Los erizos de mar pueden encontrarse en todo el mundo. La mayoría de las lesiones por erizos de mar se producen cuando las espinas se rompen en la piel y causan una reacción tisular local. Sin tratamiento, las espinas pueden migrar a tejidos más profundos y provocan una lesión nodular granulomatosa, o pueden acuñarse en el hueso o sobre un nervio. También puede haber dolor articular y muscular y dermatitis. Unos pocos erizos de mar (p. ej., Globiferous pedicellariae) tienen mandíbulas calcáreas con órganos venenosos que le permiten al animal inyectar veneno, pero las lesiones son raras.
Foto cortesía de Thomas Arnold, MD.
En general, el diagnóstico es evidente por los antecedentes. Una anomalia de coloración azulada en el sitio de entrada puede ayudar a localizar la espina. Las radiografías pueden ayudar cuando la localización no es obvia durante el examen físico.
Tratamiento de las picaduras de erizo de mar
La eliminación de la espina dorsal
El tratamiento de la picadura de un erizo de mar es la extracción inmediata. El vinagre disuelve las espinas más superficiales; sumergir la herida en vinagre varias veces al día o aplicar compresas de vinagre puede ser suficiente. Sumergir la herida en agua tibia puede ayudar a aliviar el dolor. Rara vez, debe realizarse una pequeña incisión para extraer la espina; es preciso tener cuidado porque las espinas son muy frágiles. Una espina que migra a un tejido más profundo puede requerir la extirpación. Una vez eliminadas las espinas, el dolor puede continuar durante varios días; el dolor más allá de 5 a 7 días debe disparar las sospechas de una infección o de un cuerpo extraño retenido.
Las espinas de la especie G. pedicellariae se tratan lavando el área y aplicando bálsamos o ungüentos mentolados.
Se debe administrar profilaxis antitetánica (véase tabla Profilaxis antitetánica en el manejo habitual de la herida).