El estridor es un sonido semejante a un jadeo durante la inspiración como resultado de una obstrucción parcial de la garganta (faringe), del órgano de fonación (laringe) o de la tráquea.
El estridor suele ser lo bastante intenso como para ser oído a cierta distancia. El sonido es provocado por el paso de aire de forma turbulenta a través de una vía respiratoria superior estrechada.
En los niños, la causa puede ser
Inhalación de un cuerpo extraño
Infección de la epiglotis (poco frecuente)
En los adultos, la causa puede ser
Un tumor
Un absceso
Hinchazón (edema) en las vías respiratorias superiores
Inhalación de un objeto extraño (en algunos casos)
El estridor que provoca dificultad respiratoria en reposo es una urgencia médica.
Los tumores de la cabeza y el cuello, como cáncer de laringe pueden causar estridor si obstruyen parcialmente la vía aérea superior.
Cuando ambas cuerdas vocales están paralizadas, el espacio entre ellas es muy pequeño y la vía respiratoria no es suficiente, por lo que incluso un ejercicio moderado causa ahogo y un sonido agudo y estridente (estridor) en cada respiración.
Se pueden producir episodios breves de estridor cuando una persona inhala una partícula de comida o algo de agua hasta los pulmones, causando la contracción de la laringe. Si la causa probable es un objeto extraño inhalado y el sujeto no se encuentra en un hospital, una persona con entrenamiento a veces puede ayudar a expulsar el cuerpo extraño. Por ejemplo, en los adultos, la otra persona puede utilizar la maniobra de Heimlich.
Si la persona tiene estridor y se encuentra en un hospital o en urgencias, puede ser necesario introducir un tubo por la boca o la nariz (intubación traqueal) o mediante una pequeña incisión directamente en la tráquea (traqueostomía) para permitir el paso de aire superando la obstrucción y evitar la asfixia.
Generalmente, la causa se hace evidente durante la intubación traqueal, cuando el médico observa directamente las vías respiratorias altas. En caso de que no se realice una intubación traqueal, el diagnóstico suele determinarse mediante la introducción de un tubo flexible de visualización a través de la nariz y las vías respiratorias altas (una técnica denominada laringoscopia nasofaríngea).