El trastorno de conducta es un patrón de conducta recurrente o persistente que viola los derechos de otros o viola normas o reglas sociales apropiadas para la edad. El diagnóstico se realiza por criterios clínicos. El tratamiento de los trastornos concomitantes y la psicoterapia pueden ser útiles; sin embargo, muchos niños requieren supervisión considerable.
La prevalencia de cierto nivel de trastorno de conducta es de alrededor del 10%. Por lo general, comienza durante etapas tardías de la infancia o tempranas de la adolescencia, y el trastorno es mucho más frecuente en varones que en niñas.
Es probable que la etiología sea un interjuego complejo de factores genéticos y ambientales. Los padres de adolescentes con trastorno de conducta suelen tener antecedentes de abuso de sustancias y comportamientos antisociales, y con frecuencia se les ha diagnosticado trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), trastornos del estado de ánimo, esquizofrenia, trastorno de personalidad antisocial. Se ha informado que el tetrahidrocannabinol (THC) es un factor de riesgo para la violencia física, incluso cuando se incluyen en el análisis factores socioeconómicos y otros tipos de cosumo de sustancias (1). Sin embargo, el trastorno de conducta puede afectar a niños de familias sanas, de alto nivel funcional.
Referencia general
1. Dellazizzo K, Potvin S, Dou BY, et al: Association between the use of cannabis and physical violence in youths: A meta-analytical investigation. Am J Psychiatry 177(7):appi.ajp.2020.1, 2020. https://doi.org/10.1176/appi.ajp.2020.19101008
Síntomas y signos del trastorno de conducta
Los niños o los adolescentes con trastorno de conducta carecen de sensibilidad hacia los sentimientos y el bienestar de los demás y, en ocasiones, perciben erróneamente la conducta de otros como una amenaza. Pueden actuar de manera agresiva acosando o amenazando, blandiendo o usando un arma, cometiendo actos de crueldad física o forzando a alguien a mantener relaciones sexuales, y no tienen sentimientos de remordimiento o son muy leves. En ocasiones, su agresión y crueldad se dirige a los animales. Estos niños y adolescentes pueden destruir propiedades, mentir y robar. Tienen escasa tolerancia a la frustración, suelen ser temerarios y violan reglas y prohibiciones parentales (p. ej., huyendo del hogar, faltando con frecuencia a la escuela).
Los comportamientos aberrantes difieren entre los sexos: los varones tienden a pelear, robar y adoptar conductas vandálicas; es probable que las niñas mientan, huyan del hogar y se prostituyan. Probablemente, ambos sexos usan drogas ilícitas y tengan dificultades escolares. La ideación suicida es frecuente, y los intentos de suicidio deben tomarse en serio.
Diagnóstico del trastorno de conducta
Evaluación psiquiátrica
Criterios clínicos del Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, Fifth edition (DSM-5-TR)
El trastorno de conducta se diagnostica en niños y adolescentes que han demostrado ≥ 3 de los siguientes comportamientos en los 12 meses previos más por lo menos 1 en los 6 meses previos:
Agresión hacia personas y animales
Destrucción de la propiedad
Falsedad, mentiras o robos
Violaciones graves de las reglas parentales
Los síntomas o comportamientos deben ser lo suficientemente significativos para alterar el funcionamiento en las relaciones, la escuela o en el trabajo.
Tratamiento del trastorno de conducta
Fármacos para tratar trastornos concomitantes
Psicoterapia
En ocasiones, institucionalización en un centro residencial
El tratamiento de los trastornos concomitantes con fármacos y psicoterapia puede mejorar la autoestina y el autocontrol, y finalmente mejorar el control del trastorno de conducta. Los fármacos pueden ser estimulantes, estabilizadores del estado de ánimo y antipsicóticos atípicos, en especial, uso a corto plazo de risperidona.
La moralización y advertir sobre las consecuencias resultan ineficaces y deben evitarse. La psicoterapia individual, incluida terapia cognitiva y modificación de la conducta, puede ser útil. A menudo, los niños y adolescentes con alteraciones graves deben ser institucionalizados en centros residenciales, donde pueda manejarse apropiadamente su conducta, lo que los separa del entorno que puede contribuir a su conducta aberrante.
Pronóstico del trastorno de conducta
Por lo general, los comportamientos disruptivos desaparecen durante etapas tempranas de la adultez, pero persisten en alrededor de un tercio de los casos. Muchos de estos casos cumplen los criterios de trastorno de personalidad antisocial. El comienzo temprano se asocia con peor pronóstico.
Algunos niños y adolescentes presentan después trastornos del estado de ánimo o de ansiedad, trastornos con síntomas somáticos o relacionados, trastornos relacionados con sustancias o trastornos psicóticos de inicio adulto temprano. Los niños y adolescentes con trastorno de conducta tienden a tener tasas más altas de trastornos físicos o de otros trastornos psiquiátricos.
Conceptos clave
Los niños con desorden de conducta actúan repetidamente de forma agresiva, violando los derechos de los demás y/o las normas o reglas sociales; tienen pocos o ningún sentimiento de remordimiento.
Los comportamientos disruptivos continúan hasta la edad adulta en aproximadamente un tercio de los pacientes; muchos de estos casos cumplen los criterios para el trastorno de personalidad antisocial.