Las fracturas por estrés son fracturas pequeñas incompletas que suelen involucrar las diáfisis metatarsianas. Son producidas por estrés repetitivo con soporte de peso.
Las fracturas por estrés no se deben a una lesión definida (p. ej., caída, golpe), sino que se producen después de un estrés repetido y por uso excesivo que excede la capacidad de los músculos para absorber el estrés. Las fracturas por estrés pueden involucrar el fémur, la pelvis o un miembro inferior. Alrededor del 50% comprometen las piernas y, en particular, las diáfisis metatarsianas de los dedos. Las fracturas proximales por estrés sugieren la presencia de una enfermedad ósea metabólica como osteoporosis.
Las fracturas metatarsianas por estrés (fracturas de la marcha) suelen ocurrir en:
Corredores que cambian súbitamente la intensidad o el tiempo del entrenamiento
Personas con mal estado físico que caminan largas distancias cargando peso (p. ej., reclutas militares recién incorporados)
La mayoría de las veces se producen en el segundo metatarsiano. Otros factores de riesgo incluyen los siguientes:
Pie cavo (arco alto)
Zapatos con características inadecuadas de absorción de choques
Osteoporosis
Las fracturas por estrés también pueden ser un signo de la tríada de la atleta (amenorrea, trastorno de la alimentación y osteoporosis).
Signos y síntomas de las fracturas por estrés
El dolor en el antepié que se produce después de una carrera prolongada o intensa y que desaparece poco después de interrumpir el ejercicio es la manifestación inicial típica. Con el ejercicio posterior, el inicio del dolor es cada vez más temprano y puede hacerse tan intenso que impida el ejercicio y persista incluso cuando el paciente no soporta peso. Los signos pueden incluir evidencia de inflamación aguda o solo reproducción del dolor cuando se ejerce presión sobre la región o se comprime el pie.
Los pacientes que tienen dolor persistente en la ingle profunda o el muslo con soporte de peso deben ser evaluados para una fractura de estrés del fémur proximal. Los pacientes con tales fracturas deben ser derivados a un especialista.
Diagnóstico de las fracturas por estrés
Radiografía o gammagrafía ósea
Se recomienda la realización de una radiografía estándar, pero puede ser norma hasta que se forme un callo de 2 a 3 semnas después de la lesión. La gammagrafía ósea con difosfonato de tecnecio o la RM pueden ser necesarias para el diagnóstico temprano. Las mujeres con fracturas por estrés del fémur proximal o la pelvis pueden tener una osteopenia no diagnosticada y pueden requerir pruebas adicionales (p. ej., absorciometría de rayos X de doble energía.)
Tratamiento de las fracturas por estrés
Restricción de la actividad con carga de peso
El tratamiento incluye la reducción de la carga de peso, por ejemplo, en el pie afectado con la utilización inicial de muletas. Aunque a veces se usa yeso, se prefiere el uso de un zapato de madera o bota de apoyo disponibles comercialmente para evitar atrofia muscular. La cicatrización puede tardar de 6 a 12 semanas.