La fiebre por vapores metálicos por lo general está causada por la exposición profesional a vapores que contienen metal y que se producen durante la soldadura y procesos relacionados. La fiebre por vapores de polímeros está causada por la exposición a productos poliméricos fluorados específicos, como el politetrafluoroetileno (PTFE, conocido como Teflon®).
La fiebre por vapores metálicos suele ser consecuencia de la inhalación de vapores de cinc.
La fiebre por vapores metálicos y la fiebre por vapores de polímeros causan síntomas similares, como fiebre, escalofríos, fatiga, dolores musculares y articulares y dolor de cabeza.
Los médicos diagnostican ambos trastornos basándose en la exposición a los vapores de productos metálicos o poliméricos y los síntomas característicos.
Por lo general, se utilizan medidas para aliviar los síntomas (como medicamentos para reducir la fiebre), pero si la persona tiene dificultad para respirar, puede ser necesaria la ventilación mecánica.
En la década de 1970, la fiebre por vapores metálicos era bastante común entre los soldadores. Casi un tercio de los soldadores de 20 a 59 años tuvieron al menos un episodio durante su carrera. Como las normas de seguridad han mejorado, la fiebre por vapores metálicos es menos frecuente en la actualidad. Cada año se producen alrededor de 1500 a 2500 casos en Estados Unidos. La fiebre por vapores metálicos también puede ocurrir en soldadores fuera del lugar de trabajo, como por ejemplo los artistas o los aficionados a la soldadura. La fiebre por vapores metálicos suele implicar la inhalación de cinc.
La fiebre por vapores de polímeros provoca síntomas similares a los de la fiebre por vapores metálicos, pero está causada por la exposición al vapor producido cuando el politetrafluoroetileno (Teflon®) se calienta a altas temperaturas. En las cocinas domésticas, la exposición al humo de PTFE debido al sobrecalentamiento de los utensilios de cocina de Teflon® ha dado lugar a fiebre por vapores de polimero en las personas y muerte para los pájaros domésticos. Dado que la seguridad en el lugar de trabajo en Estados Unidos ha mejorado, la fiebre por los vapores de polímeros en el lugar de trabajo es menos frecuente en la actualidad.
Síntomas
La fiebre por vapores metálicos por lo general causa síntomas similares a los de la gripe (como fiebre, escalofríos, fatiga, dolores musculares y articulares y dolor de cabeza). Otros síntomas pueden incluir tos seca, dolor torácico al inhalar o exhalar, dificultad respiratoria, dolor de garganta, calambres musculares y sensaciones anómalas del gusto. El dolor abdominal, las náuseas y los vómitos son menos frecuentes.
Los síntomas aparecen de 4 a 10 horas después de la exposición. Los síntomas pueden aparecer después de que el trabajador haya completado un turno, haciendo más difícil identificar la conexión entre los síntomas y la exposición en el lugar de trabajo.
Cuando los trabajadores están expuestos de nuevo a los vapores durante la semana laboral, sus síntomas pueden ser más leves y disminuir a lo largo de la semana laboral. Sin embargo, los síntomas se vuelven más graves después del fin de semana. Es por eso que a veces se llama fiebre del lunes por la mañana.
La fiebre grave por vapores metálicos es poco frecuente y se asemeja al síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA). Las personas con fiebre por vapores metálicos grave presentan fiebre y dificultad para respirar. Respiran rápidamente, presentan sibilancias y emiten sonidos crepitantes al respirar. La concentración de oxígeno en la sangre es baja.
Los síntomas de la fiebre por vapores de polímeros son los mismos que los de la fiebre por vapores metálicos. Sin embargo, los síntomas de la fiebre por vapores de polímeros no disminuyen cuando la exposición se repite durante la semana laboral.
Diagnóstico
Evaluación médica
Radiografía de tórax
Para diagnosticar la fiebre por vapores metálicos, el médico formula preguntas sobre la posible exposición y realiza una exploración clínica que incluye la escucha de los pulmones con un estetoscopio. La fiebre por vapores metálicos se diagnostica cuando los trabajadores u otras personas que han estado expuestas a los vapores de cinc presentan los síntomas característicos.
Se realizan radiografías de tórax. Por lo general son normales en personas con fiebre por vapores metálicos, pero se utilizan para detectar otras posibles causas de los síntomas, como la neumonía. A veces se realiza una tomografía computarizada (TC) de tórax.
Las pruebas de funcionalidad pulmonar pueden hacerse más tarde.
Los médicos diagnostican la fiebre por vapores de polímeros basándose en la posible exposición a PTFE caliente o a utensilios de cocina de Teflon® sobrecalentados, seguida de los síntomas característicos.
La concentración de cinc ambiental y otros vapores metálicos o productos poliméricos se mide en diferentes lugares del lugar de trabajo para determinar el grado de exposición.
Pronóstico
La fiebre por vapores metálicos suele desaparecer por sí sola de 12 a 48 horas después de la última exposición al cinc u otros vapores metálicos. Sin embargo, los síntomas pueden reaparecer si se repite la exposición.
La exposición repetida a vapores metálicos puede dar lugar a enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), asma laboral o fibrosis pulmonar.
El pronóstico para las personas con fiebre por vapores de polímeros es similar al de las personas con fiebre por vapores metálicos.
Tratamiento
Medidas para aliviar los síntomas, incluyendo medicamentos para reducir la fiebre
Ventilación mecánica cuando sea necesaria.
El tratamiento de la fiebre por vapores metálicos y la fiebre por vapores poliméricos se centra en aliviar los síntomas. Puede incluir medicamentos para reducir la fiebre, como fármacos antiinflamatorios no esteroideos (AINE).
Los casos graves que se asemejan al síndrome de dificultad respiratoria aguda pueden requerir tratamiento con medicamentos para reducir la fiebre y otros síntomas y, a veces, medidas para ayudar a respirar (como la ventilación mecánica), durante días o semanas.
Las personas con fiebre por vapores de metales o de polímeros suelen ser remitidas al servicio de emergencias, pero la mayoría pueden recibir el alta hospitalaria. Los corticoesteroides pueden administrarse por vía oral o por vía intravenosa.
A los trabajadores con fiebre por vapores metálicos se les debe advertir que reduzcan su exposición a los vapores de cinc mediante el uso de equipos de protección personal (EPP). Si el equipo de protección personal (EPP) no controla adecuadamente la exposición o si varios trabajadores se ven afectados, se contacta con el empleador para que aplique otras medidas para reducir la exposición.