El carcinoma epidermoide es un tumor maligno de los queratinocitos epidémicos que invade la dermis; suele aparecer en las zonas expuestas al sol. La destrucción local puede ser extensa, y en estadios avanzados puede haber metástasis. El diagnóstico se realiza por biopsia. El tratamiento depende de las características del tumor y puede incluir curetaje y electrodesección, resección quirúrgica, criocirugía o, en ocasiones, radioterapia.
(Véase también Generalidades sobre el cáncer de piel).
El carcinoma epidermoide es el segundo tipo de cáncer cutáneo más frecuente, después del carcinoma basocelular, con > 1,8 millones de casos nuevos por año en los Estados Unidos (1). Puede desarrollarse en tejido normal, en una queratosis actínica preexistente, en un parche de leucoplasia oral, o en la cicatriz de una quemadura.
Las personas de piel clara son mucho más susceptibles al carcinoma epidermoide que las personas de piel oscura.
Referencia
1. The Skin Cancer Foundation: Skin Cancer Facts & Statistics: Nonmelanoma skin cancer. Accedido el 25 de septiembre de 2023.
Signos y síntomas del carcinoma epidermoide
La apariencia clínica es muy variable, pero las lesiones que no se curan en zonas expuestas a la radiación solar pueden ser sospechosas. El tumor puede comenzar como una pápula o una placa de color rojo, con una superficie descamada o costrosa y puede volverse nodular o hiperqueratósica, a veces con una superficie verrugosa. En algunos casos, la mayor parte del volumen de la lesión puede yacer por debajo de la piel circundante. Finalmente, el tumor se ulcera e invade el tejido subyacente.
Esta fotografía muestra un nódulo hiperqueratósico del color de la piel que aparece en un área expuesta al sol y es compatible con un carcinoma epidermoide cutáneo.
Foto cortesía de Thomas Habif, MD.
Esta placa eritematosa irregular en un miembro resultó ser un carcinoma escamocelular en la biopsia.
© Springer Science+Business Media
El aspecto del carcinoma de células escamosas es variable. Estas lesiones hiperpigmentadas y escamosas en el lóbulo de la oreja se diagnosticaron como carcinoma de células escamosas en la biopsia.
DR P. MARAZZI/SCIENCE PHOTO LIBRARY
Este carcinoma epidermoide en el labio está altamente queratinizado; no todos los carcinomas epidermoides del labio están tan altamente queratinizados.
Foto cortesía de Gregory L. Wells, MD.
Esta fotografía muestra un carcinoma epidermoide que se manifiesta como un gran área similar a una úlcera que, en sus últimas etapas, se diseminó a otras partes del cuerpo.
DR M.A. ANSARY/SCIENCE PHOTO LIBRARY
Esta fotografía muestra un carcinoma epidermoide que se manifiesta como un gran área similar a una úlcera que, en sus últimas etapas, se diseminó a otras partes del cuerpo.
DR M.A. ANSARY/SCIENCE PHOTO LIBRARY
Diagnóstico del carcinoma epidermoide
Biopsia
La biopsia es fundamental.
Diagnósticos diferenciales
El diagnóstico diferencial varía en función de la apariencia de la lesión.
Las úlceras que no cicatrizan deben diferenciarse del pioderma gangrenoso y las úlceras por estasis venosa.
Las lesiones nodulares e hiperqueratósicas deben diferenciarse de los queratoacantomas (probablemente carcinomas epidermoides) y de la verruga vulgar.
Las placas escamosas deben ser diferenciadas del carcinoma basocelular, la queratosis actínica, la verruga vulgar, la queratosis seborreica, la psoriasis y la dermatitis numular (dermatitis discoide).
Tratamiento del carcinoma epidermoide
Por lo general, se utilizan técnicas de destrucción local
El tratamiento del carcinoma espinocelular es similar al del carcinoma basocelular e incluye el curetaje y la electrodesecación, resección quirúrgica, criocirugía, quimioterapia tópica (imiquimod o 5-fluorouracilo) y terapia fotodinámica o, en ocasiones, radioterapia. El tratamiento y el seguimiento deben ser controlados en forma estrecha debido al mayor riesgo de metástasis en comparación con un carcinoma basocelular.
El carcinoma epidermoide en el labio o en otro pliegue mucoso debe ser extirpado; a veces, es difícil lograr la cura.
Las recidivas y los tumores grandes deben tratarse en forma agresiva con cirugía de Mohs bajo control microscópico, en la cual los bordes del tejido se resecan en forma progresiva hasta que las piezas están libres de tumor (lo que se confirma en el examen microscópico durante la cirugía) o por un abordaje en equipo con cirugía y radioterapia. Debido a que los tumores con invasión perineural son agresivos, se debe considerar la radioterapia después de la cirugía.
La enfermedad metastásica responde bien a la radioterapia cuando se detectan las metástasis y se las aísla. Las metástasis diseminadas no responden bien a los regímenes quimioterápicos. Para la enfermedad avanzada inoperable o la enfermedad metastásica, los inhibidores del receptor de muerte programada 1 (PD-1) (p. ej., cemiplimab, pembrolizumab) son ahora una opción.
Pronóstico del carcinoma epidermoide
En general, el pronóstico para las lesiones pequeñas extirpadas de un modo adecuado y temprano es excelente. Las metástasis regionales y distantes del carcinoma epidermoide en zonas expuestas al sol son infrecuentes pero ocurren, sobre todo en tumores poco diferenciados. Las características de los tumores más agresivos incluyen
Tamaño > 2 cm de diámetro
Profundidad de invasión > 2 mm
Invasión perineural
Ubicación cerca de la oreja o el borde bermellón
Aproximadamente un tercio de los cánceres linguales o de la mucosa hacen mestástasis antes de arribar al diagnóstico (véase Carcinoma epidermoide bucal).
La enfermedad en etapa tardía, que puede requerir una cirugía extensa, tiene muchas más probabilidades de producir metástasis. Se extiende inicialmente a nivel regional hacia la piel circundante y los ganglios linfáticos y, finalmente, a los órganos cercanos. Los tumores que aparecen cerca de las orejas, el borde de los labios, en las cicatrices, o que tienen invasión perineural, tienen más probabilidades de producir mestástasis. La tasa de supervivencia global a 5 años para la enfermedad metastásica es del 34% cualquiera sea el tratamiento.
Prevención del carcinoma epidermoide
Debido a que el carcinoma epidermoide se asocia con la exposición a los rayos ultravioleta (UV), se recomienda una serie de medidas para limitar la exposición.
Evitar la exposición al sol: buscar las zonas de sombra, minimizar las actividades al aire libre entre las 10 am y las 4 pm (cuando los rayos del sol son más fuertes), evitar tomar sol y el uso de camas solares
Uso de ropas protectoras: camisas de manga larga, pantalones largos y sombreros de ala ancha
Uso de pantalla solar: al menos factor de protección solar (FPS) 30 con protección UVA/UVB de amplio espectro, usado según las instrucciones (es decir, reaplicar cada 2 horas y luego del baño o de sudar en forma profusa); no debe utilizarse para prolongar la exposición al sol
Conceptos clave
El carcinoma epidermoide, debido a su alta frecuencia de aparición y aspecto muy variable, se debe considerar en cualquier lesión que no sana en una zona expuesta al sol.
Las metástasis son poco comunes, pero son más probables en los cánceres que involucran la lengua o las mucosas; que ocurren cerca de las orejas, el borde de los labios, o en cicatrices; o que tienen invasión perineural.
El tratamiento suele ser con métodos localmente destructivos, a veces también con radioterapia (p. ej., para los tumores que son grandes, recurrentes, o que tienen invasión perineural).
Los inhibidores de la PD-1, como cemiplimab y pembrolizumab, pueden ser útiles en pacientes con enfermedad avanzada o metastásica.