaluación psiquiátrica
Criterios clínicos del Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (DSM-5-TR)
Para diagnosticar un trastorno de ansiedad social, la ansiedad debe persistir durante ≥ 6 meses y estar constantemente presente en lugares similares (p. ej., los niños están preocupados por todas las presentaciones en clase en lugar de sólo los ocasionales o los de una clase específica). La ansiedad debe ocurrir en los contextos de pares y no sólo durante las interacciones con los adultos.
Tratamiento
Terapia conductista
En ocasiones, un ansiolítico
La terapia conductual es el pilar del tratamiento para el trastorno de ansiedad social. No debe permitirse que los niños falten a la escuela. La ausencia sólo sirve para que se vuelvan más renuentes a asistir a la escuela.
Si los niños y los adolescentes no están suficientemente motivados para participar en la terapia conductista o no responden de manera adecuada a ella, puede ser útil un ansiolítico, por ejemplo, un ISRS (véase tabla Fármacos para el tratamiento a largo plazo de la ansiedad y otros desórdenes). El tratamiento con un ISRS puede reducir la ansiedad lo suficiente para facilitar la participación de los niños en la terapia conductista.