Las extrasístoles ventriculares (EV) son impulsos ventriculares aislados producidos por la reentrada del impulso dentro de los ventrículos o por un automatismo anormal de las células ventriculares. Estas extrasístoles son muy frecuentes tanto en pacientes sanos como con cardiopatías. Las extrasístoles ventriculares podrían ser asintomáticas o causar palpitaciones. El diagnóstico se basa en el ECG. Por lo general, no se requiere tratamiento.
(Véase también Generalidades sobre las arritmias).
Las extrasístoles ventriculares, también denominadas contracciones ventriculares prematuras (CVP), pueden manifestarse en forma errática o a intervalos predecibles (p. ej., cada tres latidos [trigeminismo] o 2 latidos [bigeminismo]). Estas extrasístoles podrían presentarse con mayor asiduidad tras la exposición a estimulantes (p. ej., ansiedad, estrés, alcohol, cafeína, fármacos simpaticomiméticos), hipoxia o trastornos electrolíticos.
Las personas que experimentan extrasístoles ventriculares podrían percibirlas como latidos perdidos o salteados, aunque en realidad no se percibe la extrasístole propiamente dicha sino el latido sinusal acentuado subsiguiente. Cuando las extrasístoles ventriculares son muy frecuentes, en particular cuando aparecen cada 2 latidos, podrían desarrollarse síntomas hemodinámicos leves porque la frecuencia sinusal está reducida a la mitad. Los soplos de eyección preexistentes podrían acentuarse debido al aumento del llenado cardíaco y a la mayor contractilidad posterior a la pausa compensadora.
Diagnóstico de las extrasístoles ventriculares
ECG
El diagnóstico de las extrasístoles ventriculares se basa en los hallazgos del ECG, que muestra un complejo QRS ancho sin onda P precedente y seguido en forma típica por una pausa compensadora completa.
© Springer Science+Business Media
Image courtesy of L. Brent Mitchell, MD.
Pronóstico de los latidas prematuras ventriculares
Las extrasístoles ventriculares no son significativas en los pacientes sin cardiopatías y no requieren tratamiento, salvo evitar los factores desencadenantes evidentes. Los betabloqueantes o la ablación se ofrecen solo si los síntomas son intolerables o si las extrasístoles ventriculares son muy frecuentes y, al inducir una asincronía interventricular, provocan insuficiencia cardíaca. Otros antiarrítmicos que suprimen las extrasístoles ventriculares aumentan el riesgo de desarrollar arritmias más graves.
Tratamiento de los latidos prematuros ventriculares
Beta-bloqueantes para los pacientes con insuficiencia cardíaca sintomática y después de un infarto de miocardio
En algunos casos, ablación
En los pacientes con cardiopatías estructurales (p. ej., estenosis aórtica), el tratamiento es controversial, incluso a pesar de la demostración de que las extrasístoles ventriculares frecuentes (> 10/min) se asocian con un aumento de la tasa de mortalidad, dado que ningún estudio demostró que la supresión farmacológica sea capaz de reducir la tasa de mortalidad.
En los pacientes que experimentaron infarto de miocardio, la tasa de mortalidad es más alta cuando reciben antiarrítmicos de clase I que placebo. Este hallazgo podría reflejar los efectos adversos de los antiarrítmicos. Sin embargo, los beta-bloqueantes (antiarrítmicos de clase II) logran efectos beneficiosos en pacientes con insuficiencia cardíaca sintomática o después de un infarto de miocardio. Si las extrasístoles ventriculares aumentan durante el ejercicio en un paciente con enfermedad coronaria, debe considerarse la realización de una angioplastia coronaria transluminal percutánea o una cirugía de revascularización miocárdica (con derivación de la arteria coronaria).
La ablación solo se ofrece si los síntomas son intolerables o si las extrasístoles ventriculares son muy frecuentes y, al inducir una asincronía interventricular, provocan insuficiencia cardíaca.