El pioderma gangrenoso es un trastorno cutáneo inflamatorio crónico de causa desconocida que produce grandes llagas en la piel.
(Véase también Introducción a la hipersensibilidad y a los trastornos cutáneos reactivos.)
La causa es desconocida, pero este trastorno puede aparecer después de una lesión o en personas con ciertos trastornos.
Este trastorno comienza en forma de pequeñas protuberancias o ampollas que se convierten en llagas abiertas.
El diagnóstico suele basarse en el aspecto de las llagas.
El tratamiento incluye apósitos, cremas y medicamentos.
La causa del pioderma gangrenoso es desconocida, pero las personas con pioderma gangrenoso tienden a sufrir ciertos trastornos subyacentes, como enfermedad inflamatoria intestinal, artritis reumatoide, cánceres y trastornos de la sangre.
En el pioderma gangrenoso, el sistema inmunitario parece estar reaccionando a la propia piel. A diferencia de muchas afecciones inflamatorias de la piel que están causadas por linfocitos (un tipo de glóbulo blanco), anticuerpos (proteínas) o por ambas sustancias, el pioderma gangrenoso implica el funcionamiento anormal de otro tipo de glóbulo blanco denominado neutrófilo (véase Introducción al sistema inmunitario).
Puede desarrollarse pioderma gangrenoso en áreas de la piel que hayan sufrido una lesión o una operación recientes. Por lo tanto, las zonas afectadas por el pioderma gangrenoso a menudo suelen empeorar si se les realiza una biopsia (extracción de una muestra de piel para su análisis) o una limpieza quirúrgica (se elimina el tejido muerto para limpiar la zona afectada).
El pioderma gangrenoso afecta por lo general a personas mayores de 55 años de edad.
Síntomas de pioderma gangrenoso
Muy a menudo, el pioderma gangrenoso comienza como una protuberancia roja, que puede parecerse a un grano o una picadura de insecto. Con menor frecuencia, comienza como una ampolla. La protuberancia o ampolla se convierte entonces en una llaga abierta y dolorosa (úlcera) que se expande con rapidez. Las llagas tienen un borde elevado, de color oscuro o púrpura. Las úlceras pueden juntarse para formar úlceras más grandes. Suelen quedar cicatrices después de que las úlceras se curen.
Las personas afectadas suelen tener fiebre y malestar general.
El pioderma gangrenoso también puede desarrollarse en otras zonas, como por ejemplo en la pared abdominal que rodea una abertura de colostomía o ileostomía en personas con enfermedad intestinal inflamatoria, o en los genitales o las nalgas. En algunas personas con pioderma gangrenoso pueden verse afectadas zonas que no sean la piel, tales como los huesos, los pulmones, el corazón, el hígado o los músculos.
Diagnóstico de pioderma gangrenoso
Evaluación médica
Los médicos diagnostican pioderma gangrenoso según la apariencia de las llagas y tras descartar otras enfermedades que causan la formación de úlceras en la piel. El diagnóstico de pioderma gangrenoso se recomienda si las llagas empeoran después de un traumatismo menor o de un procedimiento quirúrgico (como una biopsia de piel).
Puede ser necesario extraer una muestra de piel y examinarla bajo el microscopio (lo que se denomina biopsia cutánea), a pesar de que este procedimiento pueda empeorar el problema de forma temporal.
Tratamiento del pioderma gangrenoso
Apósitos
Corticoesteroides o tacrolimús aplicados a la piel
En algunas ocasiones, fármacos que inhiban el sistema inmunitario
Se aplican apósitos que protejan la piel de la sequedad para ayudar a curar las llagas.
Pueden aplicarse potentes cremas corticosteroides o tacrolimús directamente sobre las llagas, si son de reciente aparición y no son profundas. Se administra prednisona por vía oral a las personas gravemente afectadas por la enfermedad.
Los medicamentos que suprimen el sistema inmunitario, como el infliximab, el adalimumab y el etanercept, son útiles, en especial en personas que sufran enfermedad inflamatoria intestinal.
La ciclosporina puede ser muy eficaz, sobre todo en personas cuya enfermedad progrese rápidamente. La dapsona, la azatioprina, la ciclofosfamida, el metotrexato, la clofazimina, la talidomida, el micofenolato de mofetilo y la minociclina son otras opciones de tratamiento.
No suelen realizarse tratamientos quirúrgicos, ya que pueden empeorar las llagas.