Un recién nacido postérmino es un bebé que nace a las 42 o más semanas de gestación.
Cerca del final de un embarazo a término, la funcionalidad de la placenta disminuye, proporcionando menos nutrientes y oxígeno al feto.
La baja concentración de azúcar (glucosa) en sangre es un problema específico de los recién nacidos postérmino.
Los recién nacidos postérmino tienen la piel seca, descamada y flácida, y puede parecer anormalmente fina por no haber recibido la nutrición necesaria al final del embarazo.
El diagnóstico se basa en el aspecto del recién nacido y en la edad gestacional estimada.
El tratamiento se centra habitualmente en proporcionar una buena nutrición y cuidados generales.
Algunos recién nacidos postérmino no respiran al nacer y necesitan ser reanimados.
(Véase también Introducción a los problemas generales de los recién nacidos.)
La edad gestacional se refiere al número de semanas de embarazo. La edad gestacional se determina mediante el recuento del número de semanas que han transcurrido entre el primer día del último período menstrual de la madre y el día del parto. Este marco temporal se ajusta a menudo de acuerdo con otra información que los médicos reciban, como los resultados de las primeras ecografías, que brindan información adicional con respecto a la edad gestacional. Se estima que el bebé está preparado para nacer (fecha probable del parto) a las 40 semanas de gestación.
Los recién nacidos se clasifican según su edad gestacional como
Prematuros: el parto se produce antes de las 37 semanas de gestación
A término: el parto se produce entre la semana 37 y antes de la 42 de gestación
Postérmino: nacido a las 42 semanas o más de gestación
El parto postérmino es mucho menos frecuente que el parto prematuro (pretérmino). Generalmente, se desconoce la causa por la que un embarazo se alarga más allá del término. Las mujeres embarazadas que han tenido un parto postérmino presentan un riesgo mayor de tener otro.
Cerca del final de un embarazo a término, el nivel de líquido amniótico disminuye y la placenta (el órgano que proporciona alimento al feto) se vuelve más pequeña y menos eficaz para proporcionar oxígeno y nutrientes. Como mecanismo de compensación, el feto comienza a utilizar sus propias grasas y carbohidratos (azúcares) para proporcionar energía. El resultado es que el índice de crecimiento disminuye y el feto incluso pierde peso.
Complicaciones durante y después del parto
Si la placenta se reduce demasiado puede que no proporcione al feto la cantidad de oxígeno suficiente, especialmente durante el parto (véase Asfixia del nacimiento). La falta de oxígeno puede dar lugar a sufrimiento fetal (signos de que el feto no está bien) y, en casos extremos, puede provocar lesiones en el cerebro y otros órganos.
El sufrimiento fetal puede provocar que el feto excrete meconio (las heces del feto) en el líquido amniótico. El feto puede, de manera refleja, hacer respiraciones profundas y entrecortadas y, con ellas, aspirar hacia el interior de los pulmones, antes del parto, líquido amniótico que contiene meconio. Como resultado, el recién nacido tendrá dificultades respiratorias después del parto (síndrome de aspiración de meconio).
Si el embarazo continúa mucho más allá de la fecha prevista del parto, el feto puede morir.
Después del parto, los recién nacidos postérmino son propensos a desarrollar concentraciones bajas de azúcar (glucosa) en sangre (hipoglucemia) porque han agotado sus reservas de grasa y carbohidratos o porque tienen un alto nivel de insulina. Si el feto ha estado expuesto a altos niveles de glucosa porque la diabetes de la madre estuvo mal controlada durante el embarazo, el feto suele tener un alto nivel de insulina. En el momento del parto, el suministro placentario de glucosa se interrumpe bruscamente y la elevada concentración de insulina puede reducir rápidamente la concentración de azúcar en la sangre del bebé, lo que produce hipoglucemia.
Síntomas de recién nacidos posmaduros
Los recién nacidos postérmino a menudo tienen la piel seca, descamada y flácida y puede parecer anormalmente fina (demacrada), especialmente si la función de la placenta se redujo de manera significativa. Las uñas de las manos y de los pies son largas. Si en el líquido amniótico hay presencia de meconio, el cordón umbilical, la piel y las uñas presentan un color verdoso.
Diagnóstico del recién nacido postérmino
Aspecto del recién nacido
Edad gestacional
El diagnóstico de recién nacido postérmino se basa en el aspecto del bebé después del nacimiento y en la edad gestacional calculada.
Tratamiento del recién nacido postérmino
Tratamiento de las complicaciones
Si un embarazo se prolonga más allá del término, la inducción del parto puede reducir el riesgo de muerte del recién nacido, reducir la necesidad de parto por cesárea y reducir la posibilidad de que el bebé presente el síndrome de aspiración de meconio. Los recién nacidos postérmino con bajos niveles de oxígeno y sufrimiento fetal pueden necesitar un parto urgente por cesárea y ser revividos (resucitados) al nacer.
Si el bebé respiró meconio en los pulmones o tiene dificultades para respirar a causa de otro problema, los médicos pueden administrar una inyección de tensioactivo (un material que recubre el interior de los alvéolos y facilita la respiración). Es posible que se necesite una máquina que ayuda a introducir y extraer el aire de los pulmones (ventilador mecánico) y oxígeno para facilitar la respiración.
Se le dan soluciones de azúcar (glucosa) por vía intravenosa, o tomas frecuentes de leche materna o de fórmula para evitar la hipoglucemia.
Si no ocurren complicaciones, el objetivo principal es proporcionar una buena nutrición para que los recién nacidos postérmino puedan alcanzar el peso idóneo para ellos.