La intubación del tubo digestivo consiste en introducir una pequeña cánula de plástico flexible por la nariz o la boca y pasarla hasta el estómago (sonda nasogástrica) o el intestino delgado (intubación nasoentérica).
La intubación puede utilizarse para fines de diagnóstico o tratamiento. La intubación habitualmente produce arcadas o náuseas, de modo que se puede aplicar un pulverizador anestésico en la nariz y en la parte posterior de la garganta. El tamaño de la sonda varía en función del propósito de la intubación.
La intubación nasogástrica puede utilizarse para obtener una muestra de líquido gástrico. La sonda por la nariz en vez de hacerlo por la boca, principalmente porque puede guiarse más fácilmente hacia el esófago (el tubo hueco que va desde la garganta hasta el estómago). Además, el paso de la sonda por la nariz es menos irritante y es menos probable que desencadene tos. El médico puede detectar si hay sangre en el estómago o puede analizar las secreciones gástricas para medir la acidez, las enzimas u otras características.
La intubación nasogástrica también se utiliza como tratamiento de ciertos trastornos. Por ejemplo, se pueden extraer venenos o neutralizarlos con carbón activado, o se puede administrar alimento líquido a personas que no pueden tragar.
A veces se procede a la intubación nasogástrica para aspirar de forma continua el contenido del estómago. La sonda se conecta a un aspirador que absorbe el gas y los líquidos del estómago. Esto ayuda a aliviar la presión cuando el aparato digestivo está bloqueado o no funciona correctamente. Este tipo de sonda a menudo se utiliza después de una intervención quirúrgica abdominal hasta que el aparato digestivo recupera su funcionalidad normal.
En la intubación nasoentérica se introduce una sonda más larga por la nariz y se hace pasar a través del estómago hasta alcanzar el intestino delgado. Este procedimiento se puede utilizar para la obtención de muestras del contenido intestinal, la extracción continua de líquidos o el suministro de alimentos (alimentación por sonda).
Las complicaciones derivadas de la intubación nasogástrica son relativamente poco frecuentes y consisten en lesiones en la nariz, la garganta o el tubo digestivo. Con muy poca frecuencia produce perforaciones.